El famoso actor Morgan Freeman, a los 78 años, dice que con cierta edad las grandes preguntas de la vida cobran seriedad. Hoy tiene claro que la gran pregunta de la vida que cada persona tiene que hacerse es acerca de su relación personal con Dios. "Esa pregunta es la verdadera lucha que uno bate durante toda su vida, sobre todo cuando uno llega a una edad", explicaba en una entrevista en agencia Efe.
Durante 40 días ha viajado por 7 países filmando un documental sobre el sentido religioso en distintas culturas y religiones.
Él no se educó en una familia religiosa durante su infancia en Memphis (EEUU), pero con los años y los golpes de la vida hoy explica que sí cree en un Dios Creador y Todopoderoso. En el documental comenta que el tema de Dios siempre le interesó.
Es un tema profundamente humano, que afecta a las grandes preguntas que todas las personas se hacen, sobre el mal, la muerte o el sentido de la vida. Eso le ha llevado a volcarse en el documental "La historia de Dios" en National Geographic.
La serie, una idea que nació hace seis años tras visitar la basílica de Santa Sofía de Estambul, consta de seis episodios: Afterlife (La vida después de la muerte), End of Days (El fin de los días), Creation (Creación), Who is God? (¿Quién es Dios?), Evil (Demonio) y Miracles (Milagros).
Freeman ha viajado hasta Israel, el Vaticano, India, Mongolia o Egipto en busca de las respuestas que los grandes interrogantes de la vida. "En los últimos meses, he viajado a decenas de ciudades y he podido unirme a la llamada a la oración en El Cairo, he aprendido a meditar con un líder budista, visitado los templos mayas de Guatemala y he discutido sobre razón y fe en la Academia Papal de Ciencia", contó. Le habría gustado encontrarse con el Papa Francisco pero no pudo ser.
El actor explica que el viaje no ha hecho cambiar su espiritualidad, pero sí ha aumentado su conocimiento sobre las grandes religiones y su historia.
La propuesta budista e hinduista sobre la reencarnación, por ejemplo, no le convence. "En el caso de que vuelvas a la vida será en forma de pez o hierba y entonces tampoco vas a tener conciencia de retorno", afirma. ¿En qué sentido se puede decir que eres "tú" si eres un pez, piensas como pez, sientes como pez, no hay nada de lo que eres en ese pez?
Lo bueno de viajar es que da perspectivas amplias. Freeman ha constatado que "no importa donde vayas, en el rincón del mundo en el que te pierdas, siempre encontrarás muy presente la idea de Dios".
Él logró perderse en un lugar donde la gente ni le conocía, a él, con su Oscar y sus cien películas. "Era una zona del norte de la India. Un remanso de paz. Para mí, el cielo".