«Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus discípulos para mostrarle las construcciones del Templo. Pero él les respondió: ‘¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derruida’”. Estas palabras de Jesús aparecen recogidas en el Evangelio de Mateo, y pocas décadas después de pronunciarlas se cumplirían.
En el año 70 d.C. el Segundo Templo de Jerusalén fue arrasado por Tito, futuro emperador romano. Apenas quedó lo que hoy los judíos conocen como el Muro de las Lamentaciones.
Ahora la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA por sus siglas en inglés) asegura haber encontrado evidencia arqueológica de la destrucción del templo que profetizó el propio Cristo.
De este modo, expertos de este organismo han anunciado el descubrimiento de piedras que se cree que se utilizaron como proyectiles para derribar los muros de Jerusalén durante el asedio del año 80 después de Cristo.
Basado en los hallazgos de un campo de batalla de 2000 años de antigüedad descubierto en el Complejo Ruso, uno de los distritos más antiguos de la ciudad, el arqueólogo de la IAA, Kfir Arbiv, utilizó cálculos balísticos realizados a través de ordenador para recrear la antigua batalla.
“Con la ayuda de la informática registré el punto de ubicación de todas las balistas y teniendo en cuenta la topografía local y la ubicación de los muros de fortificación de la ciudad del período del Segundo Templo, hice cálculos balísticos, incluido el ángulo de lanzamiento y la distancia de las piedras”, dijo Arbiv en una publicación en Facebook donde IAA compartió imágenes de la excavación, incluida una punta de flecha y una bola de ballesta.
Hasta el momento, la excavación ha descubierto cientos de balistas de varios tamaños que fueron lanzadas desde lo que Arbiv describió como «máquinas sofisticadas para lanzar pernos» desde distancias de más de 300 metros.
Las piedras más pequeñas utilizadas por la infantería y las máquinas de catapulta también se encontraban entre el arsenal romano expuesto, según Arbiv. En las excavaciones también se recuperaron lanzas, espadas y puntas de flecha, algunas lo suficientemente pesadas como para perforar armaduras. Se cree que las piedras se usaron en el violento asedio de cuatro meses que condujo a la destrucción del Templo y la eventual caída de Jerusalén.
El período del Segundo Templo abarcó desde el 516 a.C. hasta el 70 d.C., cuando, en el ejército romano dirigido por el general Tito rindió Jerusalén y destruyó el templo tras un asedio de cuatro meses para sofocar una revuelta del pueblo judío que había iniciado cuatro años antes.
Eli Eskosido, director de IAA, dijo que las piedras y otras pruebas físicas que utilizó el ejército romano “reflejan las batallas extremadamente duras que eventualmente llevaron a la destrucción del Segundo Templo”.
«A pesar de las facciones internas y las probabilidades imposibles, un pequeño grupo de defensores judíos retuvo a los romanos durante unos meses hasta la trágica destrucción de la ciudad», dijo Eskosido.
Tal y como recoge Christian Post, además de los hallazgos anteriores de puntas de flecha y bolas de balista de piedra en la calle principal que conducía al Templo, también se han recuperado otros artefactos del período del Segundo Templo en los últimos años, incluido un baño ritual judío de 2000 años de antigüedad y un camino que discurre desde las puertas de la ciudad y el estanque de Siloé hasta el templo, donde se cree que caminó Jesús.