Ha muerto con 77 años en el hospital Puerta de Hierro de Madrid la popular actriz Amparo Baró.
Su popularidad después de una larga carrera se disparó con la larga comedia televisiva "7 vidas", en la que interpretaba a Sole, una comunista cáustica y malhablada, que encantaba al público.
Varias veces comentó la anécdota de un taxista que la había acusado con insistencia de ser "roja" aunque ella le respondía que confundía a su persona con su personaje. "No, no soy roja. ¿O es que cree que si hiciera de puta en una película lo sería?", le espetó.
Una encuesta reciente la clasificaba como la cuarta actriz más popular en España. "No creo que sea la más conocida y valorada, la verdad. La gente no me conoce mucho y confunde a la Sole de Siete Vidas conmigo. Soy irónicamente ácida, pero del resto nada. Ni de puta, ni de roja", respondía recordando al taxista.
En una entrevista hace no mucho comentó: "Estoy jubilada y soy muy mayor. No me gustaría salir a un escenario arrastrándome. Morir en un escenario me parece una ordinariez y un horror", bromeaba. Al final, murió en el hospital.
No le importaba asumir sus decisiones... por ejemplo, haberle dicho "no" a Pedro Almodóvar cuando la llamó para su primera película, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, quien luego sería uno de los "intocables" del cine español.
"No me he arrepentido. Cuando me dieron aquel guión dije ´¿Pero esto qué es? Este no está bien de la cabeza. No le veo ni pies ni cabeza´. La suerte esa vez no me acompañó pero es que yo no creía en aquello. Nunca más me ha llamado ni nada de nada, ni creo que lo haga", admitía con humor.
En la revista católica Alba fue entrevistada por Gonzalo Altozano y habló de su relación con Dios, insistiendo en su aprecio por el trabajo de la Iglesia con los pobres y la necesidad de marcar la "crucecita" del IRPF para apoyar a la Iglesia económicamente.
-Tengo amigos que dicen que soy socialista, aunque yo creo ser de derechas, pero ya no sé cómo considerarme: lo que veo no me gusta nada.
-Por regla general, en contra.
-A favor, decididamente. La marco desde que existe la posibilidad.
-Y la labor que hace la Iglesia en tiempos de crisis, ¿qué? Esta tarde, en el comedor parroquial de al lado de mi casa, hacían cola unas cincuenta personas. ¿Qué les decimos, que se ha acabado la comida?
-A mí me parece bien que salgan a la luz los abusos -terribles- de algunos religiosos. Pero, oiga, ¿y los que se parten el pecho por los demás? ¿Esos por qué no salen en los periódicos y los telediarios?
-Tuve una prima misionera. Y de las monjas del colegio en que estudié -el Divina Pastora- guardó un fantástico recuerdo.
-Cuando oigo que hay que ver las monjas, los pellizcos que pegaban, me acuerdo de aquellas madres y hermanas. Nunca, nunca, nunca las vi maltratar a una alumna. Nunca.
-Tampoco es eso. Estaban los madrugones, ir todos los días en ayunas a comulgar… Pero era lo que tocaba. Vaya, que no me creó ningún trauma.
-Creo en Dios, pero no practico. A veces voy a misa, sí, pero de ahí a practicar… Lo que sí hago es visitar las iglesias de los lugares a los que viajo. Me gusta entrar cuando hay apenas gente.
-Porque allí me encuentro bien. Y porque pienso -sonará egoísta- que así se me presta más atención.
-Tenía tal dominio de la escena que cuando hablaba me convencía. Era un Papa muy Papa. Me gustaba mucho.
-Menos. Me da un poco de miedo. Aunque quizás miedo no sea la palabra. No sé cómo explicarlo. O sí: con Wojtyla me hubiera tomado un café; con Ratzinger, no.
-Prefiero hablar de respeto. ¿Sabe? Me gustaría, llegado el momento, entender la muerte, lo que no sé si será posible.
-Las injusticias, las guerras… A veces se oye: “No entiendo que Dios permita que pase esto”. Y no es que Él quiera el mal, somos nosotros los que lo fabricamos. El libre albedrío, ay.
-Lo que más me ha marcado en la vida es la muerte de mi madre. Pero ni me alejó de Dios ni me acercó a Él.
-Todavía no puedo hablar de ella con serenidad. ¡Y han pasado más de veinte años!
Desde 1999 su popularidad aumentó gracias al simpático personaje que interpretó en la serie de televisión, "Siete Vidas", exitosa comedia coral en la que dio vida a "Sole". También es destacada su colaboración en la serie de ´El Internado´.
En el cine destacó su papel en la película ´Siete mesas de billar francés´ (2007), dirigida por Gracia Querejeta, por la que recibió un Premio Goya a mejor actriz de reparto; y sobre las tablas, Baró participó en la obra ´Agosto (Condado de Osage)´ (2011/12), de Tracy Letts, por la que ganó el Premio Valle Inclán de Teatro.
Tras 12 años alejada del teatro, protagonizó, en 2011, la obra Agosto (Condado de Osage), de Tracy Letts, ganadora del Premio Pulitzer en 2008. En la obra, dirigida por Gerardo Vera, Baró encarna a Violet Weston, sobre la que gira una familia en decadencia.
