El popular escritor inglés de fantasía humorística Terry Pratchett ha muerto en su casa, con placidez y rodeado de los suyos, a los 66 años de edad. Desde 2007 venía luchando contra una variante de demencia (atrofia cortical posterior).

Aunque al poco de hacer pública su enfermedad habló a favor de la eutanasia, y volvió a hacerlo una par de veces después (quizá por desconocer de cerca en esos momentos el mundo de los cuidados paliativos y la atención a enfermos) después no dedicó sus últimos 8 años a la militancia pro-eutanasia, sino a la lucha contra el Alzheimer y las enfermedades mentales relacionadas, y a pedir más conciencia social y política contra estas enfermedades. Una y otra vez criticó los pocos fondos que recibe la investigación contra estas enfermedades tan comunes.

Con su permanente buen humor e ingenio animó a muchos asustados por la enfermedad y dejó ver que la debilidad podía sobrellevarse con buen ánimo. Consiguió seguir escribiendo incluso en su último año.

Sus editores han confirmado que no se ha suicidado en absoluto, sino que ha muerto de forma natural en casa y rodeado del cariño de los suyos.

En lo religioso se declaró "ateo al estilo victoriano", queriendo decir que no creía en lo sobrenatural pero se consideraba culturalmente cristiano. En otra ocasión, dijo: "creo que probablemente soy ateo, pero más bien enfadado con Dios por no existir". Y en otra, posterior, explicó que de niño se había leído el Antiguo Testamento de un solo tirón y que eso le había "vacunado" contra el cristianismo. Tres declaraciones que muestran una mente ingeniosa, más amiga de jugar con palabras e ideas contradictorias que de buscar sistemáticamente la verdad.

Sus novelas del Mundodisco vendieron 70 millones de libros y se tradujeron a 30 idiomas. Eran una sátira, al principio, de la literatura de fantasía y sus clichés, y muy pronto de cualquier aspecto de la sociedad. Como es propio de la sátira, se reía de la política, el sexo, la religión, la economía, el mundo académico, el de la cultura... pero siempre tamizados por su proyección alocada en Mundodisco.



"Es posible vivir bien con demencia": Terry Pratchett apoyó esta y otras campañas de apoyo a estos enfermos

La corrupta ciudad de Ankh-Morpork y sus políticos, sus inútiles e hilarantes guardias, su bibliotecario mágico convertido en orangután, su inepto y cobarde mago Rincewind y todo el Mundodisco, un mundo plano que flota sobre unos elefantes a lomos de la gran tortuga cósmica A´tuin quedan en el imaginario de millones de lectores.

Pero su personaje más omnipresente y divertido -el más políticamente incorrecto en nuestra sociedad hedonista y a la vez el menos histriónico en Mundodisco- era la Muerte, con su túnica negra y su guadaña, siempre dispuesta a recoger personajes fallecidos o en riesgo de perecer, con comentarios cáusticos que pronunciaba EN MAYÚSCULAS.

Por eso, con su familia preparó, según parece, sus tres últimos "tuits", que leyeron emocionados cientos de miles de aficionados.

"AL FINAL, SIR TERRY, DEBEMOS CAMINAR JUNTOS", dice el primero: es la voz de la Muerte, con sus mayúsculas.

"Terry tomó el brazo de la muerte y la siguió a través de las puertas y hacia el desierto negro bajo la noche sin final", dice el segundo tuit.

"The End", dice el tercero.