La especialista en arte italiana Rita Randolfi está en desacuerdo con quienes consideran mercenarios religiosos a los artistas del Renacimiento y Barroco, porque, “más allá de satisfacer al cliente”, cada uno “comunicó su propia e interior relación personal con Dios”.
Randolfi cita los casos de Caravaggio y de Miguel Ángel, máxime cuando éste último es el primer creador que se opuso a un Papa para sacar adelante su proyecto, el de la Capilla Sixtina, “representado la historia de la Revelación como el pintor la había meditado”, subraya la docente transalpina.
Experta en las épocas aludidas, Randolfi sostiene que por extrañas que se le puedan hacer a agnósticos o practicantes de otros credos las obras religiosas, “el observador más atento no podrá dejarse de hacer las preguntas respecto a ciertas escenas: ¿por qué aquel hombre se deja matar en una cruz? ¿Por qué el Padre eterno en la Capilla Sixtina tiene una expresión de ternura sólo cuando crea a Adán y Eva?”
-¡No es totalmente cierto que los artistas del Renacimiento y del Barroco no fueran creyentes! Es cierto que la persona que encargaba el trabajo les influía; muchas veces detrás de un artista está un teólogo que sugiere algunos elementos que se deben respetar, pero cada artista, más allá de satisfacer a un cliente, expresa la propia fe, comunica su propio interior, la relación personal con Dios.
»Cada pintor y cada escultor dan más relieve a una cita bíblica, a un detalle que a otro, inventan un rostro, una mirada, los gestos de los protagonistas de las historias que se cuentan en la Biblia trasmitiendo la propia experiencia de Dios. Como el hombre contemporáneo, existen unos artistas más convencidos y otros más inquietos.
»No se puede olvidar que el s. XVI está marcado por la crisis de la Reforma protestante, pero hay quienes, como Lorenzo Lotto, aunque sea atacado de alguna duda, sobre todo en referencia a algunas actitudes de la Iglesia oficial, sin embargo permanece fiel y muere como oblato en Loreto.
»O el caso de Andrea Pozzo o el Baciccio, que con su “cielo barroco”, en las iglesias de S. Ignacio o del Jesús, en Roma, intentan hacer partícipes a los cristianos de la belleza del paraíso, del corazón de Dios que se abre misericordioso hacia el hombre.
»Es el caso de Caravaggio que busca toda la vida una auténtica relación con Dios, invitando a las altas esferas de la Iglesia a que regresen al mensaje del Evangelio. Y se podrían todavía recordar tantos otros ejemplos…
-El hombre del Renacimiento no puede dejar de lado a Dios, al contrario, disfruta de la obra de Dios en la perfección de la creación y de sus creaturas. Un ilustre histórico del arte italiano, Giulio Carlo Argan, afirmaba que en el Renacimiento el artista continúa la obra creadora de Dios, dando una forma diversa a lo que existe, por ejemplo, el mármol creado por Dios que se convierte en una escultura gracias al hombre.
»Las Sagradas Escrituras son una fuente de inspiración imprescindible, e incluso con la Reforma protestante, el hombre no rechaza a Dios, sino que busca una relación más directa con Él. Se cambia el modo de relacionarse con Dios, pero su existencia está al centro de la vida del hombre de aquella época.
-Para entender el mensaje profundo de Miguel Ángel es necesario observar con atención y entonces todo se vuelve claro. Es cierto que sería necesario saber que Miguel Ángel es el primer artista que impuso su propia idea a Julio II; así se puede entender que todo lo que está representado es la historia de la Revelación así como el pintor la había meditado.
»Quien ve la Capilla Sixtina queda extasiado: no podemos quedar indiferentes delante de la belleza de Adán. Pero no se puede entender a fondo una obra de arte si no se desciende a la realidad de quien la ha creado, si no se penetra en el espíritu de quien la ha realizado.
»Es como si nosotros analizáramos el Guernica solo desde el punto de vista estilístico, considerando las líneas discontinuas, la forma deformada, el uso exclusivo y obligatorio del blanco y negro; o como si nos detuviésemos únicamente en los sujetos, el toro, la madre, la lámpara encendida, y no captáramos el pensamiento de Picasso que, a través de aquellos medios, propios de su labor como pintor, quiere condenar la Guerra Civil y todas las guerras del mundo.
-El arte es un lenguaje universal que normalmente llega a todos, al menos, en la parte meramente estética, la forma, los colores, la belleza. El mensaje que está debajo de las obras tendría que ser explicado en cada caso: un turista japonés tendría la misma dificultad para entender una historia de la mitología griega.
»Pero creo que el observador más atento no podrá no hacerse las preguntas respecto a ciertas escenas: ¿por qué aquel hombre se deja matar en una cruz? ¿Por qué el Padre eterno en la Capilla Sixtina tiene una expresión de ternura solo cuando crea a Adán y Eva? ¿Por qué en la Anunciación del Beato Angélico hay detrás dos personajes (Adán y Eva) que son consolados, aunque son expulsados de un lugar maravilloso? Pienso que estas preguntas quedan en el corazón de las personas y pueden suscitar, al menos, curiosidad, deseo de entender…
-Creo que la mejor manera para entrar en el significado de una obra de arte sea estimular la curiosidad, hacer de modo que los alumnos se hagan las preguntas y deseen respuestas que tengan que ver con la biografía del artista, el tiempo en el cual ha trabajado, las técnicas utilizadas y, sobre todo, el mensaje. Pero como ya he dicho, el mensaje no puede ser acogido sin un estudio serio del periodo histórico y de la vida del artista que, a trasvés de su obra, trasmite su propia vida.
-En Italia, hay diversas propuestas: por ejemplo, sé que algunas parroquias o asociaciones han pensado itinerarios para grupos de alumnos para profundizar la fe a través de las obras de arte. En el Año de la Fe se ha organizado una exposición sobre san Pedro en el Castillo San Ángel, en Roma, que ha sido muy visitada. Seguramente que en España habrá otras iniciativas similares que no conozco. En el fondo, pienso que la Escuela de Arte Cristiano de Alcalá de Henares se mueve en esta dirección.
-Pienso que sí, sin duda alguna. Dios llama a todos y a cada uno de una manera diversa, con una fantasía increíble. Utiliza nuestro lenguaje: algunos se acercan a Dios a través de la amistad, un encuentro, un acontecimiento feliz o incluso triste, o también a través de la musica, la poesía, el arte… Las obras de arte trasmiten la ternura y el amor de Dios y las personas de hoy pueden estar abiertas a percibir este amor. Pero siempre en el centro está la liberta del hombre para responder o no a esta llamada de Dios.
-Sinceramente no tengo un conocimiento profundo de los artistas contemporáneos, soy una especialista de arte antiguo. Pero a menudo me doy cuenta del hecho que al menos la pintura occidental, incluso la contemporánea, a menudo citan pasajes de la Biblia o símbolos que vienen del arte cristiano. Es más, tengo la impresión de que hay muchos artistas de hoy, no solo pintores y escultores, sino también músicos, cantantes y autores literarios, que están en búsqueda de Dios o que dan testimonio de su conversión.