El prestigioso auditorio Avery Fisher Hall de Nueva York recibió el pasado 8 de mayo a la Orquesta y Coro del Camino Neocatecumenal para rendir un sentido homenaje a las víctimas de la Shoah, el Holocausto judío. A Symphonic Homage and Prayer fue una celebración en la que se entrelazó la Palabra de Dios y la música, a través de la Lectura del Profeta Ezequiel, el Evangelio de San Lucas y la Sinfonía de “El Sufrimiento de los Inocentes”. La obra fue interpretada ante 3.000 personas, en su mayoría hebreos, entre los que estuvieron presentes más de 30 rabinos y una docena de obispos y autoridades civiles. También asistieron numerosos supervivientes del Holocausto y sus familiares.
“El Sufrimiento de los Inocentes” ha sido compuesta por Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y fue interpretada por un coro y una orquesta de 180 profesionales de esta realidad eclesial. La composición musical nació ante “la realidad del escándalo de tantos inocentes de hoy que cargan con el pecado de otros”, y tomando como referencia la profecía de Simeón a la Virgen de que “una espada atravesaría su alma al ver morir a su Hijo en la cruz”, explica Argüello. Después de que esta celebración Sinfónico-Catequética haya tenido lugar en diferentes ciudades del mundo, Madrid, París, Galilea, Belén o Jerusalén, ha llegado con éxito hasta algunas ciudades de EE.UU. Se trata de una de las nuevas iniciativas del Camino Neocatecumenal para tender puentes con el pueblo judío, después de que muchos hebreos se hayan sentido identificados con la música y el mensaje que transmite.
La celebración del Avery Fisher Hall dio comienzo con dos de los rabinos más importantes de la ciudad de Nueva York, el rabino Greenberg y el rabino Rosenbaum, quienes ofrecieron un saludo y dirigieron una oración. A continuación, Kiko Argüello fue presentado a todos por David Rosen, rabino y director del Comité Judío Americano, asesor de Asuntos Interreligiosos para el Gran Rabinato de Jerusalén y responsable de las relaciones con la Santa Sede. Antes de que la Orquesta interpretase la sinfonía, Argüello explicó su origen así como la importancia del sufrimiento de los inocentes en su propia vida espiritual. Por ello, recordó cómo de joven fue a vivir entre los más pobres de las barracas de Palomeras Altas en Madrid, donde surgió esta realidad eclesial en tiempos del Concilio Vaticano II.
El acto continuó con las palabras de David Rosen, quien confirmó una vez más el reconocimiento de que el pueblo hebreo está encontrando en el Camino Neocatecumenal para la reconciliación y la amistad con la Iglesia. Uno de los momentos más emocionantes de la noche se dio cuando la Orquesta y el Coro interpretaron la oración del Shemá Israel y todos los asistentes les acompañaron cantando en pie, muchos de ellos entre lágrimas.
La celebración finalizó con el canto y una oración a la memoria de las víctimas del Holocausto por un prestigioso coro de judíos.
Cada día, son numerosas las muestras de afecto y apoyo que el Camino Neocatecumenal recibe por esta iniciativa en Nueva York y otras ciudades de USA en las que se viene celebrando, como Boston o Chicago. Muchas de ellas provienen de rabinos y judíos que ven cómo ha dado comienzo un apoyo importante y un paso más en las relaciones entre el pueblo judío y la Iglesia Católica.