La historia del Niño Jesús de Praga es fascinante, llena de misterios y conexiones asombrosas. Su origen está en España, la imagen la guardan los carmelitas de Praga (www.pragjesu.info) y la veneración por este símbolo de Jesús, el Dios hecho niño pequeño, se ha extendido por todo el mundo. A ella acuden hoy, por ejemplo, los carmelitas que trabajan con cientos de niños pobres y 4.000 desplazados en República Centroafricana (con su ONG www.siriri.org).

El Niño es a la vez un símbolo de poder y de indefensión. "El Niño no puede seducir con sabiduría ni ofrecimientos: solo puede ser amado en su pequeñez", explican en su santuario de Praga. En el siglo XVII tropas protestantes ocuparon la ciudad y le cortaron las manos a la imagen. Precisamente, la indefensión radical de un Niño sin manos fue lo que reafirmaría la devoción al Niño, que pide a cada cristiano ser sus manos en el mundo.

Y con todo esto, el Niño es popular también porque es poderoso, considerado protector milagroso de embarazadas, de madres preocupadas por sus hijos, protector de los pequeños.

Él cumple la enseñanza cristiana paradójica que expresaba San Pablo: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte".

Un documental realizado por Goya Producciones en colaboración con la televisión checa (Ceská Televize) repasa la historia de este Niño Jesús.

Trailer en YouTube de "El Milagroso Niño Jesús de Praga"

El documental tiene como hilo conductor a un niño que recorre los distintos escenarios que están ligados con esta devoción.

Hay, por ejemplo, una tradición que dice que el Niño perteneció a Santa Teresa de Ávila. ¿De verdad estuvo en esta ciudad y con esa santa?

Parece más documentado que la española María Manrique de Lara (de la familia de los condes de Treviño), casada con el canciller del reino de Bohemia Vratislav von Pernstein, trajo la imagen de Canarias a Bohemia en el s.XVI y se la dio como regalo de bodas a su hija, la princesa Polixena Lobkowitz, quien a su vez la entregó a los carmelitas de Praga. La historia de estas familias es interesante en sí misma.




Otro tema apasionante que plantea el documental es la relación con el personaje "El Principito" del francés Antoine de Saint-Exupéry. Podemos ver al Niño rubio paseando con traje de Principito.

Sin embargo, en el santuario de Praga suelen señalar su conexión española, rasgos morenos en la imagen original, casi moriscos. El Niño no se deja encasillar, e incluso las réplicas de la imagen suelen fracasar a la hora de reproducir su gesto peculiar, sonriente y confiado.

La historia de este Niño de Praga va mucho más allá de la estatua en sí, pequeña, de 47 centímetros. Ante el Niño, todo el mundo tiene cierto impulso de hacer de Rey Mago y regalarle algo. Ha ido acumulando mantos y trajes. La corona que actualmente adorna el Niño Jesús es un regalo del Papa Benedicto XVI, quien coronó al Niño Jesús durante su visita a Praga en 2009. El documental recoge las palabras y enseñanzas del Papa respecto a esta devoción entrañable.

Se trata de una producción luminosa que llenará de alegría al espectador: ¡es lo que hacen los niños!

(El documental "El Milagroso Niño Jesús de Praga" se puede adquirir aquí en EnCristiano.com).