"La historia entre la Síndone y yo es una historia de amor": así empieza la nueva película Who can He be? [¿Quién puede ser Él?], del director y productor de cine inglés David Rolfe, que se estrena en Londres esta Pascua.
Rolfe, de 70 años de edad, con más de cien películas y programas de televisión realizados entre 1972 y la actualidad, relata en su último trabajo el misterio de la Sábana Santa y recorre la historia de la relación especial que tiene con el sudario de Cristo y que dura -también desde el punto de vista cinematográfico- casi cincuenta años.
Matteo Bini habló con él por teléfono en su sala de montaje de Beaconsfield, en Buckinghamshire, para el mensual italiano de apologética Il Timone.
-¿Cómo nació su interés por la Síndone?
-Corría el año 1976 y acababa de licenciarme en la London Film School. Buscaba una idea para realizar un documental. Había publicado un anuncio en un periódico de Londres y me llegaron diversas propuestas, pero ninguna me parecía interesante. Entre el material que recibí había un sobre enviado por un tal Ian Wilson, a quien entonces no conocía. Era un historiador que había escrito sobre el posible origen del sudario de Cristo y en ese sobre había metido una foto de la Síndone con su negativo.
David Rolfe: "Empecé el documental como agnóstico y lo acabé como cristiano"'.
A diferencia de la imagen a colores, la imagen en blanco y negro captaba claramente el cuerpo de un hombre y yo, como experto de fotografía, no conseguía comprender cómo esa imagen podía estar presente en un lienzo que tenía siglos de antigüedad. Y dado que un misterio es siempre la base de una buena película, me convencí de que había encontrado la historia que buscaba. Realizaría un documental de investigación sobre el origen de la imagen impresa en la Síndone a pesar de que en esa época era un agnóstico convencido que incluso había decidido no bautizar a su hija.
-¿Fue difícil?
-Realizar The Silent Witness [El testigo silencioso] en 1978 fue posible solo gracias al padre Pietro Rinaldi, a quien he dedicado mi última película. Rinaldi era un salesiano que vivía en Estados Unidos y estaba considerado uno de los mayores expertos sobre la Síndone, un sacerdote excepcional, amado y respetado por toda su comunidad de Port Chester, en el norte de Nueva York.
»Me presentó a un tal Harry John que me dio el equivalente a un millón de dólares de hoy para realizar la película. No podía creerlo, parecía que hubiera alguien allí arriba que me estaba ayudando precisamente para este trabajo. Me preocupaba decepcionar al padre Rinaldi si el documental demostraba la no autenticidad de la Síndone.
-En cambio, ¿qué descubrió?
-Las pruebas científicas que recogimos en el documental establecieron que la Síndone podía proceder, efectivamente, de la Palestina de la época de Cristo y que la imagen mostraba el cuerpo de un hombre torturado como Jesús, tal como describen los Evangelios. Además, todos los expertos estuvieron de acuerdo sobre el hecho que no era una imagen pintada y que no podía ser el trabajo de un falsificador.
»En el documental incluso entrevisté a dos médicos de la aeronáutica militar estadounidense que descubrieron que la imagen contenía informaciones codificadas que, una vez descodificadas, revelaban los rasgos de un rostro humano en tres dimensiones. Además, los dos expertos sugirieron una fascinante teoría: sostenían que una intensa emisión de energía radiante emanada del propio cuerpo en una milésima de segundo habría quemado el lienzo dando así origen a la imagen. El documental acababa preguntando al espectador: "¿Puede haber sucedido esto en el mismo momento en el que los cristianos sitúan la Resurrección?".
-¿Qué acogida tuvo la película?
-Un éxito increíble, tuvo récords de entradas y en diez días conseguí venderla en todo el mundo. Es más, The Silent Witness ganó el British Academy Award al mejor documental, cambiando mi carrera, y no solo eso: gracias a esta película y el encuentro con un hombre de fe como el padre Rinaldi decidí recibir la confirmación y bautizar a mi hija el mismo día. Digamos que empecé el documental como agnóstico y lo acabé como cristiano.
-¿Qué sucedió a continuación?
