Benedicto XVI está retirado pero no inactivo. En agosto de 2018 empezó a intercambiar una serie de cartas con el rabino jefe de Viena, Ariel Folger, acerca de la Pascua cristiana y la Pascua judía y otros aspectos bíblicos.
El rabino Folger visitó al Papa emérito el 16 de enero de 2019, acompañado del rabino Josh Ahrens, de Darmstadt, y de rabino Zsolt Balla, de Sajonia, miembro de la presidencia de la Conferencia de Rabinos Ortodoxos de Alemania. “Fue una conversación intensa de una hora de duración”, comenta Folger en el prólogo al libro. “Encontré en él un pensador muy simpático y profundo al que le repugna el antisemitismo y el antijudaísmo en todas sus formas”, dijo el rabino vienés.
Hablaron de temas importantes y apasionantes: el Mesías, la Tierra prometida, la Alianza, el culto y los Mandamientos.
Y de esas cartas y debates ha surgido un libro que aparece ahora en italiano, “Ebrei e cristiani”, en Edizioni San Paolo.
Ratzinger ya había estado trabajando estos temas en un escrito anterior, que entregó en 2017 al cardenal suizo Kurt Koch, presidente de la Comisión vaticana para el Diálogo con el Judaísmo. Ese escrito lo publicó en 2018 la revista teológica internacional “Communio”, en sus ediciones en alemán, en francés y en inglés (ésta última con el texto descargable en su totalidad) y por último en italiano, al comienzo del 2019, en la “Rivista di Vita Spirituale”. El título del texto era: "Grazia e chiamata senza pentimento. Osservazioni sul trattato "De Iudaeis".
Y antes, en 2015, la Comisión vaticana presidida por el cardenal Koch publicó el documento “Los dones y la llamada de Dios son irrevocables”, que rechaza la idea de que el pueblo judío haya dejado de ser portador de las promesas de Dios, “sustituido” por la Iglesia. El documento insiste en que entre Dios y el pueblo de Israel sigue vigente una “alianza jamás revocada”.
Ratzinger, en su texto de 2017, se propuso, profundizar en estas ideas "en forma crítica".
Según explica con detalle el vaticanista Sandro Magister, ha habido críticas al texto de Ratzinger por parte de teólogos germanohablantes, mientras que ha habido rabinos, como Folger, que han valorado positivamente estos textos.
Folger publicó en el “Jüdische Allgemeine” en 2018 su artículo “¿Peligro para el diálogo?" Y la respuesta de Ratzinger es la que ahora se ha hecho pública.
En la contraportada del libro que recoge estos intercambios se lee: “En perspectiva humana este diálogo no llevará jamás a la unidad de las dos interpretaciones en el interior de la historia corriente. Esta unidad está reservada a Dios al final de los tiempos”.
Jesús se parece más a Moisés que a David: tú a tú con Dios
Sobre el Mesías de Isrel, escribe Ratzinger, como teólogo: "La forma de espera mesiánica que se basa en la figura de David sigue siendo válida, pero limitada en su significado. La forma decisiva de esperanza para mí es Moisés, de quien la Sagrada Escritura dice que hablaba con el Señor cara a cara, como un amigo. Jesús de Nazareth se aparece a nosotros como la figura central de esperanza, porque está en una relación de tú a tú con Dios. A partir de esta nueva visión, el tiempo de la Iglesia aparece para nosotros ya no como el tiempo de un mundo definitivamente redimido, sino más bien el tiempo de la Iglesia es para los cristianos lo que para Israel fueron los cuarenta años en el desierto”.
El Estado de Israel no cumple la promesa de Dios de un territorio
En cuanto a la Tierra prometida, Ratzinger escribe que “el Estado de Israel en cuanto tal no puede ser considerado teológicamente como el cumplimiento de la promesa del territorio. En sí es un Estado laico”, pero que “tiene fundamentos religiosos totalmente legítimos”. En consecuencia, “considero que en la formación del Estado de Israel se puede reconocer en forma misteriosa la fidelidad de Dios a Israel”.
Por último, en cuanto a los mandamientos y al culto, Ratzinger escribe que “desde el comienzo de la época moderna se extiende sobre toda la temática la sombra del pensamiento antijudío de Lutero… que ha generado un ‘marcionismo’ seudo religioso que todavía no ha sido verdaderamente puesto en discusión. Considero que justamente en este punto hay presentes importantes posibilidades para un diálogo renovado con el judaísmo”.
Apocalipsis y los judíos que se salvan
En la carta al rabino Folger, Ratzinger no trata el tema de cómo se pueden salvar los judíos. Lo hizo, sin embargo, en su texto de 2017: “No sólo san Pablo escribe que ‘todo Israel debe ser salvo’, sino que también el libro del Apocalipsis, de san Juan, ve dos grupos de salvados: los 144.000 de las 12 tribus de Israel, y junto a éstos ‘una inmensa multitud que nadie podía contar’, como representación de los salvados de los paganos. Desde el punto de vista de la tradición neotestamentaria, esta perspectiva no es una realidad que acontecerá simplemente al final, después de muchos milenios. Por el contrario, es algo que de alguna manera está siempre presente”.