Zenit, la más importante e infuyente agencia católica de noticias del mundo, acaba de comunicar a su fundador y director durante 14 años, Jesús Colina, su cese irrevocable.
Zenit emite sus noticias en siete idiomas: español, inglés, francés, alemán, portugués, italiano y árabe, y sus noticias se reproducen actualmente en más de 20.000 medios de comunicación y cuenta con más de 520.000 suscriptores que reciben las noticias diarias a través del correo electrónico.
Zenit pertenece a «Innovative Media Inc.», sociedad sin ánimo de lucro del Estado de Nueva York (EE. UU.), que a su vez es propiedad de la Congregación religiosa de los Legionarios de Cristo.
Jesús Colina, fundador y director de la agencia, auténtico alma mater del medio de comunicación, se ha despedido de su equipo de colaboradores con una carta emotiva en la que señala que "el Padre Oscar Nader L.C., nuevo presidente del Consejo de Zenit, me pidió la renuncia al puesto. La razón de esta solicitud fue que mi actividad en el mundo de la comunicación católica no muestra la dependencia institucional de la agencia a la Congregación de los Legionarios de Cristo, identidad que de ahora en más se querrá subrayar".
"El Consejo de Zenit tiene el derecho de remover el director y de adoptar las decisiones editoriales que considera convenientes, por este motivo, con profundo dolor y respeto, acepto la decisión de dejar la dirección de esta agencia, que fundé 14 años atrás".
"Creo que esta decisión –señala Colina– es la consecuencia lógica de la pérdida de confianza recíproca entre los superiores de los Legionarios de Cristo y yo. Los problemas del padre Marcial Maciel y el modo en el cual la congregación nos ha informado, ocultando hechos relevantes, ha hecho que en ocasiones no habíamos cumplido plenamente con nuestro deber de informar según la visión del Papa y la Santa Sede".
"Esta falta de recíproca confianza se ha ulteriormente agravada luego que hace dos años los participantes a la reunión anual general de Zenit habían pedido transparencia administrativa, para evitar que posibles escándalos financieros atribuidos a los Legionarios de Cristo (quizás inventados por la prensa) pudieran poner en peligro a Zenit".
"En aquella reunión los entonces representantes de la congregación prometieron una independencia administrativa de las cuentas bancarias de Zenit de aquellas de la congregación de los Legionarios de Cristo. En la práctica después ocurrió exactamente lo contrario, unificando las firmas de las cuentas bancarias a las del entonces vicario general, padre Luis Garza. Como sabes esta promesa incumplida ha puesto en crisis la confianza de la redacción en la campaña de donación de este año, que se desarrolló en circunstancias deplorables luego que nuevamente la prensa comenzó a hablar de escándalos financieros".
"Como bien puedes comprender, son elementos graves que hacen perder la confianza y sin confianza mutua es imposible colaborar en un proyecto de información al servicio de la nueva evangelización, que exige de los involucrados un empeño de vida".
"Comprendo perfectamente la dificultad del desafío que los superiores de los Legionarios de Cristo han tenido que afrontar en los últimos años y por esto no los juzgo. Aún más, agradezco profundamente la libertad y la confianza que he tenido en el pasado para poder crear esta agencia como un servicio informativo independiente al servicio del rigor sobre el Santo Padre y la Iglesia universal. ¡Gracias de verdad!".
Por último, el periodista burgalés manifiesta que "comprendo y acepto que para mí llegó la hora de pasar página y de buscar vivir mi vocación de comunicador al servicio de la Iglesia en otros proyectos".
A continuación, ReL reproduce la primera entrevista que ha concedido Jesús Colina a un medio de comunicación, en concreto a la agencia Aciprensa que dirige Alejandro Bermúdez:
- El actual presidente del Consejo de Zenit, el sacerdote legionario de Cristo Óscar Náder, me ha pedido este paso por considerar que mi persona, ligada a varias iniciativas católicas de comunicación, no ofrece una idea clara de la identidad institucional de la agencia Zenit que a partir de ahora quiere comunicar la congregación de los Legionarios de Cristo.
- Bueno en realidad creo que esta decisión constituye el final de un camino de pérdida de confianza mutuo comenzado hace ya unos años. La manera en que la Legión de Cristo ocultó las informaciones sobre el padre Marcial Maciel, descubiertas a cuenta gotas por la prensa, hace que se resquebraje la confianza en esta institución por parte de un director de agencia de noticias.
