La parroquia madrileña de María Virgen Madre acogió el martes 23 de noviembre un acto de reconocimiento a San Pío de Pietrelcina, en el que participaron el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla; el actual superior de los capuchinos de San Giovanni Rotondo (donde vivió), fray Nazario Vasciarelli y José María Zavala, autor de «Padre Pío, los milagros desconocidos del santo de los estigmas» (LibrosLibres), texto que recoge sus prodigios y espiritualidad.
Más de 250 personas acudieron a este acto enmarcado en el Foro de Apologética Benedicto XVI.
Don José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, indicó que «una figura como la del Padre Pío, con su costado sangrante por efecto de la transverberación; que tuvo el fenómeno de los estigmas en pies y manos durante 50 años; que se enfrentaba físicamente al demonio con frecuencia; que tenía el don sobrenatural de profetizar y de conocer el interior de las conciencias; que protagonizó el fenómeno de la bilocación en repetidas ocasiones... un santo de estas características ha sido suscitado por Dios para sacudir la incredulidad de nuestro siglo, y para escándalo de las mentes secularizadas».
El obispo de San Sebastián citó los presupuestos del teólogo Bultman para ilustrar cómo ha podido afectar en grandes capas de la iglesia esos postulados de teología liberal que dicen que «Dios no puede actuar o manifestarse sensiblemente en el espacio ni en el tiempo, o que Dios no puede ser la causa de acontecimientos especiales sino solamente fuente de leyes universales».
«Esto conduce -manifestó el prelado- a la `filosofía del no acontecimiento´, a una teoría que es la negación sistemática de la posibilidad de Encarnación. Sin embargo, esta mentalidad racionalista, que alardea de tener un concepto más puro y desarrollado de la divinidad, comete un error tremendo, al impedirle a Dios ser Dios: acusan a la religión de constreñir la divinidad en un `mensaje revelado´y caen en la burda contradicción de supeditar la libertad de Dios a sus presupuestos ideológicos».
Asimismo, el obispo Munilla indicó que «los hechos son tozudos, y los signos de los tiempos han resultado ser bien distintos de los diseñados por determinados modelos académicos. Vittorio Messori ha visto en esta devoción popular hacia el Padre Pío una especie de `rebelión de los laicos hacia una parte del clero´que ha caído en una trampa racionalista».
«El ´sensus´ católico ha terminado por rechazar una religiosidad en la que el hecho salvífico se diluye en el género literario, la fuerza del sacramento se reduce a su pedagogía catequética, el sentimiento es reprimido en pro de una abstracción racional, la norma moral ya no es recibida sino creada por el hombre, y, en definitiva, el misterio sobrenatural se reduce a un vago humanismo que restringe su mensaje al ámbito de la ética social».
Por último, monseñor Munilla señaló que «no podemos olvidar que es Dios quien suscita todos y cada uno de los modelos de santidad. Algo querrá decirnos con los dones místicos que ha dado al Padre Pío, poniéndolo como `signo de la prioridad de lo sobrenatural´ante los ojos del mundo. ¡El Padre Pío es un santo para los tiempos de secularización!».
José María Zavala al presentar su libro «Padre Pío», que lleva dos ediciones en apenas tres semanas, señaló que "el propio Padre Pío resumía su espiritualidad diciendo: `Todo es un juego de Amor´. Amor a Jesús en la Eucaristía; a la Virgen, con el Santo Rosario; y a los demás, en la confesión, donde lavaba sus almas".
Para el autor, escribir éste libro le supuso una auténtica sacudida y "nunca agradeceré lo suficiente al Padre Pío haber levantado mi alma". El santo solía decir: "Si alguna vez he levantado un alma jamás la dejaré caer".
José María Zavala contó que "el Padre Pío es un gran santo para estos tiempos tan alejados de Dios".
Fray Nazario Vasciarelli, un experto del santo de Pietrelcina, señaló que "el Padre Pío estaba siempre en el altar. No sólo cuando celebraba misa, sino siempre, también mientras confesaba".
Contó la especial relación que tenía el santo con su Ángel de la con quien hablaba con frecuencia. Siempre le confiaba a su Ángel de la Guarda que levantara a un hermano de comunidad muy querido por él, pero que tenía un apego a las sábanas. el levantarse a su hora, y el ángel le llamaba. Pero como era habitual y el ángel cumplía siempre con su cometido, el Padre Pío, considerando que hacía trabajar en exceso a su Ángel Custodio, le dijo al capuchino amigo: "Cómprate un despertador que tengo a mi Ángel haciendo horas extras por tí".
En otra ocasión, el Padre Pío sufría una violencia física provocada por el demonio que le dejaba exhausto toda la noche. A la mañana siguiente, entabló un diálogo amigable con su Ángel: «Pero señorito -le decía con sorna- dónde te metiste ayer que te necesitaba con urgencia, y me dejaste bien solo».
Fray Nazario explicó por qué el Padre Pío había sido apartado de decir misa pública en los años 30, si ya para entonces constaba su fama de santidad. Señaló que las autoridades recelaban, más que del Padre Pío, de cierto entorno suyo que fomentaba una milagrería a la que el Padre Pío era ajeno, pero que podía pervertir el sentido de su obra. Esa desconfianza provocó la sanción, pero en cualquier caso no se le privó de decir misa, sino del contacto con la gente y con sus hijos espirituales, a consecuencia de las exageraciones de alguno de sus devotos.
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FICHA TÉCNICA | COMPRA ONLINE | |||
Título: | Padre Pío | Tienda Libres | ||
Autor: | José María Zavala | Criteria Club | ||
Editorial: | LibrosLibres | |||
Páginas: | 233 páginas | |||
Precio | 20 euros | |||