La irrupción de Jordan B. Peterson, 56 años, en el pensamiento contemporáneo es ya un hecho a raíz del éxito mundial de sus 12 reglas para vivir (Planeta). Es "el pensador más importante e influyente de Canadá desde Marshall McLuhan", afirma Camille Paglia. Psicólogo clínico y profesor de Psicología en la Universidad de Toronto, saltó a la fama inesperadamente al negarse a la pretensión de su gobierno (Justin Trudeau, el hombre a quien imita Pedro Sánchez) de decidir con qué pronombres era obligatorio dirigirse a las personas transexuales. Los vídeos de sus discusiones en la calle con agresivos alumnos militantes de la causa LGBTIQ+ a quienes respondía con calma y energía se hicieron virales y descubrieron a un hombre de una capacidad de comunicación poco común y con gran entereza de ánimo para mantenerse firme en los hechos y en el sentido común frente a la imposición dictatorial de la ideología de género. Youtube hizo el resto, tanto en su canal como en la multitud de entrevistas que empezaron a hacerle y difundirse.
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El primer libro con el que entra en el mercado en español es una aproximación bastante completa a su pensamiento. A pesar de su título, de su entretenida lectura y de que está plagado de historias concretas y de consejos e ideas útiles para la vida, no es una obra de autoayuda sino una profunda reflexión antropológica que, eso sí, se proyecta sobre los criterios y decisiones del quehacer cotidiano, pero no sobre asuntos triviales, sino sobre cuestiones capitales como la actitud ante el bien y el mal, el destino personal, la educación de los hijos o ideas ambientes sobre ecología, feminismo, ideología de género o utopismo igualitario.
Una de las fuentes principales de Peterson es la Biblia, en particular el Nuevo Testamento y sobre todo los Evangelios. ¿Es Peterson cristiano? Se lo han preguntado en multitud de ocasiones, como sobre otras cuestiones relativas a la fe, pero para expresar su posición valen por todas las respuestas que le dio al escritor inglés Timothy Lott: un claro "sí" a la pregunta de si es cristiano, pero una gran incertidumbre respecto a todo lo que concierne a Cristo.
Es exactamente lo que se refleja en 12 reglas para vivir. Las citas de los Evangelios son abundantes, las referencias a Dios, Jesucristo y el cristianismo son todas positivas... pero al lector le queda claro que no expresan -o, al menos, no en estas páginas- la virtud teologal de la fe. Cuesta incluso dilucidar si Dios es para Peterson un ser trascendente, o bien solo la aspiración máxima del hombre en cuanto síntesis conceptual de todos los bienes morales, los cuales, eso sí, responden casi punto por punto a lo que cualquier cristiano reconocería como tales.
Ya es noticia, por lo infrecuente, que un libro de autoayuda -con las salvedades dichas- o de antropología y psicología social, acuda de forma mayoritariamente abrumadora y positiva a fuentes de sabiduría cristiana expresamente citadas.
En la misma línea, las referencias orientales (ying y yang, Buda) aparecen, pero de forma secundaria, aunque una cierta visión dualista -el orden frente al caos- empapa la obra. Sin embargo, en varias ocasiones Peterson se refiere a las historias bíblicas que utiliza (el pecado original, Caín y Abel, el Diluvio, Abraham) como producto de la "imaginación", esto es, como una expresión cultural entre otras de una visión del mundo y de la vida que, eso sí, apoya y valora. Del mismo modo, Jesucristo y la Virgen María aparecen referenciados con admiración y respeto, pero como "arquetipos". No en vano Carl Gustav Jung es una de sus fuentes inspiradoras, como lo son Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche o Martin Heidegger, sin que pueda sin embargo considerarse que su visión del hombre es freudiana o nietzscheana.
Precisamente esta mezcla de fuentes suscitó en Estados Unidos, tras la aparición del libro, una interesante polemica. Hubo críticas católicas muy duras a Peterson, como las de John Horvat o Adam A. J. DeVille. Autores también católicos como Scott Ventureyra celebraron sin embargo la capacidad de Peterson para acercar una visión de la realidad casi plenamente cristiana a una sociedad que ha dejado de serlo (con un prometedor éxito entre los acristianos millennials), e incluso alguno, como Sam Guzman, supo extraer de 12 reglas para vivir hasta siete lecciones útiles para la evangelización.
Lo que es indiscutible es que en 12 reglas para vivir se encuentran páginas de gran valor argumental contra la ideología de género, los errores buenistas en la educación de los hijos, la filosofía de la postmodernidad y su relativismo nihilista, el multiculturalismo o el pensamiento utópico y su inevitable condición totalitaria. Asimismo, la invitación continua al lector a asumir las responsabilidades de su vida, a reconocer las culpas propias en vez de culpar a otros, a huir del victimismo y del resentimiento, a abrirse a la socialización y a sacrificarse por los demás son toda una bofetada intelectual al narcisismo, el individualismo y el egoísmo que caracterizan la filosofía moral ambiente.
