Josep Miró i Ardèvol es presidente de la asociación E-Cristians (www.e-cristians.net) y director del Instituto de Estudios del Capital Social de la Universidad Abat Oliba CEU. Durante muchos años fue político en Convergència i Unió hasta que dejó el partido al constatar la deriva contraria a los principios cristianos que esta formación iba asumiendo. En 2008 fue designado por Benedicto XVI como miembro del Pontificio Consejo de Laicos, cargo que en 2014 ha confirmado el Papa Francisco.
Después de una década observando la crisis social y moral que atenaza a Occidente, Miró ha sintetizado sus conclusiones en La sociedad desvinculada (editorial Stella Maris), cuestionando los sistemas políticos actuales. ReL le ha preguntado por su análisis.
Después de una década observando la crisis social y moral que atenaza a Occidente, Miró ha sintetizado sus conclusiones en La sociedad desvinculada (editorial Stella Maris), cuestionando los sistemas políticos actuales. ReL le ha preguntado por su análisis.
- A estas alturas creo que existe un cierto grado de consenso, pero la cuestión no son las causas inmediatas sino las profundas, y ahí uno de los primeros en pronunciarse fue el financiero Warren Buffet en 2009. Dijo: "Pienso que muchas personas del mundo financiero están relacionadas con la crisis en parte por avaricia, en parte por estupidez y en parte porque decían que era otro el que estaba haciendo lo que no debía".
»Este hombre que trabaja para ganar dinero nos decía que los motivos de la crisis eran vicios que ni siquiera son originales: la avaricia, la ignorancia, la irresponsabilidad. Nos remitía a una raíz moral.
- Es la cultura que establece que la realización personal y la autenticidad solo se logran mediante la satisfacción del deseo, de su pulsión, que como tal y en la práctica se traduce en la importancia decisiva del dinero y el sexo.
»La satisfacción del deseo, impulsado por la subjetividad sin limites, es el hiper bien al que todo compromiso personal, religión, tradición o norma de derecho debe supeditarse. En definitiva, según la sociedad desvinculada el vínculo personal, religioso, comunitario o social sólo vincula mientras contribuya a satisfacer mi deseo, mis preferencias.
- Comparemos la cultura occidental con una gran bóveda soportada por dos potentes muros de carga: la civilización helénica y la religión judía articulados por el cristianismo. Lo que lo une todo es la fuerza del vínculo. El cristianismo lleva esta relación a su máxima expresión en la persona de Jesucristo, a la vez que subraya el compromiso con todos los seres humanos, con el prójimo. El amor se constituye así en la expresión que caracteriza lo humano.
Pues bien, por desgracia hoy esta razón objetiva, la bóveda, está destruida y nada la ha substituido. Nuestra sociedad, nuestras personas, se encuentran en la intemperie del sinsentido porque la razón instrumental propia de la Ilustración, desarrollada en la modernidad y dinamitada por su vástago, la cultura desvinculada, es incapaz de proporcionar una casa común.
- No. No es posible en una sociedad donde el bien se ha trasformado en una simple preferencia personal fruto del deseo, donde el bien es aquello que me gusta. El gobierno se transforma en una acción de desgaste y en una gran incapacidad para mejorar, dado que una gran parte de las energías se aplican a contener los innumerables conflictos de la preferencias del deseo individual.
- Ontológicamente es difícil articular bien el liberalismo con el cristianismo. Otra cosa es que aspectos instrumentales de la concepción liberal nos sean positivos y puedan ser buenos instrumentos; eso sí, en el marco de una razón objetiva que delimite sus usos y efectos, pero como “pensamiento madre” creo que no puede compatibilizarse. En el libro dedico una especial atención a este conflicto.
- La tiene en la medida que la base de su funcionamiento es el mercado que se autorregula, en el que todo bien es una mercancía, incluido el trabajo humano y por consiguiente la cultura y la salud, cuyo fin es el beneficio ilimitado, y que su regulación política es el contrato. Daña a la familia que es una institución básica situada en el seno del marco de referencia liberal pero que funciona bajo unas prácticas que nada tienen que ver con las que rigen a la sociedad liberal. Existe una contradicción objetiva inasimilable que ha estallado.
- La cultura de desvinculación rompe con el fundamento biológico y antropológico del ser humano. Por una parte, la ideología de género destruye el fundamento de nuestra especie, la unidad de la persona en la especificidad del ser hombre y ser mujer. Por otra parte, la biotecnología se desvincula del substrato biológico natural con la pretensión de ‘crear’ un hombre nuevo: eugenesia, eutanasia, aborto.
- No, evidentemente. Cualquier observación de los efectos económicos de la familia en el crecimiento económico y la formación del sistema público de bienestar señalan que sólo un determinado modelo cumple con aquellas funciones. Esta conclusión científica resulta coincidente con el modelo de familia clásico, y esto, por razones ideológicas, la sociedad desvinculada no puede asumirlo porque es contrario a su propia fundamentación.
- Como expongo en el libro, fruto de estudios anteriores que realicé para la comisión de expertos con motivo de la ley del aborto de Zapatero, y que no fue ni tan siquiera discutida por los diputados socialistas, el aborto genera un coste importante a partir de un determinado volumen, como es el caso de España, porque entraña una destrucción de capital humano que puede medirse, que se traduce en: reducción de la renta futura, de los ingresos públicos, y acentúa el déficit de la Seguridad Social.
- El libro apunta esa necesidad. Necesitamos un nuevo marco de razón objetiva. No es algo inédito: Rusia y China se encontraron en la misma disyuntiva con la implosión marxista; y lo están edificando, no sin dificultades, a partir de la única fuente posible: la de su tradición cultural. La ortodoxia en un caso, el neoconfucionismo en el otro.
»La reconstrucción de la comunidad, la educación práctica y puesta en el valor social de la virtud, la necesidad de un nuevo modelo de crecimiento que aproveche las experiencias de prácticas concretas y de concepciones globales como la inicial de la economía social de mercado y la actual de la económica civil de mercado son algunos ejemplos.
FICHA TÉCNICA |
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Título: | La sociedad desvinculada | Ocio Hispano Teléfono: 915 940 922 |
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Autor: | Josep Miró i Ardévol | Amazon (ebook) | ||
Editorial: | Stella Maris | |||
Páginas: | 192 páginas | |||
Precio | 17,90 euros (papel) 7,21 euros (ebook) |
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