Partamos de un hecho cierto. La vida no es fácil. Cualquiera que se haya parado a pensarlo un segundo lo sabe. Morirse, mucho menos. Entre otras cosas (nos lo muestra la película) porque hay preguntas que nadie responde sobre la muerte. Tal vez porque, en un mundo descarnado y materialista en el que vivimos, nadie se plantea nada hasta que ve asomarse a la Parca. Y algunos, ni eso.
El film está moteado, en especial al principio, por una buena dosis de humor negro en su versión inglesa. Conviene reseñar que la acción se desarrolla en una ciudad del Reino Unido. Y no se puede pasar por alto un hecho fundamental. No es una comedia, pero tiene puntos excelentes de risa. Tampoco es un dramón lúgubre, pues invita a la esperanza. Pero lloras.
El film está moteado, en especial al principio, por una buena dosis de humor negro en su versión inglesa. Conviene reseñar que la acción se desarrolla en una ciudad del Reino Unido. Y no se puede pasar por alto un hecho fundamental. No es una comedia, pero tiene puntos excelentes de risa. Tampoco es un dramón lúgubre, pues invita a la esperanza. Pero lloras.
De la factura técnica de la cinta, rodada en inglés, sorprende el uso de efectos cercanos a la papiroflexia como recurso para acercar al espectador a la mente infantil y destaca una fotografía exquisita acompañada por una banda sonora muy acorde al tono de la historia filmada por Ron.
La historia es sencilla en el planteamiento. Tras un largo tratamiento médico, Sam, un chico de once años enfermo de leucemia, es capaz de vivir sus últimos días de una manera reveladora que esponja el alma. No revelamos nada trascendental si decimos que Sam muere.
¿Muere? ¿Pero no hemos quedado en que la cinta se titula “Vivir para siempre”? Físicamente sí, pero no del todo, gracias a que, aún en los estertores de su vida, Sam es capaz de ir más allá. De dar un sentido a su vida hasta el punto de transformar la manera de afrontar su enfermedad de sus padres y su hermana. De tal forma, que la leucemia pasa de ser un portazo continuo a la convivencia familiar, a ser una ventana abierta a la magia de la unidad, la compresión y la madurez.
Quien suscribe cree que el cine debe servir para algo más que para entretener al personal. Y en este apartado, “Vivir para siempre” goza de muy buena salud. Entre otros asuntos, aborda con naturalidad y acierto el espinoso asunto de evitar el encarnizamiento terapéutico en enfermos terminales; propone al espectador enfrentarse a sus miedos, con frases dignas de ser replicadas por doquier en las redes sociales como “hay cosas perfectas de principio a fin, pero no lo sabes hasta que las has vivido”; y anima a fortalecer la voluntad ante los desafíos de la vida, mostrándonos que las “plantas del cielo” crecen mejor en el hormigón que en la tierra, aunque les cueste más.
Lo dicho. Con “Vivir para siempre” el espectador saldrá del cine saboreando sus minutos para sentenciar: Vivir sin miedo a la muerte es puro umami. Y es contagioso.
Nicolás de Cárdenas/ReL
FICHA TÉCNICA | ||
Título: | Vivir para siempre | |
Director: | Gustavo Ron | |
Intérpretes: | Alex Etel, Ben Chaplin, Ella Purnell, Emilia Fox, Greta Scacchi, Phyllida Law, Robbie Kay, Natalia Tena | |
Estreno: | 29/10/2010 | |
Duración: | 95 minutos | |