Falling Skies, los cielos se derrumban... Un ataque alienígena ha destruido la tierra, sumiéndola en el caos, pero a los seis meses de la invasión comienzan a organizarse grupos de resistencia que luchan día a día por sobrevivir y por preparar la derrota final del enemigo extraterrestre.
El argumento no es nuevo ni original, pero en las manos de Steven Spielberg, que produce la serie, todo tiene una luz diferente. La serie la está emitiendo la cadena TNT todos los domingos, y con bastante éxito.
La acción tiene lugar principalmente en un irreconocible Boston, y de entre todos los protagonistas destaca un personaje en cierto modo insólito en el panorama de las producciones televisivas.
Se trata de Lourdes, una joven de 17 años, intelectualmente brillante, estudiante de Medicina, de origen mexicano, guapa y, como señala Greg Sisk en su análisis de los capítulos emitidos, "abierta e indisimuladamente católica". Ya su nombre apunta una esperanza sobrenatural.
El caso es que las escenas en las que Lourdes (a quien interpreta la actriz Seychelle Gabriel) expone su fe están intencionalmente bien tratadas. En el capítulo cero se queda rezagada del grupo para rezar, y ahí ya explica sus convicciones: "La iglesia era episcopaliana, no católica", cuenta a sus compañeros al dar cuenta de su retraso.
Una compañera, Karen, se ríe de sus convicciones religiosas y le dice que la próxima vez que se arrodille para rezar le pida a Dios un bombardero, pero Lourdes responde con claridad: "Yo no rezo a Dios para pedirle cosas. No creo que las cosas funcionen así". Karen le pregunta entonces para qué reza. "Le pido a Dios que me muestre qué puedo hacer por Él", responde la interpelada.
Además de su incipiente experiencia clínica, su fe es la principal ayuda que Lourdes presta al grupo. Como cuando, en una escena de otro episodio, se sientan a comer y es ella quien se santigua para dirigir la bendición de la mesa. La cámara se dirige entonces al jefe militar del grupo, un hombre duro que perdió a su familia durante la invasión y que suele expresarse de forma bastante cínica... pero que musita con ella la oración.
La religión, y en particular la fe católica, ha estado siempre muy presente en las producciones de Spielberg, en ocasiones mezclada con interpretaciones de corte esotérico, en ocasiones con críticas indirectas, pero en ocasiones también con una seriedad y respeto inhabituales en otros cineastas. Falling skies parece figurar, al menos por el momento, entre estas últimas.