La próxima aparición en la gran pantalla americana de algunos films con tema religioso justifica la idea de que Hollywood monte un nuevo negocio sobre la religiosidad, tal vez sobre la ola de la profunda crisis económica (cuando todo se derrumba, ¿no nos agarramos a cualquier cosa por desesperación?)
Los hechos: corren voces cada vez más insistentes de que la Warner Bros haya convencido a Steven Spielberg para implicarse en un film sobre la historia de Moisés basada en el libro bíblico del Éxodo, pero con una escenografía original, por tanto no un simple remedo del film de los años 50 Los Diez Mandamientos dirigido por Cecil B. DeMille. Por el momento son sólo rumores sobre un film que podría ver la luz también dentro de tres o cuatro años, pero si a esto se une un par de films que tienen como protagonista a un sacerdote, ¿basta para decir que la espiritualidad vuelve a Hollywood?
En el fondo, aunque también en Fiebre de sábado por la noche había un sacerdote, nada menos que el hermano del protagonista Tony Manero, ¿era, por eso, un film religioso?
Como se puede entender, desafortunadamente la cuestión está mal planteada. En Hollywood interesan los films que tienen un argumento religioso al menos como interesan los films con superhéroes como protagonistas. La pregunta que está detrás de ambos es sencilla: “¿Producirán dinero?”. Si la respuesta es sí, bienvenidos sean, si es no, adelante con otro.
Los grandes estudios (Disney, Paramount, Sony Columbia, Warner Bros, Fox y Universal) son ahora verdaderos y propios bancos que gobiernan centenares de pequeñas casas de producción. Éstas tienen el compromiso de desarrollar ideas y personajes que, si son juzgadas interesantes y prometedoras por los estudios, reciben luz verde para conseguir el dinero necesario para su realización. Hollyvood siempre ha producido películas de argumento religioso, desde sus inicios hasta hoy. La cantidad de títulos es sin embargo proporcional a la percepción de una mayor parte de público, dispuesto a ir a verlos. Si un largometraje recauda poco, difícilmente quien lo ha producido tendrá una segunda oportunidad, a menos que sea un gran nombre de acreditada fama. Lo mismo vale para las personas: ¿Cuántos films parecían ser el punto de partida de una gran serie y no han dejado ni rastro? Que Hollyvood no vaya tanto por la vía de la delicadeza, se puede ver fácilmente con algunos casos ejemplares. El primero: El Código DaVinci.
En Hollywood sabían muy bien que el film habría de ser acogido con muchas críticas por la parte católica, pero el libro ha sido uno de los más grandes best seller de la historia de la editorial, por lo cual valía la pena arriesgar: algunos grandes actores entre los cuales Tom Hanks, un óptimo director como Ron Howard y el éxito estaba asegurado. ¿Acaso los escudos en alto de los católicos han frenado al público? Cierto que no, el film ha sido visto por centenares de millones de espectadores (seguramente también por muchos católicos) y la película, con un gasto máximo de 125 millones de dólares, ha recaudado cerca de 750. Otro caso: La Pasión. Frente a un argumento tan arrollador, todos los estudios se han echado para atrás. Mel Gibson no ha tenido dudas: ha sacado de su bolsillo los 30 millones de dólares necesarios y finalmente la película ha recaudado 600. Con un doble resultado: que la mayor parte de la recaudación de millones provienen de los derechos de distribución en DVD y por televisión y que se han dado cuenta de que existe un público atento a la temática ligada a la fe. Así un proyecto que se encontraba en los cajones de la Disney desde hacía mucho tiempo y era tenido en stand by por sus referencias explícitas al cristianismo, de repente se ha tornado interesante, y El león, la bruja y el armario, sacado del libro de Clive Staples Lewis ha resultado un gran film que, con un gasto de 180 millones, ha recaudado cerca de 800 y ha producido una serie que probablemente llegará a cubrir al menos cuatro de los siete libros de la saga.
Ahondando más, vale también la pena resaltar cómo el rival directo, La brújula dorada (Golden compass), una saga fantasiosa en la cual las fuerzas del mal tienen una semejanza explícita con la Iglesia Católica y que habría tenido que producir un ciclo de al menos cuatro películas, no ha llegado más allá del primero, por los pésimos ingresos (y eso no obstante contar con estrellas de primer nivel como Nicole Kidman y Daniel Craig). Por tanto, como aconsejan las no pocas personas sinceramente religiosas que trabajan en Hollyvood, id a ver los films bellos y evitad los feos: quien tiene en sus manos la llave, porque tiene los dineros, actuará en consecuencia. Terminemos también nosotros con un consejo, referido al largometraje a punto de salir o que ya se encuentra en el mercado. Hay films que se preguntan sobre el sentido de la vida, también incluso aunque no tengan a un sacerdote como protagonista. En DVD tenemos Blind Side (premio Óscar a Sandra Bullock como protagonista), sobre la historia verdadera de una mujer que decide por sí misma a partir de su afiliación religiosa, adoptar a un muchacho y ayudarlo a encontrar su propio camino. En el cine se encuentra The Tree of Life (El árbol de la vida) de Terrene Malick, un film maravilloso y complejo, centrado totalmente en la relación con Dios.
Y está también un pequeño film dirigido por un valiente director italiano (Mauro Campiotti), que se llama El cántico de Magdalena, sobre la historia de una bella joven que decide dedicarse a la contemplación de Cristo, y por tal motivo abandona una vida de comodidades para fundar una pequeña congregación de hermanas. No lo encontraréis en los multicines, pero poco más allá está dando la vuelta a Italia. Y por último, dentro de poco llegará a nuestras pantallas The Way, (El camino) con Martin Sheen: la historia de un grupo de personas que, por motivos muy diversos y profanos, se encuentran a lo largo del Camino de Santiago. De una forma u otra, quedarán marcados. No te lo pierdas, y buena visión del mismo!
Traducido por José Martín Alonso