El viernes 24 de septiembre se estrena en los cines españoles la película Claret, del director Pablo Moreno. Se rodó hace ya un año y la pandemia aplazó su estreno. Es el biopic de San Antonio María Claret, predicador en la Cataluña rural, obispo en la Cuba esclavista de 1850 y luego confesor de la Reina Isabel II, a la que acompañaría al exilio. (La reseña de ReL sobre la película se puede leer aquí).
Para el director, hay un paralelismo entre Claret y tantos otros españoles implicados en guerras civiles, persecución por odio a la fe o condenados al exilio.
- La película es ambiciosa, porque no sólo nos presenta al santo del siglo XIX, sino a literatos del siglo XX: Azorín, Baroja...
- Cuando empecé a explorar la figura de Claret vi muchos autores que hablaban mal de él. Pero al profundizar más, me asombró comprobar que hubiera tantísimos historiadores que cayeran en la trampa de seguir una biografía apócrifa, falsa, que alguien escribió enseguida tras su muerte. Carlos Sánchez, un excelente historiador claretiano, muy riguroso, me dijo: "¿sabes lo de Azorín?" Y me pasó un libro al respecto: ¡Azorín ya había hecho en los años 30 la misma tarea de investigación sobre Claret que yo estaba empezando! Hizo una semblanza para la causa de beatificación de Claret pero no se atrevió a publicarla hasta estar ya en el exilio. Él ya denunció esta manipulación.
- Pero Azorín no es sólo un narrador en esta película...
- Es que hay un paralelismo entre los dos exilios, el de Claret y el del siglo XX. Lo expresamos con los personajes que suben a trenes para el exilio en ambos siglos. Todo el siglo XIX ya estuvo lleno de guerras civiles en España. La del s.XX viene del XIX. La trama de Azorín nos ayuda a hacer elipsis. También homenajeamos a esa generación. El concepto de 'generación del 98' lo creó Azorín. El concepto de 'la tercera España' también es de Azorín. Son aquellos que no estaban en un bando ni en otro, intelectuales con amistades en ambos bandos que intentaban ser pegamento y conciliación, a menudo perseguidos por ambos.
- La película dedica mucho metraje y atención al paso de Claret por Cuba...
- Claret no fue un explorador o un personaje super-épico, excepto por su capacidad de trabajo y de afrontar muchos temas. Su paso por Cuba nos ayuda a desarrollar el personaje. También sirve para hacer autocrítica al papel de las autoridades en esa época concreta. Cuando llegó Claret, como explica un personaje, Cuba había dejado de ser una provincia de ultramar para ser una mera colonia. Es una época muy concreta de explotación. La Iglesia en América hizo cosas muy bien y Claret ejemplifica algunas, al denunciar abusos, defender los matrimonios interraciales, etc... Hay un caso real que no contamos en la película, el de los nacionalistas cubanos que iban a ser fusilados y piden confesarse con el obispo Claret. Eso indica que ya era una persona querida por los cubanos.
- ¿Han quedado fuera de la película muchos aspectos de la vida de Claret?
- Es que tenía muchas facetas. Por ejemplo, ha quedado fuera Claret como patrono de los inventores. Era un tipo con mucho interés por la maquinaria. Lo sugerimos con las escenas en que trabaja en la industria textil. Aquello se parecía a diseñar patrones de computadoras antiguas, con tarjetas perforadas. Él hacía ingeniería inversa: recibía una tela escocesa y la examinaba para desentrañar como replicarla en su taller y mejorarla. Esa visión la aplicaba a lo social. También estudió la aerodinámica, con un globo aerostático.
» Y fue un gran comunicador social, el escritor catalán más prolífico del s.XIX, con innumerables libros pequeñitos. También era un gran reformador eclesial que quería un clero bien formado. Sabía que la cultura es necesaria. A mí eso me recuerda a San Vicente de Paúl. También hemos dejado fuera algunos aspectos espirituales que hoy son difíciles de explicar al espectador moderno, temas de mortificaciones, algunas devociones que entonces eran muy novedosas pero hoy nos rechinan... En todo caso, su libro El Camino Recto y Seguro para llegar al Cielo fue uno de los libros de cabecera de la Reina Isabel II y de muchas personas.
Pablo Moreno, director de la película, y a la derecha Antonio Reyes, el actor que interpreta a San Antonio María Claret
- ¿Hay muchas escenas que no se basan en los hechos históricos?
- Casi todo en la película es histórico, excepto los personajes de Carme, la mujer del inicio; el esclavo que va con los claretianos; y la escena concreta de la muerte de Claret.
- ¿Qué dice la tradición de los claretianos sobre la muerte de su fundador?
- Es un poco aburrida. Muere en su cama, rodeado de compañeros y canta un pájaro. Así aparece en su iconografía habitual. Nosotros hicimos algo distinto.
- Hay en ese final una mujer hermosa, fuerte...
