Los sábados de 15.00 a 16.00, una vez cada quince días, Radio María dará voz a los cristianos sin voz de todo el mundo. Gracias a la posibilidad de difusión por Internet, un nuevo programa, Iglesia perseguida, llegará allí donde las ondas no lleguen (ver frecuencias) o donde la censura imponga su ley. 

Como presentadores de Iglesia perseguida oficiarán Luis Antequera (director del programa) y Mariate Aragonés. 

Luis Antequera,  bien conocido para los lectores de ReL a través de su blog En cuerpo y alma, tiene clara la vocación de servicio de este nuevo espacio radiofónico.


En una conferencia pronunciada en Roma con ocasión del XX aniversario del nacimiento del movimiento Luci sull’est [Luces sobre el Este] se informó de que los mártires del cristianismo ascienden a la astronómica e insospechada cifra de 160.000 en esta última década. 


En el libro World Christian Trends AD 30-AD 2200, el investigador David Barrett fija el número de mártires cristianos a lo largo de toda la historia en 70 millones, de los cuales, contrariamente a lo que pueda creerse, la mayoría no durante el Imperio Romano o durante el Medievo, sino durante el siglo XX, 45 millones de ellos, con las grandes persecuciones turca, soviética, mejicana, incluso española.


Evidentemente hay una persecución gravísima que es la que compromete la propia integridad física de las personas “perseguidas”, y que es de la que doy cuenta en las cifras expuestas. Existen también, desde luego, otras “intensidades” en la persecución. 


Están aquellos países y lugares donde sin jugarse la vida, los cristianos han de vivir discretamente, cuando no secretamente. Y existe, por último, un tercer tipo de persecución muy doméstico, que desde luego no compromete la integridad física pero sí puede llegar a comprometer la integridad psicológica.


La podemos percibir y la  estamos percibiendo en países cristianos, países como nuestra católica España. Es la que yo llamo “persecución de cristianos por cristianos”.

Es cuando los perseguidores, aunque renieguen de su condición cristiana, son a menudo bautizados, y siempre son cristianos desde el punto de vista cultural y antropológico.


La persecución que compromete la integridad física se produce más desde el Estado que desde la sociedad. Desde tal punto de vista los principales perseguidores de cristianos en el mundo han sido y son regímenes políticos comunistas e islamistas.
 

Cuando digo islamistas, quiero decir estados de países islámicos que hacen de la sharia más estricta el pilar central de su legislación, no Estados laicos que también han existido y existen en los países islámicos (Turquía, aunque en este sentido esté dando pasos atrás, el Irak de Saddam, la Siria de El Assad). 


Donde el Estado no “simpatiza” con la persecución, es más difícil que ésta sea muy intensa desde la sociedad, aunque puede revestir formas refinadas de discriminación o segregación. Donde por el contrario el Estado simpatiza con la persecución, la sociedad también “persigue”, y no sólo mediante discriminaciones cotidianas en algunos casos graves, sino incluso mediante atentados personales.


Desde otras religiosidades, el hinduismo por ejemplo, se están perpetrando también ataques contra los cristianos. Y existen países donde los cristianos viven una situación bastante más difícil de lo que acostumbramos a creer.


La persecución no es, evidentemente, del mismo tipo que la que se produce en entornos como los que he mencionado, ni, francamente, contemplo en lontananza el peligro de una persecución que comprometa la integridad física. Mucho tendrían que cambiar las cosas.
 

Se produce una persecución, cada vez más furibunda, de los principios en los que siempre han creído los cristianos, que no son otros que los del derecho natural, y en los que -y esto es importante- también creen muchas personas que no se consideran cristianas, o que incluso se presentan como ateas o agnósticas. El Papa Benedicto XVI es muy consciente de que ello es así, y por eso, no se cansa de tender puentes hacia esos elementos de la “fe agnóstica” que pueden llegar a estar más cerca del cristianismo que incluso muchos cristianos que andan algo confundidos.


Me consta que en la JMJ participaron activa y comprometidamente muchos agnósticos, de la misma manera que, como todos sabemos, muchos cristianos militaron activamente en la contestación anti-JMJ: Comunidades cristianas populares, Foro Curas de Madrid, Cristianos de base... De lo más llamativo.

Sin duda. No de una persecución en su estadío 1, pero sí de una persecución en su estadío 3. La persecución de los principios y de los valores está llevando a los elementos más radicales de esa lucha a focalizar su antipatía en el cristianismo, en la Iglesia y en sus representantes, y creo que las manifestaciones del 15-M durante la JMJ de Madrid lo escenificaron perfectamente.

Soy de los que creen que la delegada del Gobierno -el Gobierno, en realidad -, sin quererlo por supuesto, nos hizo un gran favor a todos al permitir la bufonada que tuvo lugar en la Puerta del Sol y que se viera quién es quién y cómo actúa cada cual. Bufonada en la que, por cierto, apenas participaron unos centenares de personas.


Al revés. Creo que la actual situación puede representar un acicate para los que luchan por el restablecimiento de los principios y valores del humanismo y del cristianismo, contribuyendo además a desenmascarar a cada uno, de manera parecida a como la JMJ sirvió para desenmascarar definitivamente al 15-M.


Creo que tienen que ganar en eficacia. Por eso es tan importante informar, crear el caldo de cultivo adecuado para que la sociedad apoye y respalde la acción de esos organismos.


De eso se trata, justamente. En la medida en que podamos contar con testimonios “sobre el terreno”, creo que será más eficaz la labor que realicemos.

Evidentemente. El mundo de la comunicación es mucho más eficaz cuando la información se materializa en una persona concreta con nombre y apellido, con una cara, con una familia, con un trabajo... Nadie debe creer que al día de hoy, 8 de octubre de 2011, el único cristiano cuya vida peligra en el mundo sea el iraní Yuçef Narkhadani, al que el régimen de los ayatollahs quiere colgar por haberse convertido. Ni que la única mujer cautiva por su fe cristiana sea Asia Bibi. Pero haber puesto nombre a esos cristianos gracias a Narkhadani y Bibi es muy interesante para ayudar y tratar de mejorar la situación de los que no tienen para nosotros nombre propio y cuyas vidas no conocemos.