El Ángelus es una de las oraciones más universales y tradicionales entre los católicos. Hoy se sigue rezando al mediodía en todo el mundo y es muy conocida porque el Papa la reza cada domingo con todos los fieles. Pero su origen es antiquísimo y fue evolucionando hasta convertirse en la devoción que hoy conocemos.

Índice para conocer todo sobre el Ángelus

¿Qué es el Ángelus?

¿Por qué se llama Ángelus?

¿Cuál es el origen del rezo del Ángelus?

¿Cuándo se reza el Ángelus?

 ¿Cómo se reza el Ángelus?

¿Por qué no se reza el Ángelus en el tiempo pascual y en su lugar se dice el Regina Coeli?

¿Por qué meditar esta escena es importante para los cristianos?

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¿Qué es el Ángelus?

Según define la Real Academia Española el Ángelus es una “oración en honor del misterio de la encarnación”. Es de hecho una oración tan cristológica, debido a la Encarnación, como mariana, por el mismo motivo de la Anunciación. Tal y como explicaba San Juan Pablo II, el Ángelus “invita a meditar el misterio de la Encarnación, animando al cristiano a tomar a María como punto de referencia en los diversos momentos de su jornada para imitarla en su disponibilidad para realizar el plan divino de la salvación”, De este modo, a esta contemplación de la vida de Cristo se suma el fin de saludar a la Virgen y recurrir a su misericordiosa intercesión. Es una composición litúrgica que, con su estructura sencilla y carácter bíblico, nos lleva a conmemorar la Encarnación del Hijo de Dios y en la que pedimos ser llevados por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. 

¿Por qué se llama Ángelus?

El Ángelus es una devoción católica en recuerdo de la Anunciación y Encarnación de Jesús. De este modo, se recuerda especialmente este pasaje del Evangelio en el que el arcángel Gabriel le anuncia esta Buena Nueva a María. Así, la oración lleva este nombre simplemente porque toma su nombre de sus primeras palabras en la versión latina: Angelus Domini nuntiavit Mariæ.

¿Cuál es el origen del rezo del Ángelus?

El Ángelus es una devoción y una oración católica que ha ido evolucionando lentamente durante los siglos, desde el XIII, hasta el rezo que hoy se realiza y que se asentó en el siglo XIX. Muy importante es el siglo XIII, en el que comienza el Ángelus vespertino y poco después el matutino. Más adelante, ya en el siglo XV comenzó en Francia a rezarse al mediodía, mientras que un siglo después, en el XVI, el rezo del Ángelus se hizo universal.

El primer documento conocido en el que encontramos el Ángelus en su forma actual, con indulgencia concedida por el Papa Paulo III, en un catecismo impreso en Venecia en 1560. Poco después, en 1571, San Pío V insertó el Ángelus en un Oficio Parvo de la Virgen aprobado por él. Con Benedicto XIII, el 14 de septiembre de 1724, con el breve Iniunctae nobis, concedía cien días de indulgencia por cada vez que se rezara y una plenaria al mes al que lo rezase diariamente de rodillas por la mañana, a mediodía y por la tarde al toque de las campanas. Benedicto XIV estableció el 20 de abril de 1742 que durante el tiempo pascual se sustituyese el Ángelus por la antífona Reginal caeli lactare. Finalmente, Pío VII en 1815, añadió al Ángelus tres Gloria en acción de gracias por los dones copiosamente otorgados por la Santísima Trinidad a la Virgen, particularmente por su gloriosa Asunción a los cielos.

¿Cuándo se reza el Ángelus?

La oración del Ángelus se rezaba tradicionalmente tres veces al día, por la mañana (6.00), al mediodía (12.00) y a la tarde (18.00). Actualmente la costumbre más extendida y conocida por los católicos es el rezo del Ángelus al mediodía, la cual también ha arraigado en las últimas décadas gracias al rezo del Ángelus del Papa con los fieles congregados en San Pedro los domingos. Sin embargo, hay en muchos lugares donde la tradición de rezar esta oración tanto por la mañana como al atardecer sigue viva.

 ¿Cómo se reza el Ángelus?

El Ángelus es una oración sencilla y cuyo rezo no lleva más de un par de minutos. Se trata de una oración a dos voces y tras cada estrofa se proclama un Ave María. Al finalizar las estrofas hay una oración breve y se culmina con tres Gloria. La estructura de esta oración es la siguiente:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

El Ángel del Señor anunció a María,

R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

He aquí la esclava del Señor.

R. Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Y el Verbo se hizo carne.

R. Y habitó entre nosotros.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…(tres veces)

Oración
Te rogamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestros corazones para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

¿Por qué no se reza el Ángelus en el tiempo pascual y en su lugar se dice el Regina Coeli?

El Ángelus se reza durante todo el año excepto en el Tiempo Pascual, desde la Vigila Pascual hasta el mediodía del sábado de Pentecostés, cuando la Iglesia propone el rezo del Regina Coeli o Reina del Cielo. Ambas son oraciones marianas, pero en el tiempo pascual, con el Regina Coeli se pretende enfatizar aún más la alegría por al Resurrección de su hijo Jesucristo.

El rezo de la antífona de Regina Coeli fue establecida por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo pascual al rezo del Ángelus, cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación. El rezo del Regina Coeli se hace en los mismos momentos del día que el Ángelus, al amanecer, al mediodía y al atardecer, teniendo igualmente mayor importancia hoy en día el rezo que se hace a las 12 del mediodía.

Este es el rezo del Regina Coeli:

Reina del cielo, alégrate, aleluya.

Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

Ha resucitado según su palabra, aleluya.

Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Oremos:

Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (Tres veces)

¿Por qué meditar esta escena es importante para los cristianos?

La Iglesia propone el rezo del Ángelus como una invitación a cada creyente a unirse al sí, al “fiat” de María y adherirse así al plan que Dios ha preparado para cada uno. Además, es una oportunidad de vivir la comunión de los santos, sintiéndose sostenidos por la oración de tantos fieles que rezan esta oración a diario. Tal y como señala el Opus Dei al hablar del Ángelus, la Anunciación a María inicia el cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo. El arcángel presenta a la Virgen María el plan de salvación de Dios, por el que ella es invitada a convertirse en la Madre del Redentor. María responde confiando en el designio de Dios, segura de que nada hay imposible para Él. Así, al dar su consentimiento a la palabra de Dios, llega a ser Madre de Jesús por obra del Espíritu Santo. Con su asentimiento, la Virgen María acepta de todo corazón la voluntad divina de salvación y se entrega al servicio de su Hijo y al Misterio de la Redención. Por su obediencia, para la salvación propia y la de todo el género humano, María continúa colaborando con este plan divino siendo madre de todos los hombres e intercesora de la Iglesia. “Mujer del “sí”, que ha acogido con prontitud la invitación del Ángel, responde también a nuestras súplicas, escucha nuestras voces, también las que permanecen cerradas en el corazón, que no tienen la fuerza de salir pero que Dios conoce mejor que nosotros mismos”.