- Es Laura Contreras, la actriz que protagoniza Luz de Soledad.
- La congregación claretiana ha encargado y colaborado en la película. ¿Han puesto trabas o líneas infranqueables los claretianos?
- La congregación no me puso ninguna traba. Fueron como una brújula, me propusieron muchas ideas, y tuvimos muchas reuniones de consulta y revisión. Pero la decisión final en cada cosa la tenía yo. Lo que sucede es que me gusta trabajar haciendo partícipes a todos los que se implican en la obra.
- ¿En qué publico pensabas al rodar esta historia?
- El más general, el que no sabe nada de Claret. Pero por supuesto también quería que los conocedores de Claret quedaran satisfechos. Lo cierto es que nunca se hizo ninguna película de Claret antes. Me consta que hubo intentos a mediados del siglo XX, pero sin fructificar.
- Tú has hecho películas sobre mártires, como Un Dios Prohibido, y Poveda, pero aquí no vemos el asesinato de Francisco Crusats, el primer mártir claretiano, acuchillado en la revolución de 1868...
- En realidad sí que está ahí. Hacia el final de la película el padre Xifré dice a Claret que han matado al padre Crusats en Selva de Mar. Luego vemos escenas del asalto al Escorial, buscando las joyas. Y una escena en que abren una puerta y pegan una puñalada a un sacerdote. Era una escena más compleja cuando la rodamos. Pero al hacer el montaje, vimos que llegaba ya al final del filme, tras dos horas de película, y la dejamos así, más breve. Pero quien vea la película una segunda vez observará el detalle. Hay muchos detalles, muchas cosas pensadas para el que ve la película por segunda y tercera vez.
- Después de hacer tantas películas de santos, ¿qué has aprendido de ellos?
- Que son figuras que cambiaron muchas cosas a su alrededor, que hicieron mucho y los conocemos poco. Yo siempre he sido católico, pero hay cosas que no me planteaba antes de hacer estas películas. Por ejemplo, veo a las ordenes religiosas de otra manera. Y veo que ellos han hecho tanto y me pregunto: 'y yo, ¿qué hago, qué más puedo hacer?'.
- ¿Y como cineasta qué has aprendido con todas estas películas?
- Durante unos años he sido profesor de guion en la Universidad de Salamanca. Me he dado cuenta que la famosa estructura narrativa del Viaje del Héroe se parece a la vida del santo. Hay una llamada, una primera negación de la llamada, una noche oscura, un sabio acompañante, una búsqueda...
- ¿Esta estructura la ves en películas o biografías populares de santos?
- Y también en biografías serias, modernas, obra de historiadores críticos. Las congregaciones tienen historiadores serios, que con franqueza te señalan lo que es histórico y lo que es un añadido piadoso o fantasioso. Pero esa estructura del Viaje del Héroe está ahí, en la vida de los santos. Y otra cosa que ves como cineasta, o narrador, es que hay que señalar lo que los santos tienen que ver con nuestra vida común.
- En esta película hay homenajes y guiños a otros santos que ya has tratado. ¿Se entrelazan las historias de santos?
- A mí me gusta el cine de superhéroes. ¿Por qué nos gustan los superhéroes? Porque son referentes de esperanza y de justicia. En la Iglesia, los santos son nuestro referente. Claret dio ejercicios espirituales Santa Soledad Torres Acosta. Azorín vivía a dos calles de San Pedro Poveda. Azorín estuvo en París cuando la hermana Helena Studler, la de Red de Libertad. ¡Podían haberse cruzado! Cuando Azorín huye de España, los chavales novicios claretianos de Barbastro están encerrados. Creo en el fondo todo está unido. Quisimos dejar esos huevos de Pascua para reforzar esta idea de que todo va en la misma dirección, cada uno desde su carisma.
- Si Hollywood te diera mucho dinero para hacer la película de santos que quisieras, ¿qué historia contarías?
- Me parece necesario en esta época hacer una película sobre San José como padre. Quizá porque ahora soy padre yo también. San José es un padre que está siempre ahí, aunque buscando no hacer sombra, dejando brillar a otros. Además, soy fan incondicional de San Francisco de Asís. Hace un tiempo escribí un guion sobre la estancia de San Francisco en España que no se llegó a rodar, se cayó en el último momento. De San Pedro Poveda, aunque ya hice una película, me gustaría hacer más. Me llama la atención Óscar Romero, un santo reciente que merece una película más, merece una revisión.
»Y me gustaría hacer algo de Sor Mari Luz, una religiosa que murió hace pocos años, hija de la Caridad. Trabajaba mucho con presos y toxicómanos y algunos la llamaban Sor Tripi, porque decían que daba mucha energía. Sus hermanas te hablan de ella, dicen que era una lianta en el buen sentido, te partes de risa con sus anécdotas y acompañó a mucha gente que la necesitaba.