El Papa Francisco ha conectado este jueves a las tres de la tarde con la Estación Espacial Internacional, que orbita a unos 400 km de altura, y ha hablado con su tripulación durante unos 20 minutos. No es el primer Papa que habla con los astronautas en el espacio: ya lo hizo Benedicto XVI en 2011.
La tripulación de la EEI está actualmente compuesta por el comandante estadounidense Randolph Bresnik; los ingenieros rusos Segey Nikolaevic Ryazanskiy y Alexandr Misurkin, los estadounidenses Mark T Vande Hei y Joseph Acaba, este último de orígenes puertorriqueños, y el italiano Paolo Nespoli, que ayudó como traductor.
Entre ellos, habló el ruso Musurkin, ortodoxo, quien dijo que, en estos días, leyendo "El principito", de Antoine de Saint-Exupéry, había llegado a la conclusión de que "el amor es esa fuerza que te hace arriesgar la vida por otro".
El Papa se interesó también sobre la forma en la que colaboran a 400 kilómetros de altitud y sobre como superan el individualismo.
El estadounidense Acaba dijo que la EEI es "un gran ejemplo de colaboración", ya que en ella intervienen países como Estados Unidos, Japón, Canadá, Rusia y nueve naciones europeas.
"Estas naciones trabajan juntas para obtener algo por encima de ellos. La diversidad nos ha hecho más fuertes. Trabajando juntos podemos hacer más cosas que como individuos", defendió.
“Sois un pequeño palacio de cristal” le ha respondido el Papa Francisco. “La totalidad es mayor que la suma de las partes, y este es el ejemplo que nos das”.
Francisco en un inicio les ha dicho “la astronomía nos hace contemplar los horizontes ilimitados del universo y despierta en nosotros algunas preguntas”, es por ello, continúa el Santo Padre, que nos hacemos algunas preguntas como “¿de dónde venimos? o ¿a dónde vamos?”. Tras esta reflexión, el Papa les ha preguntado cuál era, según su pensamiento ¿el lugar del hombre en el universo?
“Es una pregunta complicada, yo me siento una persona técnica, un ingeniero, pero cuando se habla de estas cosas mucho más internas como ¿de dónde venimos?, me quedo yo también perplejo” ha respondido el astronauta italiano Paolo Nespoli, asegurando que su objetivo allí arriba es el de “conocer nuestro ser”, “llenar nuestro conocimiento” y “entender lo que nos rodea”.
Además, Paolo Nespoli afirma que una de las cosas más interesantes es que “cuanto más conocemos, más nos damos cuenta de lo poco que conocemos”.
El astronauta italiano también ha expresado al Santo Padre su deseo de quepersonas como él, no sólo ingenieros y físicos, puedan ir al espacio “para explorar que significa que hay un ser humano en el espacio”, asegurando que será algo “posible en el futuro”.
"Houston, habemus papam", un tuit ingenioso de Greg Burke, el jefe de comunicación papal
La segunda pregunta del Papa ha sido relaciona con el tapiz que se encontraba a sus espaldas en el estudio del Aula Pablo VI. Un tapiz inspirado en el famoso verso con el que Dante termina la Divina Comedia “El amor que mueve al sol y a las estrellas”.
Francisco les ha preguntado qué significado tiene para ellos llamar al amor la fuerza que mueve el universo. Aleksandr Misurkin, un astronauta ruso, ha comentado que en estos días, se está leyendo el libro “El pequeño príncipe” de Saint-Exupéry y hace referencia a la historia de un chico que da o daría voluntariamente la vida “por volver y salvar las plantas y los animales de la Tierra”, “sustancialmente el amor es esa fuerza que te da la capacidad de dar la vida por el otro”asegura el astronauta. El Papa Francisco, sintiéndose de acuerdo con su respuesta ha afirmado que “sin amor, no es posible dar la propia vida por el otro”.
“No solo las mujeres son curiosas” ha dicho el Papa, y es por ello que con mucha curiosidad les ha preguntado qué es lo que les ha motivado a convertirse en astronautas. El astronauta ruso Sergei Ryazansky ha contestado que su inspiración ha sido “su abuelo”. Su abuelo fue uno de los primeros pioneros del espacio, ha trabajado en el satélite Sputnik, el primer satélite volado sobre la Tierra.
“Lo que yo veo desde aquí es una perspectiva increible: es la posibilidad de ver la Tierra un poco con los ojos de Dios, y ver la belleza y la incredibilidad de este planeta” asegura.
“La Tierra es muy frágil” le ha dicho el Papa Francisco, “y usted ha ido a mirar con los ojos de Dios. El abuelo es Dios, las raíces , nuestra esperanza y nuestra fuerza”. Además les ha invitado a no olvidar las raíces porque "me hace bien” escucharlo afirma, y sobre todo “de ustedes”.
Por último, y antes de concluir la videollamada, Su Santidad les ha agradecido nuevamente y les ha pedido que no le olviden de rezar por él.
Vea aquí la conversación entera (en italiano)