Inició estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de su Barcelona natal pero, tras ingresar en el Teatro Español Universitario (TEU), descubrió su verdadera vocación y se dedicó profesionalmente a la interpretación.
Debutó en 1957 en la Compañía Windsor sustituyendo a Amparo Soler Leal en "Las preciosas ridículas de Molier", dirigida por Adolfo Marsillach, con quien desde entonces trabajaría en títulos como "Bososse", "Ondina", "César y Cleopatra" o "Alejandro Magno", interpretadas en el Teatro Lara.
Posteriormente, en el Teatro Beatriz interpretó con la compañía Mayrata Oissiedo uno de los papeles protagonistas en "La calumnia", que le supuso un amplio reconocimiento.
En 1965 formó su propia compañía, de la que formaron parte reconocidos actores como Luis Prendes, Elvira Quintanilla y Manuel Galiana. Entre las obras que llevaron a escena destacan "Salsa picante", "Los buenos días perdidos", "Ángela María", o "Antígona".
A pesar de ello, en 1967 se disolvió la compañía por falta de fondos, y desde entonces y hasta el estreno en 1987 de "Materia Reservada" en el Teatro Marquen, realizó grandes interpretaciones teatrales, como en "La casa de las muñecas" de Ibsen, que fue calificada por los críticos como la mejor interpretación de su carrera.
En televisión trabajó en dramáticos con Aldolfo Marsillach y Jaime de Armiñán, como "Galería de maridos", "Las doce caras de Eva" y obras como "Diálogos de carmelitas" o "Los buenos días perdidos".
En cine, su primera película fue en 1957 "Rapsodia de sangre" de Isasi-Isasmendi. Después trabajó en otras cintas como "Adiós Mimi Pompón", "Tierra de todos", "Tres de la Cruz Roja", "Tengo diecisiete años", "La banda del pecas", "El Nido" y "El Bosque Animado".
En 1991 participó en "Hazme de la noche un cuento", de Jorge Márquez, y "Siempre en otoño", con Irene y Julia Gutiérrez Caba, interpretación por la que recibió el Premio de Teatro Mayte 1994.
Con Jaime Chávarri formó parte del reparto de "Las cosas del querer" y después en "El palomo cojo" de Armiñán. Le siguen "Destino a "Broadway" en 1996, y "Noviembre", segunda película de Achero Mañas, en 2003.
En Televisión Española tuvo éxito en "Juntas pero no revueltas", junto a Mónica Randall, Mercedes Sampietro y Kity Manver, versión española de las "Las chicas de oro".
"Tio Willy" fue otra serie televisiva en la que Amparo Baró tomó parte con Andrés Pajares, a la que siguieron títulos como "La opinión de Amy", por la que recibió en 1999 el premio la mejor actriz de los premios "La Celestina".
Participó también en "El club de la comedia", presentada por el Gran Wyoming y Emilio Aragón, en el que conocidos actores y cómicos interpretaban monólogos humorísticos.
Por "7 vidas" recibió cuatro veces el premio a la Mejor actriz de la Academia de las Artes y las ciencias de Televisión en 2000, 2001, 2003 y 20004; dos premios a la Mejor Actriz secundaria de la Unión de Actores (2000,2003), y en 2004 como Mejor Actriz protagonista; también el Fotogramas de Plata a la mejor interpretación femenina de televisión en 2002.
Además recibió por esta serie el premio de la Asociación Profesional Española de Informadores en Prensa, Radio y Televisión(APEI-PRTV) y en 2005, el de mejor actriz de una serie de televisión de los TP de Oro.
En diciembre de 2011, Baró vuelve con éxito a los escenarios junto a Carmen Machi para protagonizar "Agosto" de Tracy Letts y dirigida por Gerardo Vera, en el Teatro Valle Inclán de Madrid.
Por su interpretación en "Siete mesas de billar francés", de la directora española Gracia Querejeta -mejor película del año 2007 por el Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC)-, Baró fue Goya 2008 a la mejor intérprete de reparto.
Fue galardonada también con dos premios Ercilla de Teatro, otros dos Premios Miguel Mihura de Teatro de la SGAE; la Antena de Oro a la mejor actriz y junto a Alfredo Landa recibió el premio "La Casa del Actor" en 2006, en reconocimiento a su trayectoria profesional.
La película "La puerta abierta", de Marina Seresesky y que empezó a rodarse a finales del pasado año, fue el último trabajo de Amparo Baró. Junto a Carmen Machi interpretaban a una madre y a una hija, ambas prostitutas de profesión.
El que fue su hijo en "7 vidas", Javier Cámara, se ha despedido de ella con el siguiente mensaje: "Se ha ido Amparo Baró. Mi madre tantos años. Me quedo huérfano. Toda la familia de los cómicos también. ¡Hasta Siempre! Qué tristeza".
"Se nos acaba de ir una gran actriz, mejor persona y gran amiga. Descansa en paz, Sole", ha añadido el hoy diputado de UPyD Toni Cantó, compañero de la misma serie.