El mundo celebra en 2022 el Año de Mendel, declarado por la UNESCO, dedicado al sacerdote y religioso agustino Gregor Mendel, nacido hace 200 años, considerado el padre de la Ciencia Genética. (Lea aquí en ReL: 7 cosas que hay que saber sobre Mendel, monje y científico).
¿Cómo llegaron a España y a la ciencia española los conceptos científicos de Mendel sobre la herencia genética? Fue obra de una serie de pioneros de la genética durante la monarquía parlamentaria católica de Alfonso XIII (1886–1931), considerada una Edad de Plata de la ciencia en España. Y entre esos pioneros destacaron dos importantes clérigos científicos, el jesuita Jaime Pujiula y el escolapio Manuel Bordás.
Pujiula, un biólogo jesuita polifacético
Jaime o Jaume Pujiula Dilmé SJ (Besalú, Gerona, 1869 – Barcelona, 1958) fue uno de los biólogos más polifacéticos de la Edad de Plata. Se dedicó a la citología (estudio de la célula), la histología (estudio de los tejidos vivos) y la embriología, tocando también la genética.
Nació en el seno de una humilde familia numerosa de siete hermanos. Comenzó a trabajar a los ocho años en una fábrica de cerillas de su pueblo natal. Tras un accidente, fue barrendero en el Seminario de Gerona, donde terminó los estudios que había empezado en su pueblo natal.
Ingresó en 1887 en el noviciado de la Compañía de Jesús, en la localidad zaragozana de Veruela, y el curso 1892-1893 estudió Filosofía en Tortosa. De 1893 a 1895 se inició en Ciencias Naturales en Exaten y Valkenburg (Holanda), volviendo a España y enseñando Historia Natural en el Colegio de los Jesuitas de San José de Valencia.
A partir de 1901 continuó sus estudios eclesiásticos en Tortosa y en 1905, con 36 años, se ordenó sacerdote. Nuevamente en 1906 marchó al extranjero para aumentar sus conocimientos: estuvo en la Universidad de Innsbruck, donde durante medio año estudió Zoología con el profesor Heider y Botánica con Heinricher. Posteriormente pasó al Instituto Embriológico de Viena, entonces dirigido por el profesor Wiesner, donde realizó su tesis doctoral sobre el origen de ciertas células placentarias.
A partir de 1908 Jaime Pujiula ejerció la docencia en Biología en el Colegio de la Compañía de Jesús en Tortosa. Más tarde estuvo al frente del Instituto Biológico de Sarriá durante décadas, dirigiendo estudios microscópicos, de carácter teórico-práctico. Inicialmente impartió docencia en Citología General, Histología Animal y Vegetal, Embriología Animal y Botánica Descriptiva, incluyendo más tarde la Bacteriología.
Publicó catorce libros y doscientos ochenta artículos en revistas de ciencias e investigación. Incluso ya fallecido se publicó la cuarta edición de una de sus obras más significativas: Manual completo de biología moderna, macro y microscópica (1960), cuya primera edición data de 1921. Se considera que su obra cumbre fue 'Embriología del hombre y demás vertebrados' (1922-1923). También fue un pionero en temas de reflexión pastoral y moral sobre aspectos médicos.
Acudía a los congresos de la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Ingresó en la Academia de Medicina de Barcelona en 1921 con el discurso “Los órganos embrionarios, su significación y sus residuos”. Presidió la Institución Catalana de Historia Natural entre 1925 y 1928. También fue miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, del Instituto de España, etc.
Recibió en vida varios premios y condecoraciones como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. Ingresó en 1908 en la Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales, más tarde Sociedad Ibérica de Ciencias Naturales, institución de la que en 1929 fue vicepresidente y el año siguiente presidente. Ingresó en la Academia de Medicina de Barcelona en 1921 —hoy Real Academia de Medicina de Cataluña— con el discurso “Los órganos embrionarios, su significación y sus residuos”.
Presidió la Institución Catalana de Historia Natural entre 1925 y 1928. También fue miembro de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, del Instituto de España, etc.
Manifestó su interés por la paleontología y evolución humanas y algunos de sus trabajos sobre estos asuntos aparecieron en la revista Ibérica. En los últimos años de su vida se interesó por la psicofisiología, publicando en la revista Ibérica, en 1953 y 1955, sendos trabajos sobre reflejos condicionados, en los que afirmaba que este aprendizaje era similar en el hombre y en el resto de los animales.
Fue uno de los primeros españoles que se ocuparon de las teorías de la herencia. Se posicionó en contra de los aspectos ideológicos del evolucionismo en cuanto a herramienta utilizada por el ateísmo y el cientificismo contra la fe católica, y sólo aceptaba algunos aspectos del darwinismo. Siempre se mantuvo contrario a aceptar que la vida humana debiera su origen al mero azar en la naturaleza. De hecho, hacía extensiva tal oposición a la aparición de cualquier tipo de vida, posicionándose así a favor de los experimentos de refutación de la generación espontánea de Pasteur y Tyndall. Así reafirmaba sus creencias en el origen de la vida en Dios.
