Bernadette
El nuevo libro de Messori sobre el misterio de Lourdes y su protagonista
Andrea Tornielli
Ciudad del Vaticano


El católico no debe creer forzosamente en las apariciones marianas, ni siquiera en las que cuentan con el reconocimiento oficial de la Iglesia, en cuanto «revelaciones privadas» que no añaden nada a la revelación pública que concluyó con la muerte del último apóstol. Esto vale (y puede parecer una paradoja) para las apariciones de Lourdes, en donde cada año pasa, guiando multitudes de peregrinos, el veinte por ciento del episcopado de todo el mundo: el pequeño pueblo de los Pirineos es el lugar católico en el que se celebran más misas en todo el planeta, en donde se administran más confesiones, en donde se consumen más hostias y en donde se queman más cirios.



Parte de este dato la apasionante y apasionada investigación de Vittorio Messori, una investigación sobre las apariciones de Lourdes que se concentra sobre todo en la figura de Bernadette Soubirous, la pequeña vidente enfermiza e ignorante que supo enfrentar a la policía, a los magistrados, a sacerdotes y obispos sin que ninguna presión o amenaza la hiciera negar ni siquiera una coma de lo que había visto: «Aquerò», en el dialecto del lugar «eso de ahí», es decir la «bella señorita» que se le apareció en una gruta destinada a la alimentación de los cerdos y que se definió a sí misma como «la Inmaculada Concepción».

El libro de Messori, Bernadette no nos engañó. Una investigación sobre la verdad de Lourdes, ha sido publicado en este comienzo del Año de la Fe: «Esta no es una ingenua sencillez apologética –escribe el autor–, basta una lógica elemental para drse cuenta de ello: si Bernadette no nos engañó voluntariamente (y si no se engañó voluntariamente), si Lourdes, pues, es “verdadera”, entonces todo el Credo, y justamente el de la perspectiva católica, es “verdadero”».



Siguiendo la huella de sus maestros, el filósofo Jean Guitton y el mariólogo René Laurentin, Messori afronta una de las objeciones de los escépticos. Lo hace a la luz de los documentos, demostrando que Bernadette no fue influida por sus padres ni mucho menos por el clero; es más, este último trataba de frenar de cualquier manera la devoción popular. El lector se encuentra ante los hechos, como el cuerpo de la vidente, que, a pesar de no haber sido embalsamado, se mantuvo intacto, o el testimonio del doctor Pierre-Romain Dozous, escéptico declarado, que se vio obligado a reconocer que el “milagro del cirio” era inexplicable (Bernadette, durante la aparición, mantuvo las manos por 15 minutos sobre una llama sin quemarse).

Vittorio Messori «Bernadette non ci ha ingannati» Mondadori, 294 pp., € 18,50.