Compartir los más altos puestos en el top-ventas de la música es un sueño para muchos. Pero seguramente no lo era para Hildegarda de Binguen, compositora de más de casi ochenta piezas musicales de extraordinaria calidad musical a principios del segundo milenio.
Más de ocho siglos después, Guy Sigsworth, músico de formación clásica y productor conocido por trabajar con artistas como Madonna, Alanis Morissette, Britney Spears o Björk, se fijó un día en ella. Le fascinaron las composiciones musicales delicadas y armónicas que reflejaban la extraordinaria formación a todos los niveles de la religiosa benedictina.
Sigsworth lanzará el álbum Hildegard a través de la productora Decca y los expertos de la industria ya predicen que se convertirá en un éxito en las listas de ventas. El productor ha trabajado en este proyecto con Stevie Wishart, una compositora y académica especialista en música medieval que desde hacía años era una apasionada de las composiciones de Hildegarda. Wishart fue la encargada de adaptar textos antiguos a la música y de encontrar a cantantes femeninas aptas para poder expresar todo el potencial de las composiciones de la religiosa benedictina: "Las canciones de Hildegarda tienen una especie de universalidad. Es fantástica para cantar [...] No he estudiado un compositor contemporáneo que tenga canciones con un rango musical tan impresionante".
Su música ya había sido grabada con anterioridad, pero ésta es la primera vez que se ha producido con un toque moderno y con tecnología más avanzada. Geoffrey Norris, crítico de música clásica del The Telegraph ha asegurado que «tal vez no sea del agrado de los puristas, pero el disco evoca una atmósfera hipnótica. Tengo la extraña sensación de que este disco podría convertirse en un éxito».
La productora Decca también tiene grandes esperanzas para este proyecto. Ellos mismos aseguran que «no es simplemente una grabación de música medieval»: «Además de las piezas originales de Hildegard, el álbum también cuenta con nuevas composiciones de texto de la religiosa combinadas con piezas musicales de Sigsworth, todo realizado por Stevie Wishart, que ha creado remixes de ambiente asombrosos».
Hildegarda de Bingen es una de las mujeres santas más extraordinarias del final de la Edad Media (la Baja Edad Media), aunque posiblemente con una historia bastante desconocida. Nació en el año 1098 (un año antes de que los cruzados conquistasen Jerusalén) en Bermersheim -hoy en día Alemania- en una familia de ascendencia aristocrática. Fue la décima de diez hermanos y estaba destinada a la vida religiosa según la mentalidad de la época. Sin embargo, ni mucho menos fue algo forzado: desde los tres años la religiosa tuvo visiones y a partir de los cuarenta años recibió la orden de ponerlas por escrito (la obra se llama Scivias) a pesar de sus reticencias, que incluso le llevaron a pedir consejo por escrito a san Bernardo de Claraval, contemporáneo suyo, en una carta que hoy en día se conserva.
Santa Hildegarda fue una persona polifacética e instruida que fue no sólo escritora, sino también poetisa, consejera política, profeta y, el motivo de esta noticia, compositora. Sus setenta y ocho obras se agruparon en la Symphonia armonie celestium revelationum (Sinfonía de la armonía de las revelaciones celestes). Tras morir, el papa Gregorio IX inició su proceso de canonización, que ha sido culminado precisamente este año por Benedicto XVI, al ser proclamada santa en mayo mediante un proceso de canonización extraordinaria (es decir, sin haber pasado por el procedimiento ordinario de la canonización formal, dado que la veneración al santo ha sido realizada desde antiguo y de forma continua por la Iglesia) y en septiembre también Doctora de la Iglesia junto con san Juan de Ávila. Todo un icono que no desfigura ni un ápice frente a los de nuestros tiempos.