Yo comprendo la dificultad de la situación en que se encontraron los superiores de los Legionarios de Cristo. Ahora en declaraciones públicas ellos han informado que tenían pruebas de las diferentes vidas del padre Maciel ya años antes de su fallecimiento.
Sin embargo, a pesar del comunicado emitido por la Santa Sede en 2006, incluso en su muerte y después de su muerte, siguieron presentándole como un ejemplo de vida.
Los superiores me invitaron a la misa celebrada en la capilla del Centro de Estudios Superiores de los Legionarios de Cristo, treinta días después de su fallecimiento. En la homilía se le presentó ante centenares de religiosos al padre Maciel como un ejemplo de vida a seguir.
Esto es particularmente grave, pues una cosa es evitar el escándalo al informar sobre los crímenes o sobre la doble vida (aunque habría que decir tripe o cuádruple) del padre Maciel,y otra muy diferente es seguir manteniendo ese mito de santidad que la congregación había promovido durante su vida.
Además, dado que pasaron años desde el comunicado vaticano en el que se pedía al padre Maciel retirarse y el reconocimiento público de sus mentiras y delitos, se difundió entre los religiosos y personas cercanas a los legionarios la impresión de que el Papa le había castigado injustamente.
Esto para mí es gravísimo sobre todo si se tiene en cuenta todo lo que ha hecho este Papa por la congregación.
- Sí, indudablemente, la confianza es un sentimiento que tiene una doble dirección, no puede ser unidireccional. En los dos últimos años, todo lo que ha vivido la congregación ha generado tensiones.
Hace dos años la redacción de Zenit pidió al Consejo una administración totalmente separada y trasparente como garantía de independencia ante cualquier acusación. Zenit es una agencia que vive de donativos de sus lectores y debe poder explicar por qué manos pasa cada dólar.
A pesar de que el Consejo prometió un sistema así, en la práctica no se ha hecho. Yo estoy convencido moralmente de que el dinero que nos ha llegado de los lectores siempre ha ido totalmente a Zenit. Sin embargo, formal y administrativamente no lo puedo demostrar.
Como se puede comprender, mis continuas quejas ante esta situación han llevado a que los superiores de los Legionarios también pierdan la confianza en mí.
Esta confianza se resquebrajó totalmente cuando, para solucionar estas cuestiones y ofrecer un futuro editorial y una mayor representatividad eclesial, propuse la entrada de otras realidades católicas en el Consejo de Zenit. Esta propuesta no sólo no fue escuchada, sino que además ha precedido mi despido.
- Como la inmensa mayoría de las personas que le conocieron, incluido Juan Pablo II, nunca hubiera podido imaginar que fuera culpable de los delitos que ahora se han podido comprobar. En los encuentros que mantuve con él, siempre creí que me encontraba ante un auténtico sacerdote.
Este es el "enigma" del padre Maciel del que habla Benedicto XVI en su libro. No tuve nunca dudas sobre él hasta que el Vaticano publicó el comunicado en el que le invitaba a retirarse a una vida de oración y penitencia.
El repaso de su biografía y el crecimiento impresionante de las obras que fundó, me llevaban a creer que en el origen debía haber una autenticidad cristiana. Había algunos detalles que en ocasiones podían sorprenderme, como por ejemplo, un cierto gusto por la apariencia, pero yo lo atribuía a su origen cultural. Como tantas otras personas yo también he vivido el shock de descubrir la mentira en una persona que se nos había presentado como modelo de vida.
El caso Maciel y sus comprensibles trágicas consecuencias no desdibuja la aventura humana, espiritual y profesional que viven quienes tienen la suerte de dedicar su vida a cubrir informativamente la vida del Papa y de la Santa Sede.
Como periodista ves las debilidades humanas, pero también ves mucha santidad, una inmensa obra de caridad al servicio de los más necesitados. He podido conocer a Juan Pablo II y ahora a Benedicto XVI: dos personajes de una talla espiritual e intelectual sorprendente.
Toda esta profundidad y santidad no puede quedar ofuscada por las mentiras del padre Maciel.
Sinceramente conozco muchos sacerdotes y seminaristas Legionarios de Cristo y considero que son auténticos cristianos, mártires en cierto sentido de la realidad que están afrontando con tanto amor a Cristo y a la Iglesia.