En los últimos meses Mel Gibson se ha ganado muchas enemistades. Ha roto con su mujer y madre de siete de sus hijos, Robyn Moore, ha conducido bebido, ha pronunciado exabruptos racistas y su actual novia, Oksana Grigorieva, con la que tiene un hijo, le ha acusado de malos tratos, aunque sin un fundamento claro.
Sin embargo, el actor y director, que alcanzó el cenit de su fama en 2004 con La Pasión de Cristo, no ha perdido su generosidad con la Iglesia. Según la página web Radar OnLine, que reproduce en PDF los documentos que respaldarían la noticia, Gibson ha donado 9,6 millones de dólares al a Fundación A.P. Reilly, que fundó en el año 2000 en homenaje a Anne Patricia Reilly, su madre, fallecida diez años antes.
A través de esta fundación, Mel Gibson construyó en Malibú (California) una iglesia, bajo la advocación de la Sagrada Familia, donde solamente se dice la misa tradicional o de San Pío V, conforme a sus convicciones tradicionalistas, y a la que asisten en torno a cien personas.
Gibson se ha proclamado siempre católico y ha querido educar a sus hijos lejos del ambiente de Hollywood, que considera pernicioso para ellos. En los años previos al rodaje de La Pasión de Cristo explicó cómo había abandonado problemas con el alcohol que posteriormente ha vuelto a tener, añadidos al divorcio con Robyn, lo que ha deteriorado su imagen entre los grupos cristianos.