El Centro Católico Nacional de Bioética (NCBC) y la Alianza Nacional Católica sobre la Discapacidad, ambos de EE.UU, han instado recientemente a las autoridades a no cambiar la definición de "muerte cerebral": del "cese irreversible de la función cerebral" al "cese permanente de la mayor parte de la actividad cerebral".
Tal cambio permitiría que los pacientes vivos con daño cerebral severo sean declarados legalmente muertos. Bajo los cambios propuestos a la Ley de Determinación Uniforme de Muerte la muerte cerebral parcial sería reemplazada por muerte cerebral total.
Muertos antes de tiempo
En consecuencia, los pacientes que no responden con una lesión neurológica grave podrían ser declarados con muerte cerebral incluso si todavía muestran alguna función cerebral integrada.
Aunque motivado por la donación de órganos, relajar el estándar existente de muerte cerebral implica un juicio implícito de que los médicos pueden violar la integridad física de estos pacientes vulnerables para beneficiar a otros pacientes cuyas vidas se consideraría más importante salvar.
Los pacientes con lesiones neurológicas graves no pueden comunicarse y, dada la complejidad de su estado, puede ser difícil para sus familiares defenderlos de manera efectiva si no tienen experiencia médica. Por ello, la comunidad médica y jurídica busca establecer las garantías adecuadas para que los órganos vitales no puedan ser obtenidos antes de la muerte o ser la causa de la muerte del donante.
En este contexto, relajar los criterios para declarar a una persona con muerte cerebral no solo podría disuadir a las personas de convertirse en donantes, sino que también podría tener un efecto desastroso en la confianza en la relación médico-paciente.
El Centro Nacional Católico de Bioética brinda educación, orientación y recursos a la Iglesia y la sociedad para defender la dignidad de la persona en el cuidado de la salud y la investigación biomédica.