El resultado no es solamente un libro de interés teológico, sino también de profunda espiritualidad, que puede servirle al lector para nutrir su oración eucarística. Es sin duda un libro para saber sobre la Eucaristía, pero además bien puede ser un impulso para penetrar en la celebración de la misa y en la adoración del Santísimo.
Es de señalar que la editorial (Ediciones De Buena Tinta) ha tenido el acierto de ponerle un precio bastante asequible tanto en la versión de papel como en ebook; lo cual siempre se agradece, más en tiempos de crisis.
Pero dejemos que el autor nos lo cuente con sus propias palabras en esta entrevista para ReL.
-Casi nadie sabe lo que son estas antífonas, ni siquiera los católicos que van a misa los domingos y, sin embargo, deberíamos estar familiarizados con ellas.
Con frecuencia nos quejamos de los cantos de la misa: la música muchas veces es mala, más que religiosa parece, en no pocos casos, la tonadilla pop de algún anuncio o la melodía empalagosa de alguna serie televisiva para adolescentes; las letras de cuando en cuando son pobretonas, a veces incluso pueden ser hasta poco... religiosas; y, cuando son pasables, apenas cantamos.
-Vale, vayamos al grano. Una antífona es un texto breve, casi siempre tomado de la Biblia. Acompañada por el salmo que le corresponda, la antífona hace las veces del estribillo de una canción, mientras que el papel de las estrofas lo hace algún salmo.
En el misal, está prevista una de entrada y otra de comunión para cada misa.
La antífona de entrada, con sus estrofas sálmicas, corresponde al canto de entrada y la de comunión al del momento en que los fieles comulgan. Si no se cantan, se puede entonar otro canto apropiado, pero, si no se hace ni lo uno ni lo otro, al menos se deben leer las antífonas del misal. Esto último rara vez se hace, lo que no deja de ser un tanto chocante. Pero también extraña que no haya, al menos que yo sepa, una musicalización de las antífonas para todas las diócesis de habla española del mundo o, al menos, para las de España.
-Cualquier otro canto hace una suplencia, lo cual quiere decir que lo mejor es cantar las antífonas con sus salmos. Además de unas melodías apropiadas, la riqueza que aporta la Palabra de Dios es algo que no tiene parangón. Pensemos además que son textos que ha ido decantando la tradición litúrgica a lo largo de los siglos y, por ello, difícilmente podremos encontrar otros más adecuados.
Por otra parte, el que hubiera una musicalización común para todas las diócesis serviría para enriquecer la comunión entre todos. Al acudir a la celebración de otra comunidad que no sea la propia, cualquiera se uniría fácilmente a la expresión en canto de la misma fe. Junto a esto, y mirando al futuro, la constancia a lo largo de las generaciones en unos mismos cantos daría a nuestra participación en la liturgia una densidad que no podemos encontrar en las incesantes novedades y modas que no dan tiempo a que nada se enraíce.
-Efectivamente, mi intento es más modesto. Los versículos o el versículo de una antífona de entrada, por lo que dice, sirve para disponernos a celebrar la Eucaristía y la antífona de comunión, hablándonos del misterio, nos ayuda a vivir el momento en que nos acercamos a recibir al Señor, a saber a Quién vamos, a agradecer el don que se nos ofrece y acogemos.
Sencillamente he querido explicitar lo que tenemos en las antífonas, en ellas encontramos latente una teología sobre la Eucaristía; no perdamos de vista que la gran maestra de la fe es la liturgia, en ella se nos regala toda una teología simbólica. Las antífonas, por eso, cobran todo su vigor en el contexto de la celebración.
Los pequeños comentarios que hago a cada una de las antífonas creo que pueden ayudarnos no sólo a conocer un poco mejor el misterio eucarístico, sino también a prepararnos para la misa o para dar gracias a Dios cuando comulgamos y para vivir con más intensidad y profundidad la celebración.
Pero, como tienen en el centro la Eucaristía, más allá de la misa, los comentarios pueden servir también para los momentos de adoración o para la visita al Santísimo.
-Cada misa tiene sus antífonas propias, así, por ejemplo, las del cuarto domingo de adviento no son las mismas que las del segundo de pascua. De modo que uno puede centrarse en las de la celebración del día correspondiente. Pero, por otra parte, como todas hacen referencia a la Eucaristía, cualquiera es buena para la adoración. Y, cómo no, aparte de la oración, el libro puede leerse para la propia formación como cualquier otro, empezando por el principio y terminando por el final, aunque también puede saltarse de un comentario a otro al azar o según le mueva el Espíritu.
-Si hay alguien que sepa de música y quiera, me ofrezco para trabajar con él e intentar convencer a la Conferencia Episcopal para que sea algo más que un proyecto privado.
FICHA TÉCNICA | COMPRA ONLINE | |||
Título: | Mosaico eucarístico | Ocio Hispano | ||
Autor: | Alfonso García Nuño | Todoebook | ||
Editorial: | De Buena Tinta | |||
Páginas: | 238 páginas | |||
Precio | 15,00 euros | |||