Bordás, con los grandes de la ciencia y superior de los escolapios catalanes
El escolapio Manuel Bordás Celma (Morella, Castellón, 1880–Barcelona, 1970) fue un biólogo y tratadista que se formó y colaboró con los grandes de la Ciencia española como Antonio de Zulueta (considerado el primer genetista de España) y con ayudas de Santiago Ramón y Cajal. Escribe sobre él el también escolapio Joan Florensa Parés en el Diccionario Biográfico de España.
Vistió la sotana en el noviciado de los escolapios en Moyá (Barcelona) en 1895 y profesó en 1897, con votos solemnes en 1900 y ordenación sacerdotal en 1905.
Enseñó en los colegios de Sant Antoni y de Sarriá en Barcelona. Sacó al mismo tiempo los títulos de bachiller y de maestro nacional. Se licenció en Ciencias Naturales en la Universidad de Madrid (1906-1909) y allí se doctoró (1913) residiendo en el Colegio de San Fernando.
La Junta de Ampliación de Estudios le pensionó para trabajar en los laboratorios de Biología de Santander y de Carnoy de Lovaina. Explicó ciencias nuevamente en Sarriá y publicó la memoria de sus estudios en Bélgica. En 1911 estudió en Lovaina pensionado por la misma entidad trabajando en el Laboratorio Carnoy de la Universidad Católica, donde desarrolló investigaciones sobre la genética de la gametogénesis en la sagita, un gusano marino microscópico. Ese trabajo sería su memoria de doctorado, calificado con un sobresaliente por Ignacio Bolívar, entonces director del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Se publicaría en 1914 como: ‘Doctrinas actuales sobre la reducción numérica de y su aplicación a la espermatogénesis de Sagita bipunta’.
Ese año fue nombrado miembro de la Real Sociedad de Historia Natural, la sociedad científica privada más antigua de España, fundada por científicos católicos (como explicamos aquí en ReL).
Tras unos estudios en Nápoles, en 1919 continuó estudios en la Universidad de Madrid en el Laboratorio de Biología del Museo de Ciencias Naturales de Madrid bajo la dirección de Antonio de Zulueta -considerado primer genetista de España y a quien en la actualidad el Museo Nacional de Ciencias Naturales le dedica una exposición antológica.
Publicó estos estudios gracias a ayudas recibidas de Santiago Ramón y Cajal, que le había permitido consultar su biblioteca, y del mismísimo director del museo.
Enseñó en Sarriá y en Vilanova y la Geltrú de donde fue nombrado Rector (1925-1928). Luego pasó por Nuestra Señora (1928-1931) y finalmente fue ecónomo de Balmes (1931-1934). Fue el asistente provincial desde 1934.
Escuelas Pías de Moyá donde se formaban muchos escolapios: fue una cárcel del Frente Popular durante la Guerra Civil y mataron a varios escolapios del lugar y a otros religiosos.
Al estallar la Guerra Civil en 1936 se hallaba en la zona nacional. A los 3 meses de empezar la guerra, fue nombrado Vicario Provincial de los escolapios de Cataluña: a lo largo de la guerra, pero especialmente en los primeros meses, serían asesinados 72 religiosos de su congregación en la provincia escolapia de Cataluña, varios de ellos en Moyá, donde había estudiado.
Desde Navarra siguió dando clases durante la guerra y atendiendo a los religiosos que lograban escapar. Al finalizar la guerra, tuvo que reorganizar toda la provincia catalana y reabrir todos los colegios, muchos de los cuales habían sufrido destrozos. Años después fue vocal de la Junta del Colegio de Doctores y Licenciados de Cataluña de la que había sido uno de los fundadores.
En 1961 cesó en sus cargos y clases, que apenas nunca dejó, por enfermedad; llenó volúmenes manuscritos o mecanografiados con selecciones de artículos y temas científicos de sus lecturas hasta que le flaqueó la vista. Dedicó los últimos años a divulgaciones folclóricas e históricas de su tierra. Isabel Delgado Echeverría contó algunas de las cosas aquí referidas en su obra ‘El descubrimiento de los cromosomas sexuales. Un hito en la historia de la biología’.
Escribió sobre “Los órganos de la visión en los Insectos”, en Revista Calasancia (1920 y 1921), “La conjugación de los cromosomas como proceso de reducción numérica”, en Revista Calasancia (1921), “Sobre la estructura y funcionamiento de los estigmas en el Ortóptero ‘Blatta Orientalis’ L.”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (BRSEHN) (1921), págs. 21-31; “El problema de la reducción cromática en la espermatogénesis de ‘Dendrocoelum Lacteum’ Oerst”, en Libro en honor a D. Santiago Ramón y Cajal, 1922; “Estudio de la semilla del garbanzo (“CicerArietinum” L.)”, en BRSEHN, 1932, págs. 393-416; Vida de San Pompilio M. Pirrotti de las Escuelas Pías (San Pompilio fue un escolapio del siglo XVIII pionero en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús), Barcelona, 1934. Después de 1946 publicó reseñas y artículos en Vallivana y Auras Ivano-Morellanas (ambas de Morella).
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