Desde hace muchos años, ReligionEnLibertad ha demostrado su interés por los temas de ciencia y fe, acudiendo a encuentros científicos, entrevistando a científicos o divulgadores y traduciendo otros textos, entrevistas o artículos, del inglés, el francés, el italiano o el ruso.
Los lectores de ReL han encontrado muchos artículos sobre científicos cristianos, pero más allá del ejemplo de estos científicos, la pregunta de fondo es hasta qué punto lo que la ciencia va descubriendo encaja bien con la idea de un Dios que es todopoderoso, creador, muy inteligente y, según insiste el cristianismo, bueno.
Ahora, ReL ofrece un e-book gratuito en PDF que puede usted descargar aquí, que explora 30 temas "básicos" de ciencia y fe. Algunos van ligados a la biología y el origen de la vida, otros a la organización de la materia y las fuerzas de las leyes naturales, otras a preguntas que se hace la gente sobre aspectos bíblicos y su conciliación con datos de la investigación.
No todos los científicos que aparecen en esta selección van "en la misma línea", pero todos creen que la ciencia y la enseñanza cristiana son compatibles, que no hay que tener miedo a investigar los datos que la naturaleza nos ofrece y que la inteligencia es un don que Dios da al hombre para que lo use, y no para que lo esconda.
Descargue aquí GRATIS el libro Exploradores de Dios en la Ciencia de Hoy.
En el prólogo, escribe Pablo J. Ginés, subdirector de ReL y autor del libro Conversos, buscadores de Dios, que ya en el siglo II antes de Cristo, el autor del Libro de la Sabiduría, un judío en la ciudad greco-egipcia de Alejandría, escribió: "Partiendo de la grandeza y la belleza de lo creado, se puede reflexionar y llegar a conocer a su Creador”. Hay otra traducción que mantiene la palabra griega ‘analogía’: “De la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor”.
La grandeza y la belleza... ¡pero hay que pararse!
¿Hasta qué punto el hombre moderno, encerrado en cubículos y en pantallas digitales, ha perdido la capacidad de asombro y maravilla de nuestros abuelos campesinos, pastores o marineros, que en las noches al raso o en lo alto de la montaña se asombraban mirando el cielo estrellado y la tierra inmensa? Quizá el problema del hombre moderno no es que la ciencia haya desencantado nada: de hecho, la ciencia, cuanto más avanza, más mágica, encantada y paradójica parece.
El problema del hombre moderno es que repite eslóganes ideológicos del siglo XIX ignorando las muchas cosas que asombran a los físicos, astrónomos, biólogos y matemáticos de hoy.
Esa grandeza y belleza hablan, pero hay que pararse a escuchar.
Cuando entregaron el Premio Templeton a Frank Wilczek, Nobel de Física, quien dice ser "parcialmente panteísta", él proclamó su gran pregunta: "¿Por qué el universo es tan hermoso?" Por ejemplo, el cosmos podría ser un montón de gases inertes y aburridos flotando entre el vacío espacial, con algo de polvo. Y, sin embargo, hay mucho más. Wilczek deía: “Descubrimos tanta belleza en la simetría del mundo, ese tipo de belleza, esa simplicidad conceptual en la descripción profunda del mundo, que la siguiente pregunta es ¿por qué?”
El Catecismo Católico ya avisa que de Dios podemos deducir y entender algunas cosas, pero no todas, y siempre con un lenguaje insuficiente. “Puesto que nuestro conocimiento de Dios es limitado, nuestro lenguaje sobre Dios lo es también”, “sólo podemos hablar de Dios, según nuestro modo humano limitado de conocer y de pensar”, dice el Catecismo, resumiendo con realismo tres milenios de monoteísmo.
¿A qué se parece Dios?
Este libro se pregunta: ¿Dios se parece más a un ingeniero? ¿O se parece más bien a un escritor que está fuera de sus novelas? ¿Es un autor teatral, como nos decía Calderón de la Barca en el Teatro del Mundo? ¿O más bien como un director de jazz, que a la vez improvisa y deja improvisar? Lo que la ciencia del siglo XXI nos está demostrando, cada vez con más datos, es que los modelos muy mecanicistas y fríos y previsibles del primer tercio del siglo XX han quedado muy caducados. Las matemáticas resultan ser asombrosamente predictivas. La materia tiene propiedades asombrosas, sospechosamente afinadas
para favorecer la vida y quizá también la inteligencia. Cuando se acumulan demasiados indicios, la mente ya no puede repetir una y otra vez: casualidad de casualidades, todo es casualidad.
En Exploradores de Dios en la ciencia de hoy usted encontrará temas como:
- Grandeza, belleza y ciencia ¿llevan a Dios? Debaten un creyente y un agnóstico en Creo TV;
- Dios, la evolución, la agresividad, la ecología: debate con los científicos católicos de España;
- Extraterrestres, Adán y Eva, milagros, energías... «¿Preguntas raras? Son las que más nos gustan»;
- El escepticismo de un biólogo ante la «casualidad» del origen de la vida y de la división celular;
- Gionti y Galaverni, sacerdotes y astrofísicos: ciencia y fe no se oponen, «sus planos no se cruzan»;
- No hay guerra entre la ciencia y la Iglesia, dice el físico Robert Kurland, experto en antimateria;
- El gran astrónomo jesuita Consolmagno perdió la fe en la ciencia y fue Dios quien se la devolvió;
- «El Universo ha sido hecho por Dios para la vida humana», explica el quimicofísico Franco Battaglia;
- Las características de las telecomunicaciones en la Tierra, ¿refuerzan el principio antrópico?;
- Francis Collins, genetista: «¿Existe un Dios, se preocupa por mí? Evité esa pregunta, me incomodaba»;
- Infrasonidos, energía oscura... el hombre de ciencia «trabaja con Dios para que la vida sea posible»;
- ¿Cómo responderías a Jodie Foster en «Contact» cuando dice que la ciencia prueba que Dios no existe?;
- Explicar el Universo mediante el azar no es razonable ni para algunos físicos ateos, dice un experto;
- ¿Por qué tender puentes entre ciencia y fe y conocer sus avances? Hay al menos 6 razones importantes;
- ¿La evolución es puro azar o hay una Mente detrás? Detectar mentes no es tan fácil... ni negarlas;
- «El materialista no puede negar a Dios, ni los antiguos ni los modernos», dice el físico David Jou;
- Físico, matemático y evangelizador, propone hablar como Jesús, con coraje, y evitar la mala ciencia;
- Para sopesar los indicios de Dios hay que leer libros, no basta con consultar Wikipedia o un blog;
y así hasta 30 temas.
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