Bosco Films planea estrenar en salas de cine en España el 11 de diciembre la comedia italiana La primera navidad, que en las últimas Navidades en Italia cautivó a más de 2 millones de espectadores en las 3 primeras semanas de temporada navideña.
Se trata de una película divertida y ágil, de humor blanco e intencionalidad navideña, realizada con un presupuesto más que digno (11 millones de euros), lo que aporta un magnífico vestuario, decorados, barcos, carros de caballos, efectos especiales...
Los protagonistas son un sacerdote y un ladrón de nuestros días que, de forma inexplicable, aparecen en la época del nacimiento de Jesús. Los interpretan Ficarra y Picone, dos humoristas bien conocidos en Italia, que además son los directores del filme.
Un cura meticuloso pero indeciso, un ladrón inmaduro y sin fe
El padre Valentino es un sacerdote que por un lado vive en sus nubes, poco dotado para las cosas prácticas, y por el otro intenta organizar un belén viviente con una exigencia extrema y tiquismiquis. El padre Valentino ha puesto en verso las escenas de la Biblia y no aceptará ningún San José que no lleve larga barba blanca y bastón curvado.
Por su lado, Salvo es un ladrón supuestamente de élite pero muy chapucero, especializado en arte sacro, que intenta robar un valioso Niño Jesús de la parroquia del sacerdote. Soltero e inmaduro, se ríe de los creyentes, de la Navidad y del matrimonio.
Una vez en el pasado, los protagonistas intentarán encontrar a San José y la Virgen María esperando que un milagro de la Virgen los devuelva a su tiempo. Pero mientras tanto, se meterán en todo tipo de líos. Por un lado, conocerán a las gentes de Belén y participarán en un parto, en una fiesta de bodas, en la comida cotidiana... es decir, en la vida de una familia y comunidad, incluso con niños, algo a lo que el ladrón no está acostumbrado.
Objetivo: salvar a los niños
Por otro lado, acabarán implicados con un grupo de guerrilleros zelotes y también participarán en una fiesta con Herodes en su palacio, aportando algunas ideas típicas navideñas. No es fácil mantener contento a Herodes, que intentará ejecutarlos, a la vez que con sus carros y guardias busca al Niño que ha de nacer para ser Rey de Reyes.
Fiesta navideña en el palacio de Herodes... hasta que Herodes se harta
Cuando sepa que ha de nacer en Belén, ordenará matar a todos los niños, pero aquí nuestros héroes dan un giro a la historia, aunque lleno de alusiones bíblicas. Se conectarán los problemas de las familias de Belén con los de nuestros días, los de aquellos sin techo y perseguidos que buscan otro país que les acoja.
La película es divertida al estilo del humor italiano, con muchas caras y gesticulaciones y barboteo de palabras. Es un humor "blanco" y sin groserías. Las exageradas bravatas y peroratas de Salvo meterán en líos a los viajeros temporales y harán reír al público. Hay batallas y muere gente en combate, pero no se ve nunca sangre.
Cada vez más acción y con sorpresas
Aunque es larga, no se hace aburrida porque continuamente cambian las situaciones, siempre centradas en los dos personajes. El último tercio crece en acción y en sorpresas. El sacerdote aprenderá a vivir con los pies en la tierra y a tomar decisiones, mientras que el ladrón no sólo encontrará la fe sino que encontrará el amor y el valor de la familia. De hecho, tendrá un momento de converso rigorista que incluso nos despierta preguntas éticas (¿es lícito robar caballos para ir a salvar al Niño Jesús?).
En ReL hemos visto la película con 3 adolescentes, de 12, 14 y 17 años. Se han reído en numerosas ocasiones, se han divertido y les ha gustado a los tres. Siendo un pase de prensa visionado desde casa, y pudiendo dejar la película en cualquier momento para dedicarse al móvil, videoconsola o lecturas, los tres han seguido enganchados a las peripecias de los protagonistas hasta el sorprendente (y luminoso) final.
Una película profamilia
La película es profamilia, al presentar la familia como una fuente de sentido, esperanza y fortaleza ante las dificultades. Evidentemente, el intento de salvar a los bebés de Herodes, con todas las escenas de madres con bebés en brazos, implica una importante simbología provida. Se ven dos partos (nacimientos, no guerreros persas), pero no se ve el de la Virgen María, a quien los protagonistas encuentran brevemente al final ya con el Niño en los brazos.
La actriz es hermosa y transmite inocencia. "¿Por qué me pedís un milagro? Pedídselo a Dios", comenta ella. Y, como educando a Valentino, le dice que "los milagros los hacen los hombres". No es muy cierto, porque aunque una casualidad "humana" puede explicar la huida de los protagonistas, aún necesitarán un milagro directo para volver a su hogar.
La película es divertida, visualmente es todo un "peplum" de calidad y deja buen sabor de boca y quizá por eso recibió el Premio del Público de los David di Donatello (los premios de cine italianos). Eso sí, no busca enseñar casi nada sobre Biblia, aunque el cura intentará sin éxito explicar cristología y la Trinidad a un soldado romano. El objetivo es divertir, pero también señalar a los belenes de nuestras casas y parroquias, como diciendo "ahí, en el belén, aprenderás la historia real con más detalle".