Las historias del Padre Brown no son literariamente lo mejor de Gilbert Keith Chesterton (18741936), pero sí lo más popular, y desde luego el sacerdote-detective encarna a la perfección la visión del mundo del genial escritor inglés y, en particular, la armonía entre fe y razón que -unida a la dicha de vivir y de descubrir lo sobrenatural en lo natural- que transmiten sus obras.
La versión para televisión que emitió la BBC en enero de este año se saldó con un éxito absoluto. Los relatos se ambientaron en los años cincuenta para acercarlos un poco al espectador contemporáneo (la serie escrita arrancó en 1913), y el fichaje de Mark Williams, uno de los fijos, como Arthur Weasley, en las películas de Harry Potter, para interpretar al Padre Brown ha enganchado a un público muy amplio. Los dos millones de audiencia media de la serie han animado a los productores a lanzarse a una segunda temporada, que empezará a rodarse en mayo.
"Es maravilloso que el brillante Mark vaya a coger la bicicleta y a empezar a actuar de nuevo", afirmó Kate Harwood, directora de producciones dramáticas de la BBC, en alusión al medio de transporte que utiliza el cura para sus desplazamientos por el apacible pueblo inglés en el que suceden los crímenes que resuelve.
Curiosamente, uno de los problemas de interpretar al Padre Brown es su humildad, el tono secundario que le imprimió Chesterton: "A menudo hace su primera aparición de forma colateral o como uno más en una lista, como algo marginal en la historia. Su característica más sobresaliente es no ser sobresaliente, y ni la televisión ni los medios están hechos para glorificar la humildad. Favorecen más bien la centralidad del actor, su ubicación central, su celebridad. Basar un espectáculo sobre un hombre que observa tranquilamente a los demás es un desafío que la nueva serie de la BBC tal vez no resuelve del todo satisfactoriamente", señalaba Michael Newton, crítico de The Guardian, en el estreno de la primera serie de relatos.
Pero Williams valora precisamente esa sencillez del Padre Brown: "Le atraen los detalles de la vida y de la humanidad, y se preocupa mucho por el alma de la gente. Es lo más interesante que hay en él como detective: para él no se trata de misterios o de casos, sino de la condenación eterna de una persona. Y cuando lo resuelve, el cielo se oscurece y se llena de demonios: él está desesperadamente comprometido con su moralidad".
El nuevo Padre Brown declara, además, sentirse muy a gusto con la sotana puesta: "El traje del sacerdote católico es extraordinario... salvo para ir en bicicleta.