Este viernes 17 de mayo se estrena en los cines Hospitalarios, las manos de la Virgen, un interesante documental del periodista, escritor y ahora también director Jesús García, sobre los hospitalarios que llevan a los pies de la Virgen en Lourdes a enfermos de todo tipo.
El filme muestra a través de los impresionantes testimonios de estos enfermos una auténtica "catequesis viva" sobre el sentido del sufrimiento y de la cruz enseñando al mundo que se puede vivir feliz y en paz en medio de la enfermedad. Pero el documental no estaría completo si no contara lo que ocurre al otro lado, donde voluntarios de todas las edades dejan durante unos días sus trabajos y comodidades para servir como "cirineos" en Lourdes, un lugar en el que la Virgen muestra su predilección por los más débiles.
Su director Jesús García nos cuenta en esta entrevista cómo surgió este documental y todo lo que puede aportar a través de estos testimonios que tienen a los enfermos y a la Virgen como protagonistas:
-¿Por qué decidiste hacer un documental sobre los hospitalarios de Lourdes?
- Sinceramente, ¿por qué no? Hay tantas cosas para hacer un documental que son muy buenas… Cuando conocí esta realidad me impresionó mucho y vi que no había nada hecho de ellos, por lo que me fui liando la manta a la cabeza poco a poco.
Jesús García, autor de libros como "Medjugorje" o "Qué hace una chica como tú en un sitio como éste"
- Fue entonces tras una experiencia personal…
- Fui con la hospitalidad y con unos amigos hace unos años y me impresionó tanto que vi que había que contarlo. Pero pensé que ya había cosas. Sobre Lourdes hay mucho hecho: libros, películas, la historia de Bernardette, las historias de las apariciones, el agua… pero sobre las peregrinaciones con los enfermos que se hacen a día de hoy no había nada hecho.
- Antes de seguir, ¿quién es para Jesús García la Virgen de Lourdes?
- La Virgen es la Virgen y ya está. Pero lo cierto es que en Lourdes hubo un acontecimiento y hay una presencia a través de cosas intangibles de las que nos habla la fe que es indudable. Que allí suceden cosas y que hay un canal de gracia abierto al mundo es también indudable. Lourdes está muy cerca de España, es un lugar al que me gusta ir con frecuencia, y al que tengo mucho cariño.
A la que tengo también mucha devoción es a Santa Bernardette. Es curioso como normalmente la gente devota de Lourdes tiene una medalla de la Virgen, pero yo la tengo de Bernardette. Su vida es digna de conocerse. Yo recomiendo a todo el mundo que lea una pequeña biografía porque es una santa espectacular.
- ¿Qué es lo que destacarías de Santa Bernardette?
- Su normalidad. Era una persona muy sencilla. Cero complicaciones. Muchas veces pensamos que para tener a Dios cerca o tener una vida espiritual de altura hace falta complicarse mucho la vida. Al final es como hacer muchos méritos para tener un trato con Dios. Pero no tiene nada que ver con el mérito.
Es muy curioso. Cuando a Bernardette se le aparece la Virgen era analfabeta. Tenía 13 años y era la única niña de su edad en Lourdes que no había hecho la primera comunión. No la había hecho porque el párroco no la dejaba porque no se aprendió el Catecismo. Sería la última en ser elegida, pero el Señor se fija en la sencillez. En ese sentido, Bernardette es la más sabia de todas.
- Has escrito ya varios libros pero este es tu primer largometraje, ¿qué tal ha sido la experiencia de dirigir una producción de estas características?
- Por un lado muy divertida y muy apasionante. Cuando escribes un libro es un trabajo que haces en soledad. Yo lo comparo con el deporte. Un libro es como el tenis, un deporte individual. Un documental es como el fútbol, es un tema de equipo. Funciona si hay buen ambiente y disposición, como ha sido el caso. Es un ejercicio de paciencia por parte de todos, de querer servir, y si llega a término da más alegría y satisfacción.
