Decenas de estas obras de la artista polaca Anna Gulak se exponen desde esta semana en el Vaticano. Se trata, afirma la pintora, de recoger la fuerza expresiva del rostro de Karol Wojtyla: "Quería plasmar diferentes aspectos de su carácter: era grande y a la vez humilde. Fue un gran líder, un diplomático; pero también muy expresivo y delicado”.

Anna Gulak pintó por primera vez el rostro de Juan Pablo II como boceto de una escultura. Mientras la hacía, recordó cientos de expresiones del Papa y las plasmó en dibujos. Ahora ha convertido esos bocetos de 3 metros de altura en un modo de homenajear al Papa y provocar al público: "Evocan los grandes carteles artísticos. Porque la actual cultura de comunicación de masas está llena de anuncios enormes y vallas publicitarias que atacan la mente del espectador”.

En el año 2010, la Santa Sede encargó a Anna Gulak que diseñase una de sus medallas. Ahora, con los dibujos de Juan Pablo II, asegura que ha comenzado un viaje que no sabe cómo ni cuándo terminará.