Dentro del ciclo de conferencias Europa: Raíces, Identidad y Misión, que organiza a lo largo del año la Fundación Foro San Benito de Europa en la hospedería del Valle de los Caídos, el pasado 22 de febrero el profesor Dalmacio Negro Pavón, catedrático de Historia de las Ideas Políticas y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, disertó sobre "La Gran Contrarrevolución frente a la Gran Revolución".
El profesor Negro destacó el cristianismo como la verdadera, única y real Revolución en la historia, y la Revolución Francesa como una Contrarrevolución. El Estado moderno que deriva de ella (y de presupuestos anteriores, como la Reforma protestante o el racionalismo) pretende realizar el Reino de Dios en la tierra con aspiraciones totalitarias y con la educación, la propaganda y la fiscalidad como instrumentos. Quiere quitarle a la Iglesia la auctoritas [autoridad], esto es, el derecho sin cortapisas a definir la verdad, y por tanto la Iglesia se convierte en una especie de barrera o dique que frena al Anticristo: el kat´echon de San Pablo al que hiciera referencia el jurista alemán Carl Schmitt (18881985).
Recogemos a continuación algunas afirmaciones del profesor Dalmacio Negro, y ofrecemos a los lectores de ReL, pinchando en este enlace, el texto íntegro de su importante conferencia.
-"La cultura europea nació en los monasterios, cuyas reglas esenciales se deben a San Benito. (...) El desenvolvimiento de Europa es comprensible solamente como la historia de las respuestas a los problemas planteados por la Iglesia".
-"La Ilustración es uno de los grandes mitos contemporáneos. (...) ¿No habría que considerar que la Revolución [Francesa] inventó la Ilustración al querer arraigar su legitimidad en una recopilación de textos y autores fundamentales, reconciliados más allá de sus diferencias vivas y unidos en la preparación de la ruptura con el antiguo mundo?".
-"El cristianismo es la Constitución histórica de Europa en el sentido propio de la palabra Constitución como término político: su alma, su forma -decía Aristóteles-, su Idea fundamental -diría Coleridge-, aquello que la constituye".
-"La Gran Contrerrevolución [la Revolución Francesa] fue históricamente una consecuencia política de la Reforma protestante. (...) Fue una secuela del intento de los revolucionarios calvinistas ingleses de instaurar el Reino de Dios en la tierra, intento debelado ya por San Agustín en los primeros tiempos del cristianismo. Ese deseo es una de las causas del pensamiento utópico".
-"En la perspectiva actual, la Gran Revolución fue, en rigor, la mayor Contrarrevolución anticristiana habida hasta la fecha. Sus ideas capitales (libertad, igualdad, fraternidad, derechos del hombre y del ciudadano, idolización de la ley y del Estado) son, diría Chesterton, ideas cristianas que se han vuelto locas. Sin embargo, sus efectos dominan el momento presente".
-"La Iglesia no puede ser neutral: la fe es tan real como la razón y la voluntad, la Verdad es la verdad eterna y lo que justifica la Iglesia es, en último análisis, la oposición al mal. La neutralidad es, en cambio, consustancial con el Estado, inventado para poner fin a las guerras civiles religiosas (siglos XVI y XVII) a causa de la Reforma".
-"La Gran Contrarrevolución anticristiana es el resultado de dos errores intelectuales: la distancia establecida por la Reforma entre la fe y la razón (que Lutero consideraba una prostituta del diablo, idea que renovó con fuerza más tarde Rousseau) y la separación entre el mundo natural y el sobrenatural establecida por Cayetano (interpretando erróneamente a Santo Tomás)".
-"Napoleón remató la construcción del Estado como el deus mortalis [dios mortal], creyendo por cierto que seguía a Maquiavelo, y abolió la distinción entre Gobierno y Estado. El Estado napoleónico es el triunfo del dios mortal sobre el Dios inmortal, algo en lo que no había pensado Hobbes ni seguramente el propio Napoleón. Las ideas tienen vida y sus consecuencias son impredecibles".
-"¿Qué significa el Estado que emergió de la Gran Contrarrevolución como deus mortalis? Teológicamente, significa la abolición de Dios Creador. Metafísicamente, significa la abolición del principio de trascendencia (...) la sustitución de las religiones por las ideologías moralizantes o religiones civiles según las conveniencias del orden estatal. Históricamente, significa que el Estado arrebata a la Iglesia la auctoritas [autoridad], el derecho sin cortapisas de definir la verdad. Políticamente, significa la marcha ininterrumpida de la estatalidad hacia el Estado Totalitario, la forma contemporánea del estatismo. (...) Su forma política es el Estado de Bienestar, y sus instrumentos principales son la propaganda, la educación y la política económica. El arma principal de esta última es la política fiscal".
-"La Iglesia representaba lo público antes de la Reforma, consistiendo la ciudadanía en la pertenencia a la Cristiandad. Moderaba la política como un ejercicio de caridad en tanto miraba al bien común".
-"Es indiscubile que la religión en la clave de la historia (Lord Acton, Christopher Dawson, etc., lo tratan expresamente). (...) La lucha tiene actualmente un carácter existencial entre el deus mortalis y la Iglesia como una suerte de kat´echon, el dique o barrera que retiene o contiene al Anticristo según San Pablo, si es que la Iglesia puede ser un kat´echon, pues esta figura escatológica parecer ser más bien un poder político. En todo caso, la figura de ´Jesucristo, Rey del Universo´ debiera ser la alternativa al dios mortal, cada vez más orwelliano".