-Apunta a que el triunfo del Cristianismo con la conversión de Roma no fue el final de la historia de la salvación. Ya en el siglo V San Agustín aclaró en su De Civitate Dei que la Ciudad de Dios aún no había triunfado y que la Roma constantiniana no era la verdadera patria de los cristianos.
-El final de las persecuciones y el nacimiento del Estado confesional imperial romano (año 380) y de sus herederos, las monarquías cristianas altomedievales fundadas por los germanos (siglos V-VIII), no supuso ni una evangelización profunda de todos los estratos sociales ni de los propios gobernantes, quienes en muchos casos intentaron utilizar a la Iglesia en su provecho restringiendo su libertad. Además, surgirían nuevas amenazas, como el Islam, y desafíos tales como la difícil y laboriosa evangelización de los pueblos germánicos y eslavos.
-Se produjeron situaciones martiriales en escenarios como el martirio por defensa de la libertad de la Iglesia frente a poderes cristianos cesaropapistas, el martirio por defensa de la ortodoxia frente a poderes cristianos heterodoxos y el martirio a manos de poderes no cristianos (paganos o islámicos).
-Sí, hubo martirio a manos de poderes cristianos bien por la heterodoxia o herejía de éstos bien por su intento de laminar la libertad de la Iglesia.
-Los más célebres son los de San Eulogio de Córdoba en el siglo IX y el Beato Raimundo Lulio en el siglo XIV en el capítulo del martirio a manos del Islam; los del Beato Boecio en el siglo VI y Santo Tomás Becket en el siglo XII a manos de monarcas invasivos; y el de San Bonifacio en el siglo VIII a manos de paganos a los que iba a evangelizar.
-El Beato Boecio fue no sólo el principal filósofo y matemático de la Europa occidental del siglo VI sino también el principal magistrado del gobierno del Rey ostrogodo Teodorico el Grande. Pero terminó enfrentándose a su soberano en un caso muy parecido al de Santo Tomás Moro, ya que tuvo que revolver un conflicto entre su deber de conciencia como católico y el deber para con su Rey, un arriano que se estaba enfrentando a la Iglesia y que había encerrado en prisión al Papa. Boecio murió decapitado por ello.
-Fue asesinado en la catedral de Canterbury por sicarios enviados por el Rey Enrique II de Inglaterra por defender la libertad de la Iglesia frente a las intromisiones regalistas del soberano. Ello a pesar de deberle al propio monarca, de quien había sido canciller, su elevación a la mitra arzobispal.
-Hubo reyes mártires y confesores que fueron asesinados por causa de la fe y también mártires a manos de reyes presuntamente cristianos.
-Especialmente toda la zona no mediterránea: el norte germánico (Inglaterra, Frisia, Escandinavia), Centroeuropa (Alemania, Bohemia, Hungría, Polonia) y el Este eslavo.
-Hubo persecución por parte de los turcos y de los fatimíes a los cristianos en Tierra Santa, aunque esta se restringió sobre todo los peregrinos latinos.
-El Medievo consideró mártires a algunos cruzados pero hay una compleja cuestión teológica asociada a la condición de combatiente, a los mártires que murieran combatiendo o incluso con armas en la mano.
-Quizá los últimos fueron los frailes dominicos y franciscanos asesinados que predicaban contra las herejías en algunas regiones europeas especialmente afectadas por éstas como el Languedoc y Lombardía.