Y, sobre todo, está esa multitud de ideas vertidas por Peterson con una nitidez y osadía que le distinguen de otros pensadores o de personas revestidas de autoridad (ya sea docente o religiosa) que, cuando no las niegan directamente, las enmascaran o las diluyen en un lenguaje light incomprensible.
He aquí algunos ejemplos:
Honor debido a Dios
"Mantenerse erguido con los hombros hacia atrás" (la primera de sus doce reglas)... "significa, como se decía antiguamente, comportarse para satisfacer a Dios".
"En el ámbito del orden todo se comporta siguiendo los designios de Dios. Es un sitio donde nos gusta quedarnos, ya que los ambientes familiares resultan gratos. Dentro del orden podemos pensar a largo plazo".
"La gente, perturbada por su vulnerabilidad, tiene siempre miedo a decir la verdad... En otras palabras, tienen miedo de caminar junto a Dios. Algo así quizá no resulte particularmente admirable, pero sí es comprensible. Dios es un padre moralista con expectativas bien altas. Es difícil complacerlo".
"No solo te perteneces a ti mismo... Tienes una chispa de divinidad en tu interior que no te pertenece a ti, sino a Dios".
"¿Por qué no está contento Dios? ¿Qué tendría que cambiar para que sí lo estuviera? Son preguntas difíciles, pero todo el mundo se las hace constantemente, incluso cuando no se da cuenta".
"Sacrificar algo de valor contenta al Señor".
"Podrías ayudar a rectificar la deriva del mundo y corregir su trayectoria para que apuntara un poco más al cielo y un poco menos hacia el infierno".
"Ocúpate de hoy, pero ten como objetivo el bien supremo. Ahora tu trayectoria apunta hacia el cielo y eso te llena de esperanza".
Las virtudes clásicas
"La idea del sacrificio virtuoso está profundamente arraigada en la cultura occidental (al menos en la medida en que Occidente se ha visto influido por el cristianismo, que se basa en la imitación de alguien que llevó a cabo el acto supremo de sacrificio)".
"La gratitud tiene cierta utilidad real, supone una buena forma de protección contra los peligros del victimismo y el resentimiento".
"No quiero decir... que baste con ser obediente. Pero alguien que es capaz de ser obediente -o, mejor dicho, una persona debidamente disciplinada- ya es por lo menos una herramienta bien forjada".
"Deja de hacer las cosas que sabes que están mal. Empieza hoy mismo. No pierdas tiempo preguntándote cómo sabes que lo que haces está mal, si de verdad sabes que es así... Puedes saber que algo está mal o bien sin necesidad de saber por qué".
"La facultad de la racionalidad inclina peligrosamente hacia el orgullo: todo lo que sé es lo que hay que saber. El orgullo se enamora de sus propias creaciones e intenta convertirlas en algo absoluto".
"En el paraíso todo el mundo dice la verdad. Eso es lo que lo convierte en el paraíso".
"Sufrir de forma terrible y saber que tú eres la causa, he aquí lo que es el infierno. Y una vez que se está en el infierno, resulta muy fácil culpar al mismo Ser. Y no hay de qué extrañarse. Pero no se puede justificar. Y es por eso que el Rey de los Condenados es un mal juez del Ser".
"Algo nuevo y radical es casi siempre algo errado".
"Puedes ser bastante listo si te limitas a callarte".
"¿Qué debo hacer con mi mujer? Trátala como si fuera la sagrada madre de Dios, para que así pueda dar a luz al héroe que redima al mundo. ¿Qué debo hacer con mi hija? Mantente a su lado, escúchala, vigílala, forma su mente y déjale claro que no pasa nada si quiere ser madre. ¿Qué debo hacer con mis padres? Actúa de tal forma que tus acciones justifiquen el sufrimiento por el que pasaron. ¿Qué debo hacer con mi hijo? Anímalo para que sea un verdadero Hijo de Dios".
Apología del cristianismo
"Para bien o para mal, la Biblia constituye el documento fundacional de la civilización occidental".
"La culminación del canon ético occidental... es lo que transmiten aquellos brillantes pasajes, eternamente confusos, de Cristo en el Sermón de la Montaña, la esencia en cierto sentido de la sabiduría del Nuevo Testamento... El Sermón de la Montaña destaca la verdadera naturaleza del ser humano y el auténtico objetivo de la humanidad".
