Tras lograr 12 de las 13 estatuillas a las que optaba, La sociedad de la nieve se alzó este sábado como indiscutible ganadora en la 38ª edición de los Premios Goya, celebrada en el Recinto Ferial de Valladolid.
También opta a dos Oscar
Basada en la historia real de los supervivientes del accidente aéreo de los Andes de 1972 (escrita por Pablo Vierci y también divulgada en cine en la icónica ¡Viven! de 1993) y dirigida por J.A. Bayona, la cinta también opta al Oscar en las categorías de Mejor Película Internacional y Mejor Maquillaje y Peluquería.
Junto con los premios a mejor dirección y mejor película para Juan Antonio Bayona, La sociedad de la nieve logró imponerse también en las categorías de Mejor Fotografía (Pedro Luque), Actor Revelación (Matías Recalt), Sonido y Efectos Especiales (Pau Costa, Félix Bergés y Laura Pedro), Diseño de Vestuario (Julio Suárez), Maquillaje y Peluquería (Ana López-Puigcerver, Belén López-Puigcerver y Montsé Ribé, nominadas también al Oscar en la misma categoría), Mejor Montaje (Andrés Gil y Jaume Martí), Sonido (Jorge Adrados, Oriol Tarragó y Marc Orts), Dirección de Arte (Alain Bainée), Dirección de Producción (Margarita Huguet) y Música Original (Michael Giacchino).
Con este hito, La sociedad de la nieve se sitúa en el podio de récord histórico de estatuillas, solo superada por Mar adentro, de Alejandro Amenábar (14) y Ay Carmela! (13), de Carlos Saura.
“Creo en el cine español, juntos podemos conseguir lo que queramos”, manifestó Bayona al recoger los Goyas a Mejor Película y Mejor Director. Se trata del cuarto que obtiene detrás de la cámara tras El orfanato (Dirección Novel, en 2007), Lo imposible (2012) y Un monstruo viene a verme (2016), informa el portal oficial de los Goya.
La sociedad de la nieve supone su quinto largometraje y está basado en el libro homónimo de Pablo Vierci sobre el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que en 1972 se estrelló en el corazón de los Andes.
“Comparto este premio con el autor del libro, con toda Argentina y Uruguay”, dijo el director, que recordó que la película, la primera producida por Netflix que triunfa en los Goya, lleva sumados 150 millones de espectadores en todo el mundo.
“Necesitamos un público fuerte y una industria fuerte que tenga recursos”, aseguró el director, que también tuvo un recuerdo especial para “toda la muchachada, ese gran equipo de actores”.
La presencia de la fe
Se ha hablado mucho sobre las connotaciones religiosas de la película. Aunque pueda haber quien lamente una cantidad menor de referencias que la pionera ¡Viven!, La sociedad de la nieve muestra en multitud de detalles que la trascendencia y la fe fueron inseparables de aquella hazaña de superación y supervivencia.
El origen católico de los jugadores del Old Christians Club de rugby -que procedían a su vez del Colegio Stella Maris-, o el de los chicos del Colegio Seminario -como el protagonista Numa Turcatti- o los del Sagrado Corazón de los jesuitas, así como la presencia constante del rezo del Rosario durante los 72 días en la montaña, el pacto para entregar sus cuerpos al resto en caso de fallecer, la relación con un Dios tan cercano -como las cartas del fallecido Gustavo Nicolich- o que muchos de los protagonistas -como el usuario de YouTube- nunca creyeron que lo ocurrido pudiera ser algo casual, son solo algunos de los elementos que hacen pensar que el protagonismo de Dios en la montaña fue determinante.
El mismo Bayona se refirió a la necesidad de una película que explicase el "contexto verdadero" de lo ocurrido, ya fuese "el frío, el hambre o el idioma en el que se desarrolló". Pero, a su juicio, la cinta debía transmitir, "por encima de todo la profunda espiritualidad que nació en su sociedad, que al ser tan profunda es universal y está a la altura de todo lo imposible que vivieron allá arriba".
Especial importancia merece la presencia y rezo del rosario durante los 72 días de cautiverio helador, que se describe así: "La otra rutina que surtía un claro efecto positivo en la mayoría era el rosario que dirigía Carlitos. Lo primero que rompía el silencio de la noche era el tintineo de las cuentas de vidrio, seguido por el murmullo de los misterios. El rosario iba pasando de mano en mano y si cada uno murmuraba, quería decir que estaba despierto. Cuando permanecía callado, el que estaba a su lado lo tocaba para ver si estaba dormido o se había muerto, porque en la noche hacía tanto frío que siempre temieron que el que se dormía no despertara más".
Junto con el rosario, la vívida fe plasmada en las cartas de los supervivientes, los crucifijos, el rezo continuo de la salve y otras oraciones, un sinfín de elementos que hacen pensar que lo ocurrido en y descrito en La sociedad de la nieve es sin duda una historia de superación posibilitada por la profunda fe y convicción trascendente de sus protagonistas.