El rito

se abre con una frase de Juan Pablo II y se cierra con un sacerdote consagrado a su tarea más importante, después de decir misa: confesar. Se ha estrenado este viernes en Estados Unidos, llegará a España el 18 de marzo, y es una nueva historia de exorcismos, género que vuelve a ponerse de moda en el cine.

La historia guarda bastantes parecidos con la reina del género, El exorcista (William Friedkin, 1973). Un seminarista a punto de dejarlo (Colin O´Donoghue) y que tiene graves conflictos con su padre (Rutger Hauer), es destinado por su superior a un curso de exorcismos en Roma. Allí, uno de sus compañeros de curso, un dominico, le «coloca» como ayudante del padre Lucas (Anthony Hopkins), veterano exorcista, para luchar contra un demonio que se ha enseñoreado de una adolescente embarazada.
 


John Mulderig, comentarista de Catholic News Service, señala algún error de bulto (como el seminarista, todavía sólo diácono, dando la absolución a una víctima de accidente de coche) y avisa de la presencia en la obra de temas morbosos (suicidio, incesto) y de algunas imágenes explícitas, expresiones duras e irreverencias. Pero considera el film «religiosamente aceptable» y agradece que director y guionista, Mikael Hafstrom y Michael Petroni, respectivamente, hayan logrado una notable afirmación de la fe y del valor del sacerdocio.

De hecho, la película está basada en una historia real, la del padre Gary Thomas, de la diócesis de San José (California), quien asistió a la première de El rito en Los Ángeles, este miércoles. Lo cual parece, en principio, un buen aval.