¿Qué se pierde cuando tergiversan los cuentos clásicos y el esquema tradicional de la aventura? Se pierde sentido, consuelo y esperanza, advierte Diego Blanco, guionista y escritor.
Autor de "Érase una vez el evangelio en los cuentos" y los 7 libros infantiles-juveniles del Club del Fuego Secreto (acaba de salir el séptimo, que cierra la serie), advierte de que hay una corriente que busca deconstruir y tergiversar las grandes historias que antes daban esperanza, consuelo y sentido.
Detalla que ya en los años 80, el filósofo Jacques Derrida propuso "deconstruir" los grandes relatos, explica Diego Blanco en una apasionante conversación con ReligionEnLibertad. "Los destripa, pone sus restos sobre la mesa y nos dice: '¿veis? Eran machistas, no tenían diversidad racial...'"
Ahora nos dicen que los malos son los buenos
El cambio que más preocupa al escritor es que "los protagonistas en las historias ahora son los malos de las historias que leíamos nosotros". "Ahora las historias están protagonizadas por vampiros, trolls, zombies... Breaking Bad, Juego de Tronos, House of Cards... están protagonizados por personajes moralmente inaceptables", advierte.
"Es intencionado, quieren cambiar la forma de pensar de la sociedad, cambiando el bien por el mal..."
También desaparece, avisa, la figura del sabio maestro, sacerdote o filósofo, el mentor que acompaña al joven. Citando la última trilogía de Star Wars (y contrariamente a la trilogía clásica), señala que los nuevos protagonistas "tienen un poder innato dentro, nadie sabe por qué, ya no tienen ni que aprender la Fuerza ni a usar el sable láser, todo le es innato... Porque se busca eliminar la figura del mentor, que es una variante de la figura del padre", denuncia.
Grandes enseñanzas humanas... y cristianas
En Érase una vez el Evangelio en los cuentos (que ReL reseña aquí con detalle), Diego Blanco defendía la importancia de las historias clásicas, con grandes enseñanzas psicológicas y humanas, y que en Occidente incluyen también, de forma popular, adaptada a los niños, no solo conceptos mitológicos muy antiguos sino enseñanzas cristianas.
Así, 'Jack y las habichuelas' es una variación de la parábola de Jesús del tesoro escondido o la perla de gran precio: "Jack vende todo lo que tiene, la vaca de su familia, y compra una habichuela, una semilla... ¡pero le permitirá subir al Cielo!", explica.
O la Cenicienta, cuento con miles de años, pero que en la versión europea incluye a sus hermanas envidiosas, como los hermanos envidiosos de José en la Biblia. Otra clave es el concepto de la princesa, que es "la hija del Rey", y, en clave cristiana, el alma, la persona preciosa y amada por Dios, por Cristo, representado en el príncipe salvador y enamorado.
Tolkien y la buena fantasía
Todas estas claves profundas e incluso sanadoras se encuentran también en la obra de Tolkien y El Señor de los Anillos, afirma, y por eso se ha convertido en un clásico imbatible.
"Tolkien tiene la capacidad de crear una mitología completa, detallada, que toca el corazón del hombre. La batalla en El Señor de los Anillos no es solo el bien contra el mal, pero todos tenemos la experiencia de cargar con una losa pesada, el Anillo, que puede ser el miedo a morir, o el deseo de evadirnos de los problemas haciéndonos invisibles, algo que se parece a una adicción... Y el sabio Gandalf te dice: 'eso de volverte invisible no es una tontería, es un arma del enemigo para esclavizarte. ¡Sal corriendo y ponte en camino!'"
La fantasía sana debería aportar a los jóvenes "unas gafas para comprender la realidad, y consuelo ante las tristezas del mundo. Tolkien decía que un prisionero tiene obligación de escaparse, y si no puede, al menos tiene derecho a imaginar la vida fuera de la prisión. La fantasía da esa capacidad. No es escapismo sin sentido, sino una forma privilegiada de esperanza", explica.
La gente sin Dios, detalla, no tiene esperanza y se aferra a la mera resiliencia, a la que se alaba y promociona, pero que no ilumina la vida.
Los buenos no son aburridos
En sus 7 novelas del Fuego Secreto, que gustan a niños y adolescentes, ha buscado dejar claro que "los malos son malos, y los buenos hacen lo que buenamente pueden. Te dicen: 'los buenos son inmaculados y aburridos'. No es verdad. Los buenos son muy imperfectos. De mis personajes, un chico sufre porque le hacen bullying, otro es hipocondríaco..."
Guiados por tres profesores (homenajes a Chesterton, C.S.Lewis y Tolkien) podrán enfrentarse al Maestro de Mentiras, viajando, entre homenajes y guiños, por el mundo de la fantasía, la ciencia ficción, los misterios de asesinatos tipo Agatha Christie y otros géneros.
"Me han felicitado asociaciones antibullying, que recomiendan mi libro, y eso me ha alegrado mucho. También me ha alegrado que hay chavales con discapacidad que los han leído y los aprecian mucho. Y a muchos chavales les ayuda, ante los miedos que todos tenemos, para aprender a luchar con nuestras heridas", detalla.
A Diego, en su adolescencia, le ayudó mucho leer El Señor de los Anillos. Hoy se siente feliz de poder ayudar a muchos chicos con las historias que escribe.