La estrella tiene alumbrado eléctrico pero luce también de manera natural durante el día gracias a los efectos del sol al entrar en contacto con los 123 vidrios que dan forma al astro. Se trata de un dodecaedro con pirámides que le brindan aspecto de estrella de 12 puntas, de 7’5 metros de diámetro y 5’5 toneladas de peso.
Esta histórica jornada comenzó con una misa celebrada en la basílica por el cardenal Omella, arzobispo de Barcelona. Tras la Eucaristía, cuyo coro estuvo conformado por el Orfeón catalán, el purpurado bendijo la nueva torre del templo expiatorio, la primera que se culmina en los últimos 45 años.
Después, poco antes de las 8 de la tarde, se iluminaba entre aplausos de los miles de personas de presentes la estrella que será luz y guía de Barcelona. Coronando la torre dedicada a María, la estrella estará iluminada con una luz blanca, que simboliza la pureza de la Virgen. Por ello, se ha descartado utilizar distintas tonalidades en la luz elegida para esta estrella. Hasta que el cimborrio de la torre de Jesucristo sea terminado la estrella será el punto más alto de la Sagrada Familia.
El propio Papa Francisco quiso participar desde la distancia en este acto tan simbólico para los católicos barceloneses y del resto de España. En un mensaje de vídeo que fue transmitido tras la misa recordó que “para todos ustedes brilla hoy la estrella de la torre de María”.
De este modo, Francisco recordó a los presentes que la Virgen María «es la estrella de la Nueva Evangelización», por lo que “elevando nuestros ojos a la estrella que corona la torre los invito a que contemplen a nuestra Madre, porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño”.
Del mismo modo, el Papa destacó que María “sí que es una obra maestra” añadiendo que “en perfecta sintonía con el designio de Dios sobre ella, la Virgen María se convirtió en la más alta, humilde, dócil y transparente ante Dios”.
Francisco tampoco se olvidó de Antoni Gaudí, el genial arquitecto de la Sagrada Familia y actualmente en proceso de beatificación. El Papa afirmó que Gaudí “quiso que este misterio coronara el Portal de la fe, el primero que construyó, para que al desgranar la oración a la Santísima Trinidad, que reescribe por toda la basílica, aprendiésemos a ser, como María, templo de este misterio y a dar culto a Dios en espíritu y en verdad”.
Siguiendo con esta catequesis sobre la Virgen enraizada en esta basílica barcelonesa, el Papa pidió que “Santa María vele con su estrella luminosa por las familias” recordando que “Ella, formando la Sagrada Familia de Nazaret junto al Niño Jesús y a San José, vivió situaciones similares a tantas familias como la de ustedes”.
“Gaudí –agregó el Santo Padre- los representó en el portal de la esperanza, expresando con el rostro de los obreros los sufrimientos y las dificultades que los ponían en comunión con lo que sufrió la Sagrada Familia”.
El Papa Francisco pidió también que “desgranando la corona de los Dolores de la Virgen, no dejen de rezar por los pobres, los excluidos, porque ellos están en el corazón de Dios”. “Y tantas veces nosotros somos responsables de la pobreza y de la exclusión de ellos. Aprovechemos para examinarnos, cuánta responsabilidad tenemos en esto”, alentó.
“Rezo para que cada uno de ustedes haga que Barcelona sea más habitable y acogedora para todos. Encomiendo de manera especial aquellas personas que desempeñan roles de mayor responsabilidad. Que la Virgen María les obtenga, sabiduría, prontitud en el servicio y amplitud de miras”, dijo el Papa.
En este acto de inauguración y bendición de la estrella y la torre de María hubo ausencias importantes. La Sagrada Familia es el edificio más visitado de Barcelona y el gran símbolo de la ciudad. Sin embargo, el hecho de que sea un templo católico no gusta a los más laicistas, entre ellos la alcaldesa Ada Colau, que no acudió a este importante evento para la ciudad. Sí asistieron los tenientes de alcalde Jaume Collboni y Albert Batlle; y los consejeros catalanes de Interior y Justicia, Joan Ignasi Elena y Lourdes Ciuró, respectivamente.