Este mes de enero se estrena en México el cortometraje Hermano Narco, realizado bajo la dirección técnica de Jorge Segovia y con producción del sacerdote paulino Sergio Omar Sotelo Aguilar, director del Centro Católico Multimedial (CCM).
Lo han elaborado en su totalidad un grupo de jóvenes mexicanos concienciados con la realidad de la violencia producida por el enfrentamiento entre bandas y su impacto sobre las personas reales y sus familias. El reguero de dolor y envilecimiento producido en los últimos años por miles de asesinatos ha dejado sin embargo, en forma de destellos compensatorios, conversiones radicales de vida de algunos criminales, así como el ejercicio heroico del perdón por muchas de sus víctimas y familiares de sus víctimas.
De hecho, según explica el CCM, "esta producción de CCM tiene como finalidad exhortar a los delincuentes a la conversión y a reparar en la medida de lo posible los daños causados a la sociedad".
Hermano Narco recoge con sensibilidad y emoción estas temáticas, proponiendo precisamente ese perdón como instrumento para transformar el corazón de los delincuentes. El corto está basado en una historia real, la de Miri, una niña de 13 años, y su hermano menor, a cuyas vidas llega un cambio inesperado de la mano de la violencia, pero también de su redención.