-Tras The Silent Witness y gracias a la recaudación que consiguió la película, el padre Rinaldi creó el proyecto STURP (The Shroud of Turin Research Project), que aún sigue hoy. Es el estudio más autorizado realizado hasta la fecha sobre la Síndone. Durante varios días, un grupo de científicos estadounidenses y europeos recibieron la autorización para realizar diversos experimentos sobre el lienzo. En 1981 sus resultados confirmaron lo que ya habían confirmado en el documental y concluyeron diciendo: "Cómo o qué ha producido la imagen de la Síndone sigue siendo un misterio".
-¿Qué hizo después?
-En 1984 obtuve el encargo de realizar una serie documental titulada Jesus, The Evidence [Jesús, las pruebas]. La serie daba espacio a algunas posiciones teológicas radicales que apoyaban que todo lo que sabemos de Jesús había que ser revisado porque no era históricamente verdad. Yo, que entonces había empezado a ir a misa con regularidad, viví esas revelaciones como un shock, sentía que me habían engañado y mi fe vaciló durante un tiempo, si bien aguantó por la intensa llamada del hombre de la Síndone.
Clip en español del vídeo oficial sobre la Sábana Santa para la exposición de 2010.
»La serie causó clamor y desdén en todas las diócesis cristianas del Reino Unido, la acusaron de minar la fe y la tradición y, además, algunas de mis decisiones como director, tomadas con una cierta ligereza, como la escena en la que hice explotar una estatua de Cristo, no hicieron más que alimentar la polémica. Piense que este producto llegó a incidir en la frecuentación de la misa, contribuyeron a un descenso sensible del que me siento culpable.
-En 1988 la Síndone fue examinada de nuevo, con el anuncio de la prueba del carbono 14, con la supervisión del Museo Británico. ¿Cómo reaccionó ante la noticia?
-Fui de inmediato a la BBC para proponer otro documental. Me sentía fascinado por el hecho de que los experimentos se realizarían a ciegas y que se seguirían estrictos protocolos de verificación. La idea que propuse a la BBC era que sería la propia película la que anunciaría al mundo el veredicto del experimento. Ya me había puesto de acuerdo con Luigi Gonella, el asesor científico de Turín sobre la Síndone, pero por desgracia la idea naufragó cuando fue evidente que estos protocolos no se respetarían.
»Cuando al año siguiente se comunicaron los resultados que databan a la Síndone en un periodo entre el 1260 y el 1390 d.C., sentí una gran amargura. En mi nuevo documental, que sale en Pascua, profundizo todo esto de una manera detallada y hablo de cómo esos resultados no son en absoluto fehacientes.
-¿Por eso decidió hacer otra película en 2008?
-Sí. Con Shrowd of Turin: the Material Evidence [La Síndone de Turín: las pruebas materiales], quise devolver una respetabilidad académica a la Síndone. Esta vez tuve el privilegio de grabar la Síndone en directo en alta definición, nunca se había hecho. ¡Fue una emoción increíble! Cuando tu ojo se acostumbra a la luz, empieza a captar la increíble cantidad de información contenida en el lienzo.
»A pesar de que tiene dos mil años, ese lienzo sigue manteniendo una brillantez que te da la impresión que ha sido realizado ayer. Esta vez el documental se centraba en el increíble trabajo de John Jackson, de Colorado Springs, uno de los más grandes estudiosos de la Síndone.
-¿Qué espera con el estreno de Who Can He Be?
-El documental se estrena el Jueves Santo y será posible verlo en streaming en el portal de Who can He be? [¿Quién puede ser Él?] Espero que también esta vez atraiga la atención de una gran distribuidora. Y que el público se dé cuenta que con la Síndone estamos ante lo que los científicos llaman una "singularidad", es decir, un acontecimiento que no pueden explicar.
»De hecho, la película acaba con un desafío: si el Museo Británico es capaz de reproducir una copia exacta, la producción y yo les recompensaremos con un millón de dólares. Porque si la Síndone es un milagro entonces todo el resto tiene sentido. Jesús es verdaderamente el hijo de Dios resucitado por nosotros.
Traducido por Verbum Caro.