Los buenos seguidores de Robert Duvall encontrarán algunas semejanzas entre Seven days in Utopia [Siete días en Utopía] y otra película del actor californiano de 79 años: Tender Mercies, por la que ganó en 1983 su único Oscar. En ambas está presente la Texas más rural en un ambiente intimista, pretenden una aproximación directa a las grandes cuestiones de la vida... y nos muestran una redención.
Aunque si en Tender Mercies Duvall era el adulto redimido, en Seven Days in Utopia el redentor es él.
La película, que se estrenará en Estados Unidos el 2 de septiembre y está siendo muy anunciada tanto en círculos católicos como evangelistas, cuenta la historia de Luke Chisholm, una estrella del golf que está a punto de echar a pique su carrera por problemas personales.
Huyendo de sí mismo, un pequeño accidente de carretera le detiene en Utopía, Texas, un pueblo donde encontrará a un excéntrico y anciano granjero, Johnny Crawford, interpretado por Duvall, y de su mano descubrirá el verdadero sentido de las cosas, que había perdido. Para ayudarle a encontrarlo aparecerá también el amor, encarnado en Deborah Ann Woll, actriz que ha aparecido en series como Urgencias, CSI, El mentalista o Ley y orden.
Siete días en Utopía está basada en una novela de David Cook, co-guionista del film, que no oculta el carácter específicamente cristiano de libro y película. Sobre todo en una escena en la que Duvall se lleva a pescar al río a su imprevisto pupilo para explicarle cómo orientar su vida en el futuro, y le dice que "Jesucristo sólo hay uno". Quiere darle a entender que sus propios pecados anteriores los expía ahora ayudando al joven golfista a expiar los suyos.
"Lo que cambia la vida de un hombre o una mujer es como una invasión de Dios", dice Cook: "De eso trata la película". Luke encuentra la paz y la confianza en sí mismo porque en esos días en Utopía ha entendido el sentido de las cosas.
El silencio, la noche, el amor largamente mantenido a lo largo del tiempo (que encarnan el personaje de Duvall y su mujer), la serenidad, la confianza mutua entre las personas... Todos esos secretos envuelve el pueblo de 373 habitantes que va a enseñar tanto al protagonista y, si el resultado satisface las expectativas de los espectadores, a millones de personas más.