Cada 12 de febrero se celebra "el Día de Darwin" (el día en que nació el naturalista inglés en 1809), justo al día siguiente de que se celebre, el 11 de febrero, el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Es un día adecuado para traer a colación a Laura Keynes, descendiente de Darwin y convertida al catolicismo tras leer abundantemente sobre evolución y el libro The God Delusion del famoso ateo militante Richard Dawkins.
Actualmente Laura Keynes es colaboradora de Catholic Voices, iniciativa de divulgación y apologética católica en el mundo anglosajón de implantación también en España.
El famoso economista John Maynard Keynes, cuyas teorías todavía dividen a los expertos, era hermano de Geoffrey Keynes, que se casó con Margaret Darwin, tataranieta de Charles Darwin. Margaret fue la bisabuela de Laura Keynes. Todavía se habla del darwinismo y keynesismo.
Laura, nacida en Londres, se doctoró en 2010 en filosofía en Oxford. Actualmente escribe para importantes publicaciones como el ‘Times Literary Supplement’, ‘The Observer’, ‘Standpoint Magazine’ y está actualmente trabajando en su primer libro.
Laura se formó en un ambiente no religioso. Su padre no hacía caso del tema. La madre, nacida en el anglicanismo, se pasó poco después al catolicismo (cosa frecuente en Gran Bretaña) hasta el punto hizo bautizar a su hija al rito católico para después seguir la moda chic de hacerse budista.
Laura Keynes en la que fuera casa de su antepasado, el naturalista Charles Darwin
De examinar el nuevo ateísmo a la dignidad de la vida humana
Fue haciendo la tesis en Oxford cuando Laura se interesó por el debate surgido en torno al llamado “nuevo ateísmo” del biólogo inglés Richard Dawkins. Profundizó en el tema y se dio cuenta de que toda la novedad se basaba en una instrumentalización de su antepasado naturalista (quien además no tuvo ninguna intención de fundar un nuevo credo basado en el materialismo).
En sus conclusiones, Laura escribió que “el ‘nuevo ateísmo’ llevaba siempre un germen de intolerancia y de desprecio a las personas”. De allí, comenzó un recorrido intelectual que la llevo a valorar “la santidad y la dignidad de la vida humana”. (Más sobre su proceso hacia la fe, aquí)
Conclusión final: “Elegí libremente ser católica después de muchas reflexiones y de largos análisis”. Naturalmente, su conversión, dada su ascendencia, ha levantado ampollas. Los comentarios suscitados han sido del tipo: “Pero si parecía una chica tan inteligente…”.
Después de un largo proceso decidió seguir la estela de grandes intelectuales ingleses que, usando solo el cerebro, la precedieron: Chesterton, Lewis, Tolkien, Newman, Eliot, Waugh…
La religión en la vida de Darwin
Darwin estudió religión en la escuela, nada menos que en el Christ College de Cambridge. Pero no sólo eso, allí conoció a John Henslow, un sacerdote anglicano que era entonces profesor de mineralogía y de botánica en esa universidad, que influyó tan decisivamente en el joven Darwin que, acogiéndole en su casa, le instruyó sobre temas de historia natural, de la que Darwin sólo tenía vagas ideas, por lo que se considera hoy a Henslow como su verdadero padre científico.
En su autobiografía Darwin relata su primera experiencia religiosa. Como buen corredor, cuando se dormía solía pedir a Dios que le ayudase a llegar a tiempo a la escuela, y cuando esto ocurría achacaba el éxito a sus oraciones más que a sus piernas. Iba los domingos a los servicios religiosos acompañando a su madre, mientras ésta vivió, y a sus hermanas.
Hizo en sus obras sobre evolución alusiones directas a la existencia de Dios que cualquiera puede leer en dichos libros. Al final de sus días no dudaba en aseverar: “Cuando reflexiono de este modo me siento obligado a buscar una Causa Primera, poseedora de una mente inteligente hasta cierto punto análoga a la del hombre; y por ello merezco ser considerado teísta”.
(El autor, Alfonso V. Carrascosa, es científico del CSIC)