Ver una película en el salón de casa con toda la familia es una oportunidad única, no sólo para que padres e hijos estén entretenidos, sino también para compartir momentos, comunicarse, aprender...

Ana Herrero, psicóloga del Colegio Brains, afirma que «así se puede pasar tiempo con los hijos con una actividad entretenida, para que lleguen a comprender ciertos valores o situaciones sociales que, normalmente, llegan a través de este medio, acompañadas por las explicaciones de los padres. Se trata de dar una educación complementaria a través de otro tipo de material, como es el audiovisual, de una manera amena y diferente».

El cine es una ventana única que atrae de una manera especial a los niños. Se puede aprovechar esta ventaja para ofrecer contenidos y valores de una manera diferente.

«También podemos utilizar las películas para desarrollar otros idiomas. Ver películas de dibujos animados, que los niños ya conozcan facilita el aprendizaje de otras lenguas. Además, ver una película subtitulada es una herramienta muy útil para fomentar la lectura. No debemos olvidar que el cerebro de los niños es una auténtica esponja y debemos aprovechar todas las oportunidades que nos brinda este medio para poder inculcarle hábitos, conocimientos y valores», explica la psicóloga.

Por otra parte, Ana Herrero comenta que «estos ratos de cine en familia sirven también para crear una atmósfera de confianza y unión familiar, ya que los niños al verse en una situación relajada y entretenida pueden aprovechar estos momentos para hablar con sus padres, comentar algún problema... Los niños se pueden ver reflejados en algún aspecto de la película o puede que, a través de ella, reciban una nueva información sobre el mundo que los rodea y deseen aprender sobre ello. Los padres pueden aprovechar ese momento para comentar con ellos sus inquietudes, ya que estarán más receptivos».


1. Informarse antes de elegir la película que veremos con nuestros hijos: comprobar los comentarios realizados por el público o leer la sinopsis de la película y, sobre todo, asegurarse que la temática es la adecuada, que los valores que pretenden transmitir se adaptan a los nuestros. La película debe ser adecuada para su edad y personalidad.

2. Elegir una película que sea divertida para los niños, ya que si no perderán el interés enseguida.

3. Elegir el momento adecuado del día. Debemos intentar que los niños, antes de empezar a ver la película, ya hayan terminado sus tareas escolares y puedan relajarse ese tiempo que tienen por delante.

4. No debemos buscar necesariamente contenidos morales o pedagógicos en la propuesta. A veces, una película simplemente divertida libera las tensiones y promueve un ambiente comunicativo abierto y honesto.

5. No solamente debe tener valor como forma de entretenimiento sino también como propuesta educativa: después de la actividad hay que dedicar un tiempo para sentarse con los niños y adolescentes para escuchar su percepción y las conclusiones de lo que han visto. Los padres deben hacerles comprender las situaciones que debido a su edad desconocen o no acaban de entender y resaltar los comportamientos más adecuados.

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