"El cristianismo alcanzó lo que resultaba casi imposible. La doctrina cristiana elevó el alma individual, colocando al esclavo, al dueño, al plebeyo y al noble en una posición de igualdad metafísica, convirtiéndolos en iguales ante Dios y la ley... Así, la concepción metafísica del valor implícito trascendental de cada alma se acabó imponiendo en contra de todas las expectativas en tanto que supuesto fundamental de la ley y la sociedad occidentales. No ocurría así en la Antigüedad, ni tampoco todavía en la mayoría del mundo en la actualidad".
"La sociedad producida por el cristianismo era mucho menos bárbara que las sociedades paganas -incluida la romana- a las que sustituyó".
"En la tradición cristiana, Cristo se identifica con el Logos. El Logos es la palabra divina... Esa simple frase, de una sabiduría inaprensible, resume el cristianismo".
Crítica a las utopías
"Si la sociedad está corrupta, pero no los individuos que la habitan, ¿entonces cuándo se originó el problema?"
"Necesitamos rutina y tradición. Eso es orden".
"Hay pocas cosas más naturales que la cultura".
"La mejor forma de arreglar el mundo... es arreglarte a ti mismo... Cualquier otra cosa resulta presuntuosa. Cualquier otra cosa puede causar daño, a causa de tu ignorancia y tu falta de habilidad".
"A las personas motivadas para mejorar las cosas normalmente no les interesa cambiar a los demás y, si es el caso, asumen la responsabilidad de aplicarse a ellos mismos y en primer lugar esos mismos cambios".
"Nadie en el mundo moderno puede expresar sin objeciones ideas tales como que la existencia sería mejor si no hubiera judíos, negros, musulmanes o ingleses. ¿Por qué, entonces, resulta virtuoso postular que el planeta estaría mejor si hubiera menos gente viviendo en él?"
"El planeta es más duro con nosotros de lo que nosotros somos con él".
Defensa de la familia
"¿Fue una buena decisión liberalizar de forma tan abierta las leyes de divorcio en los años sesenta del siglo pasado? No me parece que los niños cuyas vidas se vieron desestabilizadas por la hipotética libertad que este intento de liberación introdujo estén de acuerdo con la afirmación. Detrás de los muros que levantaron con sabiduría nuestros ancestros acecha el horror, así que, si los echamos abajo, asumimos una responsabilidad".
"Los progenitores deberían ser dos... [No tenemos que fingir] que todas las composiciones familiares resultan igual de viables, porque no lo son, y sobre esto no hay nada que discutir".
"Durante las últimas décadas muchos hogares han visto cómo se ponía fin a la división tradicional de tareas, a menudo en nombre de la liberación y la libertad. No obstante, esta demolición no ha producido tanta gloria como caos, conflicto e indeterminación".
"Quizá los dos, tanto la mujer como el marido, aprovecharon la oportunidad de echar a perder el matrimonio para vengarse de Dios, acaso el único Ser que podría haber resuelto toda la situación".
"Una mujer tendría que cuidar de sus hijos, si bien no es eso todo lo que tendría que hacer. Y un hombre tendría que cuidar de una mujer y de los niños, si bien no es eso todo lo que tendría que hacer. Pero una mujer no tendría que cuidar de un hombre porque tiene que cuidar de los niños, y un hombre no tendría que ser un niño".
"Mantenerme al lado de mi hija significa animarla en todo lo que con valentía quiera realizar, pero también imprimir un aprecio genuino por la feminidad: reconocer la importancia del hecho de tener una familia e hijos y resistir a la tentación de denigrarlo o devaluarlo en contraposición con los logros profesionales o las ambiciones personales".
"¿Quién decidió, en todo caso, que la carrera es más importante que el amor y la familia?"
Necesidad de educar a los hijos
"O bien disciplinas a tus hijos, o bien traspasas esa responsabilidad al cruel e insensible mundo".
"¿Qué puede esperar del futuro un niño que ignora y desprecia a los adultos? ¿Para qué crecer? Y esa es la historia de Peter Pan".
"La sociedad acabará castigando de forma draconiana todos los defectos de comportamiento que no se hayan corregido siendo niños".
"Estás dejando el trabajo sucio a otra persona, y esa persona lo hará de forma mucho más sucia que tú".
Críticas a la ideología de género
"La gente a menudo se muestra dispuesta a producir cualquier daño colateral si así consigue aferrarse a su teoría".
"[Algunos] insisten, cada vez con mayor fuerza, en que el género es un constructo social. Pero no lo es. Y no se trata de un debate: hay datos que lo demuestran".
"Estudios científicos irrefutables y multidisciplinarios... indican que las diferencias de sexo están poderosamente influidas por factores biológicos".
"No les enseñamos a nuestros hijos que la Tierra es plana. Tampoco deberíamos enseñarles teorías sustentadas en la ideología y carentes de respaldo acerca de la naturaleza de los hombres y las mujeres".
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