El Museo Tiflológico de la ONCE, un museo destinado a que personas ciegas tengan la posibilidad de acceder a un museo de forma normalizada, sin que la deficiencia visual grave constituya una barrera insalvable a la hora disfrutar de las piezas, ofrecerá desde este próximo miércoles 4 de julio un nuevo itinerario de visita centrado en temática religiosa. Los visitantes podrán conocer con sus manos reproducciones de monumentos tan importantes como Santa Sofía de Estambul, las ciudades de Jerusalén y Toledo, la Catedral de Santiago de Compostela, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial o la Sagrada Familia, entre otros muchos ejemplos. Aunque las piezas son parte de la colección permanente del museo, lo que se ha buscado es una nueva oferta cultural.
Tal y como explican desde el Museo a Religión en Libertad, “a propuesta de CECO (la organización que agrupa a los ciegos católicos de España), y concretamente de su presidente, Ignacio Segura, se ha diseñado un itinerario que focalice el interés de los visitantes en torno a los monumentos de carácter religioso representado en nuestra colección de maquetas. Desde el Museo Tiflológico, somos conscientes de la importancia de motivar a los distintos perfiles de potenciales visitantes y para ello estamos diseñando una oferta de itinerarios orientados a centrar la atención en nuestras colecciones percibidas desde distintas perspectivas: religiosa, historia del arte, historia de la literatura, historia del cine, etc.”.
Por su parte, Ignacio Segura, presidente de CECO, ha explicado que “si servir significa ponerse al servicio del otro para que crezca en humanidad, entonces yo doy las gracias al museo de la ONCE, pues nos hacen progresar en humanidad”. Y señala que “hoy gracias al esfuerzo de los profesionales del Museo podemos ver ese patrimonio histórico que nuestra Iglesia ha ido sembrando durante tantos siglos por el mundo, haciendo posible captar la espiritualidad por medio de nuestras manos".
La inauguración del recorrido tendrá lugar este miércoles 4 de julio, a las 12 horas en el museo Tiflológico de la ONCE (en la Calle de la Coruña, 18, de Madrid), y las obras que comprende el itinerario son las siguiente:
- Ciudad de Jerusalén
- Santa Sofía de Estambul
- Iglesia de San Pedro de la Nave
- Ciudad de Toledo
- Catedral-Mezquita de Córdoba
- San Martín de Frómista
- Ciudad de Ávila
- Catedral de Santiago de Compostela
- Torre de Pisa
- Catedral de Burgos
- Monasterio de Yuste
- Monasterio de San Lorenzo de El Escorial
- Basílica de Nuestra Señora del Pilar
- Templo de la Sagrada Familia
- Kremlin de Moscú y Catedral de San Basilio
- Pintura de San Sebastián curado por las santas mujeres
Historia del museo de la ONCE
El 14 de diciembre de 1992 la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) inauguró en Madrid el Museo Tiflológico con el deseo de ofrecer a las personas ciegas la posibilidad de acceder a un museo de forma normalizada, sin que la deficiencia visual grave constituyera una barrera insalvable a la hora de estudiar o disfrutar de las piezas.
Se respondía de esta manera a un proyecto largamente acariciado que puede remontarse, al menos, a los años 70 del siglo XIX, cuando en el Colegio Nacional de Sordomudos y de Ciegos de Madrid se iniciaron una serie de colecciones didácticas que se englobaban bajo el nombre de Museo de objetos o Museo de cosas; este impulso acabaría convirtiéndose en una opción de educación permanente auspiciada desde las asociaciones de trabajadores ciegos y dirigida al público adulto.
En la actualidad, el Museo Tiflológico es un espacio concebido para que sus visitantes puedan ver y tocar las piezas expuestas, aunque lo que realmente lo hace original y único es el hecho de ser un museo que nace por decisión de sus usuarios y diseñado por estos a la medida de sus necesidades.
En él se exhibe el patrimonio cultural de la ONCE y se desarrollan los programas de exposiciones temporales de obras de artistas ciegos y de extensión museística a través de la exposición itinerante de sus fondos. En ambos casos el objetivo es promocionar y satisfacer las necesidades culturales de las personas con discapacidad visual grave, así como servir de escaparate a los esfuerzos de integración y normalización perseguidos por la ONCE.