Dentro del ciclo Testigos de la fe. El valor de los mártires, que organiza el Foro San Benito en la Hospedería del Valle de los Caídos, este domingo 17 de noviembre, a las 12.30 horas, el profesor Alejandro Rodríguez de la Peña, doctor en Historia Medieval y vicerrector de la Universidad San Pablo CEU, disertará sobre "El martirio en la Edad Media", un caso chocante en un tiempo presumiblemente ya evangelizado.


-Apunta a que el triunfo del Cristianismo con la conversión de Roma no fue el final de la historia de la salvación. Ya en el siglo V San Agustín aclaró en su De Civitate Dei que la Ciudad de Dios aún no había triunfado y que la Roma constantiniana no era la verdadera patria de los cristianos.


-El final de las persecuciones y el nacimiento del Estado confesional imperial romano (año 380) y de sus herederos, las monarquías cristianas altomedievales fundadas por los germanos (siglos V-VIII), no supuso ni una evangelización profunda de todos los estratos sociales ni de los propios gobernantes, quienes en muchos casos intentaron utilizar a la Iglesia en su provecho restringiendo su libertad. Además, surgirían nuevas amenazas, como el Islam, y desafíos tales como la difícil y laboriosa evangelización de los pueblos germánicos y eslavos.


-Se produjeron situaciones martiriales en escenarios como el martirio por defensa de la libertad de la Iglesia frente a poderes cristianos cesaropapistas, el martirio por defensa de la ortodoxia frente a poderes cristianos heterodoxos y el martirio a manos de poderes no cristianos (paganos o islámicos).


-Sí, hubo martirio a manos de poderes cristianos bien por la heterodoxia o herejía de éstos bien por su intento de laminar la libertad de la Iglesia.

-Los más célebres son los de San Eulogio de Córdoba en el siglo IX y el Beato Raimundo Lulio en el siglo XIV en el capítulo del martirio a manos del Islam; los del Beato Boecio en el siglo VI y Santo Tomás Becket en el siglo XII a manos de monarcas invasivos; y el de San Bonifacio en el siglo VIII a manos de paganos a los que iba a evangelizar.


-El Beato Boecio fue no sólo el principal filósofo y matemático de la Europa occidental del siglo VI sino también el principal magistrado del gobierno del Rey ostrogodo Teodorico el Grande. Pero terminó enfrentándose a su soberano en un caso muy parecido al de Santo Tomás Moro, ya que tuvo que revolver un conflicto entre su deber de conciencia como católico y el deber para con su Rey, un arriano que se estaba enfrentando a la Iglesia y que había encerrado en prisión al Papa. Boecio murió decapitado por ello.

-Fue asesinado en la catedral de Canterbury por sicarios enviados por el Rey Enrique II de Inglaterra por defender la libertad de la Iglesia frente a las intromisiones regalistas del soberano. Ello a pesar de deberle al propio monarca, de quien había sido canciller, su elevación a la mitra arzobispal.


-Hubo reyes mártires y confesores que fueron asesinados por causa de la fe y también mártires a manos de reyes presuntamente cristianos.


-Especialmente toda la zona no mediterránea: el norte germánico (Inglaterra, Frisia, Escandinavia), Centroeuropa (Alemania, Bohemia, Hungría, Polonia) y el Este eslavo.


-Hubo persecución por parte de los turcos y de los fatimíes a los cristianos en Tierra Santa, aunque esta se restringió sobre todo los peregrinos latinos.


-El Medievo consideró mártires a algunos cruzados pero hay una compleja cuestión teológica asociada a la condición de combatiente, a los mártires que murieran combatiendo o incluso con armas en la mano.


-Quizá los últimos fueron los frailes dominicos y franciscanos asesinados que predicaban contra las herejías en algunas regiones europeas especialmente afectadas por éstas como el Languedoc y Lombardía.