El último post de Joseph Pearce en St Austin Review está dedicado a la figura de JRR Tolkien, autor de El Señor de los Anillos, a quien consagró una de sus biografías.
O, como el mismo Pearce dice, más bien está dedicado "al genio de Peter Kreeft", profesor de filosofía en el Boston College y en el King´s College de Nueva York, quien ha escrito un libro, Filosofía de Tolkien, del que Pearce extrae tres perlas definitorias de la visión del mundo del gran novelista sudafricano.
Tal como Pearce las comparte con sus lectores, las reproducimos aquí:
"El tradicionalismo de Tolkien, con toda su dependencia del pasado, no comete el error de ignorar el futuro. De hecho, la principal razón de la tradición es conducir el futuro. No es ni siquiera exacto decir que los héroes de Tolkien equilibran su tradición con un sentido de responsabilidad con el futuro, como si ambas cosas fueran opuestas. En efecto, escuchar al pasado y la responsabilidad con el futuro son las dos caras de la misma moneda".
"Todos nosotros, como Frodo, tenemos una Búsqueda, una Misión: nuestros deberes cotidianos. Vienen a nosotros, no proceden de nosotros. Sólo somos libres para aceptar o rechazar nuestra misión... e, implícitamente, nuestra Misión principal".
"Tolkien, como la mayor parte de los católicos, vio los mitos paganos no como un error absoluto (como los ven la mayor parte de los protestantes), sino como confusos precursores del cristianismo. El alma del hombre tiene tres poderes, y Dios le dejó profetas para las tres: los moralistas judíos para su voluntad, los filósofos griegos para su inteligencia, y los mitos paganos para su corazón, imaginación y sentimientos. Por supuesto, estos dos últimos no son infalibles".