Infinito+1, la productora de Juan Manuel Cotelo, vive unos días de doble estreno. Sin embargo -he aquí la sorpresa-, no se trata de novedades cinematográficas, aunque, como ha anunciado él mismo, se encuentra trabajando en dos películas sobre la familia. Se trata de un libro para poner en práctica El mayor regalo, su último largometraje, sobre el perdón, y de un espectáculo teatral titulado Katakumba Exit, que se estrena el 14 de octubre en el Teatro Talia de Valencia.
Mientras El mayor regalo continúa su periplo mundial (27 países en un año), la Fundación Infinito+1 lanza un libro con el mismo título y un subtítulo clarificador: Guía Práctica para celebrar la fiesta del perdón.
Sale a la venta este mismo lunes. Es un libro sencillo y ameno que relata historias de reconciliación que no cupieron en el montaje final de la película, así como reflexiones del autor que aportan esperanza a quien tenga dificultades para pedir perdón o para perdonar.
Cotelo pudo entregarle un ejemplar de esta obra al Papa Francisco tras participar el 20 de septiembre en el congreso ¿Es posible encontrar a Dios? Caminos de nueva evangelización, celebrado en el Vaticano por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización que preside el cardenal Rino Fisichella. "Fue un encuentro muy divertido, en el que el Papa nos hizo reír", explica Cotelo a ReL.
Pero además de esta incursión en el mundo editorial, Infinito+1 lanza simultáneamente el espectáculo teatral Katakumba Exit, cuya gira nacional e internacional se inicia el próximo 14 de octubre en el Teatro Talia de Valencia. Un espectáculo de una hora que se presenta como un viaje desde lo más profundo de las katakumbas del siglo XXI hasta lo más superficial... y en el que el espectador "se arriesga a morir... de risa". El día del estreno se tomarán fotografías y se grabarán imágenes para que los elementos promocionales que se empezarán a difundir con ese material sean lo más verídicos y atractivos posible.
Tal como anuncia la promoción del evento, "las katakumbas del siglo XXI son una maravilla. Tienen luz, agua, calefacción, despensa, botiquín, centros educativos, templos, medios de comunicación... ¡qué bien se está dentro! Sin embargo, ¡ay!, nos reclaman fuera. ¡Es urgente que salgamos! Necesitan nuestra luz, nuestro alimento, nuestra bebida, nuestras medicinas... Salir o no salir. Compartir o guardar. Es el dilema. Juan Manuel Cotelo ha salido y vive para contarlo. Asegura que quien salga de la katakumba nunca más querrá esconderse". No hace falta darle muchas vueltas para saber que estamos hablando de evangelización.
En la obra, Juan Manuel Cotelo interpreta a un okupa que no quiere salir de su katakumba bajo ningún concepto.
-¿Nos hemos autorecluido los cristianos?
-Una mezcla de todo. Es cierto que en muchos países la persecución contra los cristianos es dura y cruenta, hasta la tortura física, la cárcel y la muerte. No es algo nuevo. Jesús murió torturado y crucificado. Y los apóstoles no corrieron mejor suerte. En otros lugares se trata de una persecución más sutil, legalizada, de guante blanco, que es igualmente peligrosa, pues tiene como objetivo matar el espíritu cristiano y asustar a los cristianos para que nos refugiemos sin dar testimonio. Por último, hay una persecución imaginada, no real, que también es peligrosísima.
-¿Qué quiere decir con "persecución imaginada"?
-Es una persecución que puede colarse en la imaginación de cualquier cristiano, cuando empieza a sospechar todo lo malo que podría pasarle si anuncia el Evangelio, tal como Jesús pide. Esa "persecución imaginada" provoca un gran pecado de omisión, pues conduce a que los cristianos guarden la apariencia de ciudadanos ejemplares, pero camuflando su amor a Jesucristo para no arriesgarse a perder prestigio profesional, éxito social... Esta persecución inventada es la más eficaz para frenar la evangelización.
-¿Cómo salir de ese círculo vicioso?
-Para romper esa situación, nada mejor que el consejo del Papa Francisco: "Entre una Iglesia accidentada por salir afuera, y una Iglesia enferma por quedarse encerrada... me quedo con una Iglesia accidentada".
-Pero ¿no hace mucho frío ahí fuera, como suele decirse?
-Es cierto. Ahí fuera hace frío y los cristianos hemos recibido, como regalo no merecido, un calor y una luz para compartir. El talento de la fe, enterrado, no da fruto, se pudre. Jesús lo dio todo, todo, todo, saliendo de la mejor zona de confort, el Cielo. Él ya ha asumido todo lo peor... y ahora a nosotros nos queda seguir adelante, con esperanza y agradecimiento, sabiendo que esto no depende de nuestras fuerzas, sino de las suyas. "Sin Mí, no podéis hacer nada", "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo", "Mayores milagros veréis"... Esta aventura es preciosa, merece la pena salir con alegría.
-¿Propone alguna iniciativa?
-Yo no propongo ninguna iniciativa, ni siquiera a mí mismo. La iniciativa siempre surge del Espíritu Santo, que se comunica con cada persona de modo inefable, misterioso, pero real y concreto. Hay un día en que sabes lo que Dios te está pidiendo que hagas. Suele presentarse como una propuesta un tanto loca, insensata... que puede salir mal, a ojos de cualquier experto prudente. Pero ahí es donde el Espíritu Santo te llena de certezas internas, invitándote a apostar por eso que, a pesar de parecer locura... ¡sabes que va a a salir bien y te llena el corazón de alegría! A partir de ahí, empieza la aventura, con días fáciles y difíciles, con gozos y preocupaciones... pero el fruto de la obediencia a esa propuesta interna siempre es la paz y la conversión. Las propuestas del Cielo siempre son eficaces, siempre dan fruto, si no las frenamos.