El padre David Jasso fue directivo de fútbol durante 7 años en los Rayados de Monterrey, con los que fue campeón en México en 2009 y 2010.
Resume así aquella etapa de su vida: "Tuve novias, viajé, me divertí, del Cielo a la tierra, en un ambiente de lujos, de trato VIP en muchas partes, de estar cerca de los famosos, de estar ahí en el mejor momento del equipo..."
En 2011 se dio cuenta de que Dios le llamaba al sacerdocio (la historia completa aquí).
Ahora que es sacerdote, desde los medios de comunicación y desde su cuenta de Facebook anima a vivir el fútbol como una escuela de virtudes y a poner a Dios y los santos en la vida, también en la vida futbolera.
En su cuenta de Facebook ha publicado un mensaje dirigido a las selecciones nacionales y los jugadores y técnicos que acudirán al Mundial de Fútbol de Qatar 2022.
No a la violencia en el fútbol
Comenta primero la violencia que en un partido en Indonesia causó 131 víctimas mortales. “Quienes generan violencia o agresiones de cualquier tipo, no saben u olvidan por completo lo que es el fútbol”, sentencia. “El fútbol debe ser un espectáculo familiar y seguro. ¡No más violencia en algo tan hermoso y apasionante como lo es el fútbol!”
El padre David Jasso con representantes amigos de dos clubes rivales, Tigres y Rayados.
Así, pide que Qatar 22, con sus 32 selecciones nacionales, sea “una fiesta de paz y por la paz”. “Vivamos el fútbol con alegría y como una oportunidad para hacer crecer nuestros talentos, recordando que el deporte y el fútbol, también son un don de Dios”.
Recuerda que el fútbol es tan universal, rompe tantas barreras, que mientras que la ONU cuenta con 193 estados miembros, la FIFA cuenta con 211 países afiliados.
Jasso cita a San Juan Pablo II, quien pedía que el fútbol difundiera "la tolerancia, el respeto de la dignidad humana, la paz y la fraternidad”.
Este Mundial, sin embargo, es especial por las circunstancias, en medio del impacto de una crisis ocasionada por la pandemia, un "acelerado cambio de época" y la guerra entre Rusia y Ucrania. En ese contexto celebra "un deporte que se juega en todo el mundo por su sencillez, su cercanía y sus emociones”.
Cromos de futbolistas y estampitas de santos
El padre Jasso aprovecha las experiencias futboleras para reflexionar sobre experiencias de fe e iglesia. Así, contemplando un álbum de cromos de futbolistas, se pone a pensar en los santos y sus estampitas.
"Aunque siempre las analogías son limitadas, me gusta pensar que los jugadores son para el fútbol, lo que para la Iglesia son los santos: modelos a seguir e imitar, promotores de un estilo de vida, o de juego en el caso del fútbol", comenta.
"Así como sucede con los santos, la vida y obra de los jugadores es conocida por sus seguidores. Los buscamos o seguimos porque incluso pareciera que sus acciones son sobrenaturales o que no tienen precedente, como los milagros que acompañan la vida de San Martín de Porres, el heroico testimonio de San José Sánchez del Río o la atención amante a los enfermos de Santa Teresa de Calcuta", añade.
"De manera análoga, limitada pero con toque sobrenatural, muchas acciones de los jugadores atraen la atención y hasta la devoción de muchos, como aquel gol de cabeza de Cristiano Ronaldo en el que se eleva hasta 2.56 metros, “el penalti a la panenka”, llamado así por el jugador Antonín Panenka imitado por muchos o aquella legendaria atajada de René Higuita llamada “el escorpión” cuando el guardameta levantó ambos pies por detrás para golpear el balón con la suela de los tachones", comenta el ex-directivo.
Al final, añade, "el fútbol como fenómeno social, es reflejo de la vida y de la sociedad donde también se deben respetar las reglas y a los rivales pues, como dijo el Papa Francisco: “de nada vale golpear bien la pelota si no eres capaz de dialogar con el árbitro”.