La película cuenta la historia de dos hermanos que siendo niños sobreviven a un brutal ataque guerrillero a su aldea. Consiguen llegar a Bangassou, donde les acogen las Abuelas de Bangassou, un grupo de mujeres que cuidan niños huérfanos con la ayuda de la Fundación Bangassou, fundada en 2002 por monseñor Aguirre. Así consiguen salir adelante, y años después volvermos a encontrarlos en España, pero muy separados por las circunstancias de la vida.
La finalidad de El corazón de África es reflejar la labor de los voluntarios y misioneros que trabajan en Bangassou y recabar fondos para ayudarles en la gran misión fijada por el obispo: "Cambiar armas por rosarios", como refleja el elocuente cartel de la película.
Con un lenguaje cinematográfico sencillo pero eficaz, El corazón de África refleja la realidad de lo que se vive en el país a consecuencia de una guerra que tiene a los niños como principales víctimas: ellos, convertidos en guerrilleros sin haber abandonado aún la infancia; ellas, condenadas desde pequeñitas a la explotación y esclavitud sexual.
Dirigida por Javier Santamaría, El corazón de África está rodada en formato de docudrama para otorgar más verismo a las realidades que retrata. Está concebida como uno de los impulsos principales para dar a conocer la Fundación Bandassou en estos meses, con la idea de ir ampliando delegaciones por toda España.
Ya existen en Madrid, León, Antequera y Zarauz, aunque todos los envíos de ayuda económica, alimentaria o sanitaria se concentran en Córdoba. Desde allí se envían a Centroáfrica para cubrir las necesidades de la intensa actividad que desarrollan treinta sacerdotes, treinta y religiosas y algunos misioneros laicos: la Fundación Bangassou carece de "liberados", por lo cual toda la ayuda se materializa en atención directa, básicamente evangelizadora, sanitaria y de desarrollo.
Con la ayuda de Instituciones públicas y privadas, la Fundación ha construído varios hospitales entre los que se encuentra el Buen Samaritano, capaz de ofrecer asistencia a embarazadas, enfermos de sida y realizar operaciones quirúrgicas.
En la película se nos muestran los rostros de los beneficarios de toda esta labor. Porque, como sentencia monseñor Aguirre, "quien no es capaz de entender una mirada no podrá nunca entender una larga explicación".