A pocas horas del fin de año ha fallecido la actriz Betty White, quien cumpliría cien años el próximo 17 de enero. Fue una actriz estrella de la televisión estadounidense desde los años 60, pero conocida sobre todo en todo el mundo a raíz de la serie The Golden Girls [Las chicas de oro], que triunfó durante sus siete temporadas entre 1985 y 1992. Trabajadora incansable, intervino en distintas producciones con diversos papeles (entre ellos, la voz de uno de los personajes en un episodio de Bob Esponja), completando su última actuación en 2019.

En 2011 protagonizó El San Valentín perdido [The lost Valentine], una película para televisión coproducida por Hallmark y la productora católica Paulist Productions, que presidía en aquellos años el padre Eric Andrews, actualmente presidente de los Padres Paulistas.

El film está basado en el best seller del mismo título escrito por James Michael Pratt, y aunque, según explica el mismo Andrews a Catholic News Agency, en la transición se ha perdido parte del contenido abiertamente religioso de la novela, la película fomenta valores católicos "tremendos" y está llena de momentos en los que "la fe y la confianza en las promesas de Dios se ponen a prueba y son halladas en vela".

La idea del film partió de Paulist Productions, cuya productora Barbara Gangi propuso el proyecto a Hallmark Hall of Fame cuatro años antes. Llevó tiempo rematarlo, pero todo se aceleró en cuanto se supo que se contaba para los papeles estelares con dos actrices de garantías. Por un lado, la entrañable Betty White, que bordó el papel de la inolvidable y despistada Rose en Las chicas de oro. Por otro, Jennifer Love-Hewitt, de 41, musa de toda una generación, consagrada tras Sé lo que hicisteis el último verano y estrella de la pequeña pantalla en series como Entre fantasmas. Una vez puesto en marcha el rodaje, se fueron todos a Atlanta y duró sólo 25 días.

Betty White, con el padre Eric Andrews.

Y ¿cuál es la historia? Caroline (Betty White) es una anciana que perdió a su marido, piloto de combate, en la Segunda Guerra Mundial. La última vez que le vio fue en la estación de tren de su ciudad, donde le entregó un regalo de San Valentín. Desde entonces ha vuelto allí cada año en esa fecha. Susan (Jennifer Love-Hewitt) es una escéptica periodista a quien le encargan un reportaje sobre Caroline. Conocerse será una ayuda para ambas, que se convertirán en buenas amigas.



El argumento no es, pues, muy original, pero es el enfoque lo que le da valor. Según el padre Andrews, en la trama "conocemos el amor -hasta el sacrificio, como el de Cristo- del piloto perdido de la Navy. Somos testigos de la fidelidad de Caroline al sacramento del matrimonio, a través de la forma en la que comparte su amor marital con quienes la rodean: familiares, amigos y sobre todo veteranos de guerra. La película defiende los valores tradicionales de servicio a Dios, a la patria y al prójimo, que tanto necesita hoy nuestro mundo".

"Es una película sobre el amor perdurable, la santidad del matrimonio y la disposición a sacrificar tu vida por otro ser humano", añade Gangi: "También es un homenaje a los militares. Hemos contado con la colaboración de la Navy. Su guardia de honor, que aparece en la película, es la real, y los veteranos que intervienen en el rodaje lo fueron de verdad, incluso uno que sirvió con Patton".

Paulist Productions fue fundada en 1961 por el padre Ellwood Bud Kieser, el llamado "cura de Hollywood".

Precisamente sobre el padre Bud Kieser (1929-2000) está preparando Paulist Productions un documental que contará la historia de su labor evangelizadora a través de los medios. Su más emblemática producción fue Insight, que emitió 250 episodios entre 1960 y 1983 y ganó varios premios Emmy.

Artículo publicado por primera vez en ReL el 30 de enero de 2011, con ocasión del estreno de la película, y posteriormente actualizado.