There be dragons se estrenará en la primavera de 2011, con Charlie Cox en el papel de San José María Escrivá de Balaguer y bajo la conducción de Roland Joffé, el director de Los gritos del silencio (1984) y La Misión (1986), por citar sus obras más célebres.

«Pensé que era un desafío fantástico entregar cuarenta millones de dólares a un director de Hollywood, agnóstico y de izquierdas, para contar una historia sobre un santo católico», explica Ignacio Gómez-Sancha, productor del film, en una reciente entrevista a Catholic News Agency, donde cuenta también qué le movió a esa decisión.

Y es que «se enamoró» de la visión de Joffé sobre el fundador del Opus Dei, y del proyecto que le entregó al respecto. El cineasta recibió con frialdad la primera propuesta que le hizo una persona de Los Ángeles de rodar sobre él, porque pensaba que la Obra «ya era muy conocida» a raíz de la novela y película El Código Da Vinci de Dan Brown y no quería hacer una respuesta a eso. Pero para terminar de perfilar sus ideas leyó las obras de monseñor Escrivá y, sobre todo, vio un vídeo de su estancia en Chile en 1974, donde una respuesta del santo (en la que le decía a una chica judía, que quería convertirse, que los grandes amores de su vida eran judíos, en referencia a Jesucristo y la Virgen María), que le decidió a plantear un guión.

Tiempo después, Gómez-Sancha supo de ese guión durante una conferencia en el colegio de sus hijos, le encantó, y se convirtió en productor del mismo, para lo cual ha contado con un centenar de patrocinadores e inversores.

La película transcurre durante la persecución religiosa de la Guerra Civil, que da ocasión a que se presenten los «dragones» a los que hace referencia su título: «Los dragones son todas las cosas que te hacen sufrir, esas situaciones en las que te pone la vida, como la aceptación de la muerte, la culpa, los celos, la traición». Se presentan en la vida de todos, pero Joffé los ha visto en las circunstancias bélicas de la España de aquel tiempo y en los personajes que los encarnan en la película y rodean a San Josemaría.

«Es una oportunidad increíble que hoy día un agnóstico como Roland pueda contar un mensaje que es absolutamente universal y que muestre lo que un sacerdote puede hacer por la sociedad, en un momento en el que el sacerdocio está bajo sospecha», recalcó el productor de There be dragons.