Acaba de grabar su primer disco, y nada menos que con la célebre Decca, la casa discográfica londinense fundada en 1929 y tan vinculada a la historia de Los Beatles porque fueron los primeros en escucharles y les rechazaron. Alessandro Brustenghi sintió la vocación a los 16 años, a los 21 entró en el convento, y ha salido de él -nada menos que la Porciúncula de Asís- para convertirse en el tenor italiano de referencia, a pesar de su juventud: es, de hecho, el primer religioso del mundo que firma un contrato mundial con una major como la Universal.
El artífice tras las bambalinas es Mike Hedges, productor de U2 y The Cure pero también del trío de sacerdotes irlandeses The Priests, y que andaba detrás de dar con una nueva figura lirica del bel canto italiano.
En diciembre pasado, el profesor de canto de fray Alessandro le propuso una audición, a la que el franciscano acudió pensando que sería colectiva: "Cuando comprendí que había sido elegido como solista, fue un auténtico choc", cuenta en una entrevista a L´Avvenire.
Por el momento tiene por delante un concierto en la Umbría, aparte de sus labores cotidianas en la Porciúncula, donde toca el órgano y canta. "Pienso que todo cambiará cuando el disco se lance a nivel internacional", comenta sin embargo, con cierto rubor porque se confiesa "más bien emotivo y tímido".
"Me gusta la vida tranquila. Pero he entendido esto como una misión encomendada por Dios, una enorme ocasión de evangelización. Espero estar a la altura", le explica a Alessandro Beltrami para el diario de la conferencia episcopal transalpina: "Sí perfectamente que hay gente con más méritos que yo para grabar un disco con la Decca. Pero si sirve al Evangelio, allá voy".
En este primer disco sólo cantará música religiosa, del Panis Angelicus di Franck al Ave Verum de Mozart o el intermedio de la Cavalleria Rusticana de Mascagni. También cantos franciscanos como Make me a channel of your peace o las palabras de Alabanza al Altísimo de San Francisco, con música de Paul Mealor.
Con sus superiores, fray Brustenghi estudió si esta oportunidad se oponía a la vocación: "Pero entendimos que todo era perfectamente franciscano. Francisco predicaba danzando y cantando. Y luego está que el talento del canto me lo ha dado Dios. Hemos buscado un justo equilibrio con la oración y la vida común, con el consejo de que la cotidianeidad no se viniese abajo".
Así que él continúa con sus labores habituales en el convento, y la Decca ha aceptado que no puede dedicarse al disco a tiempo pleno.
Diplomado en canto lírico por el conservatorio de Perugia, fray Alejandro ve la música con mirada religiosa: "Cuando canto, es como si entrase en otro mundo donde alcanzo la belleza de Dios. Me gustan Bach y Michael Jackson, Björk y el gregoriano. Todo lo que me sucede pienso que completa mi vocación: cada concierto es una ocasión de paladear un momento del Paraíso para todos, un impulso de amor a través de la belleza".