Hay sido un aprendizaje bestial. Hace diez años cuando me plantee escribir un libro me parecía un trabajo mastodóntico y seis libros después escribir uno es bastante sencillo. Ahora lo que me parece mastodóntico es hacer un documental. A ver si dentro de diez años decimos lo mismo.
- De la idea original que tenías en la cabeza y el resultado final, ¿ha habido muchas modificaciones o lo tenías todo muy claro?
- Es la idea que tenía en la cabeza. No son ideas que yo tenga. Siempre viene de la oración. Cuando en oración tienes una inspiración y te pones a ello lo normal es que salga. Lo difícil es convencer al resto de la gente que no ha tenido esa inspiración en que hay que llevarlo a término así y no de otra manera. Si Dios lo ha inspirado así hay que tirar para adelante.
Luego todo el mundo aporta ideas, pero hay que mantener un equilibrio entre la idea original y las aportaciones. Y donde está el equilibrio está en no tocar lo esencial.
- ¿A quién va dirigido este documental, a personas ya cercanas a Lourdes y a los hospitalarios o más bien a gente que desconoce prácticamente lo que allí ha ocurrido?
- A la gente que va con la hospitalidad a Lourdes no les hace falta este documental, porque ellos son el documental. Mi pretensión no es dar lecciones a aquellos que me han dado lecciones a mí.
Una persona me preguntaba si era un documental para creyentes. No es un documental para gente de fe. No se trata de que creas o no creas. Es un documental sobre todo para que lo vea gente que tiene un enfermo en casa. Que lo vea gente, creyente o no creyente, que le toca muy de cerca una situación complicada de salud.
Además la enfermedad es algo transversal a todos. En esa transversalidad hay algo que solo aporta la fe, que es la esperanza, que la enfermedad y la muerte no son la última palabra. Afrontar una situación transversal como la enfermedad desde una visión particular que es la fe cristiana es lo que da luz y viveza a este documental. Hay muchos documentales sobre gente enferma, lo que aporta éste es que es desde la luz de la fe.
- Tras ver este documental uno tiene la certeza de que está ante una “catequesis viva”…
- Lo que no pretendo es dar lecciones a nadie. ¿Qué autoridad tengo yo para hablar de cómo afrontar la enfermedad si gozo de buena salud? ¿Quién tiene más autoridad? Los testigos. Esto es como en los juicios. ¿Qué palabra vale más? La del testigo. ¿Quién es testigo de esa esperanza en la enfermedad? Quien está enfermo y ha conocido esa esperanza. Por eso hemos puesto los micrófonos a los enfermos y a los que les acompañan. Hay que darle todo el valor al testimonio, porque son los que tienen la autoridad y la credibilidad.
- En el documental hablas de Lourdes desde varias perspectivas: la de los propios enfermos, los hospitalarios y también la de los sacerdotes. ¿Qué has pretendido destacar de cada uno?
- Los enfermos son los protagonista, los testigos de lo que sucede en Lourdes desde la situación de la enfermedad. Los voluntarios queríamos que nos contasen qué es lo que les mueve a ir no sólo una vez y ya está. La gente mucha gente hace un viaje para conocer un sitio, lo ve y ya no vuelve. Estas personas repiten un año tras otro.
Con respecto a los sacerdotes, me encontré con el testimonio de uno que sin estar físicamente enfermo se dio cuenta de que tenía una enfermedad espiritual. Se baño en las piscinas. El mismo lo dice así: “las comodidades de este mundo habían anestesiado mi corazón y lo habían hecho de piedra. Y necesitaba ese baño para convertirlo en un corazón de carne”.
Que sea un sacerdote el que se abaja de esa cierta autoridad, porque a veces parece que están por encima del bien y del mal, y cuente como estando en Lourdes sintió la necesidad como enfermo espiritual de bañarse en las piscinas a mi me ayuda mucho porque te acerca a la persona del sacerdote.
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Publicado originariamente en Cari Filii News