Brian Nichols, durante el juicio.
Capturado al día siguiente tras ser movilizados efectivos policiales que le convirtieron en objetivo prioritario, fue juzgado por todos ellos en 2008 y condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad provisional. Aunque su defensa intentó alegar enajenación mental, ningún testigo de sus crímenes contó que hubiese actuado bajo signo alguno de trastorno.
Hubo un elemento decisivo en el fracaso de su huida: su encuentro con Ashley Smith, a quien había retenido para ocultarse en su hogar. La joven hizo tiempo durante el secuestro leyendo un libro que había escrito en 2002 el pastor evangélico Rick Warren, The Purpose Driven Life [Una vida con propósito], entonces ya un superventas y que a raíz de este incidente lo sería aún más. El asesino le pidió que leyese en voz alta.
Ashley Smith está convencida de que Dios intervino en la resolución de su secuestro, salvando su vida.
Cuando Nichols oyó hablar de Dios y de Jesús, algo se conmovió en él, lo suficiente para bajar la guardia y que Ashley, que también le había facilitado un tranquilizante, pudiese hacer una llamada a la policía que resultó finalmente liberadora y le permitió milagrosamente salvar su vida. "Creo posible que Dios dirigiese Brian para darle una última oportunidad", declaró en una entrevista a los diez años del suceso.
Ahora esta historia va a llegar a las salas de cine. Jerry Jameson, veterano director de series de televisión, ha dirigido Captive [Secuestrada], que se estrenará en Estados Unidos el 18 de septiembre, para centrarse en la relación entre el criminal (interpretado por David Oleyowo [Interstellar, El amanecer del planeta de los simios]) y su última víctima (a quien da vida Kate Mara [Transcendence, Iron Man 2]).
Concebida como un thriller de acción, no entra en distribución como película cristiana, pero sí que invitará al espectador a pensar sobre el bien y el mal y su propia actitud ante la vida y ante Dios.